Olvidate de la mítica Atlantis. Estos son lugares que alguna vez estuvieron llenos de gente, pero quedaron enterrados por desastres naturales, el aumento del nivel del mar o inundaciones deliberadas. Sumergite bajo las aguas con la BBC y explorá los intrincados mosaicos, los sorprendentes jeroglíficos y las imponentes estatuas que alguna vez estuvieron en tierra firme.
Baia, Italia
Fue una ciudad de fiestas para los antiguos romanos. Baiae, en latín (Baia, en italiano) era famosa por sus relajantes aguas termales, su agradable clima y sus edificaciones extravagantes. Julio César y Nerón tenían lujosas villas para vacacionar aquí y el emperador Adriano murió en esta ciudad en el año 138 d.C.
La ciudad fue construida sobre el Campi Flegrei (Campos Flégreos), un supervolcán cerca de Nápoles. Desafortunadamente, fue la misma actividad volcánica la que creó las famosas aguas termales que llevaron a que Baia quedara sumergida.
Con el tiempo, se ha producido un proceso conocido como bradisismo, en el que el suelo se ha hundido lentamente entre cuatro y seis metros, lo que sumergió gran parte de la ciudad.
Desde 2002, las zonas submarinas de Baia han sido designadas Área Marina Protegida por las autoridades locales, lo que significa que solo los buceadores con licencia pueden, con un guía local, explorar las ruinas.
Thonis-Heracleion, Egipto
Mencionado con frecuencia en leyendas antiguas, Thonis-Heracleion fue supuestamente el lugar donde el héroe griego Hércules pisó por primera vez Egipto, y también un sitio visitado por los amantes París y Helena, antes de la Guerra de Troya.
Thonis es el nombre egipcio original de la ciudad, mientras que Heracleion es el nombre griego en honor a Hércules.
Está ubicada en la desembocadura occidental del río Nilo y fue un puerto próspero. Mercancías de todo el Mediterráneo pasaban por su compleja red de canales, como demuestra el descubrimiento de 60 naufragios y más de 700 anclas.
Uno de los artefactos más impresionantes recuperados de la ciudad submarina es el Decreto de Sais.
La losa de piedra negra de dos metros de altura está grabada con jeroglíficos de principios del siglo IV a. C., que revelan detalles cruciales del sistema fiscal egipcio de la época, además de confirmar que Thonis-Heracleion era una sola ciudad.
Derwent, Inglaterra
El pueblo de Derwent, en Derbyshire, fue sumergido deliberadamente para crear el embalse de Ladybower.
A medida que ciudades como Derby, Leicester, Nottingham y Sheffield se expandieron a mediados del siglo XX, sus crecientes poblaciones requirieron un mayor suministro de agua. Por eso, era necesario construir una presa y un embalse.
Originalmente, el plan era construir dos embalses, Howden y Derwent, más arriba en el valle, para poder salvar al pueblo. Sin embargo, rápidamente se hizo evidente que no serían suficientes, por lo que se requería un tercer embalse.
El trabajo comenzó en 1935 y, para 1945, el pueblo de Derwent estaba completamente bajo el agua.
Durante los veranos particularmente calurosos, los niveles de agua del embalse de Ladybower pueden caer lo suficiente como para que los restos de Derwent vuelvan a ser visibles y los visitantes puedan pasear entre sus ruinas.
Villa Epecuén, Argentina
Durante casi 25 años, el balneario lacustre de Villa Epecuén estuvo oculto bajo las aguas, antes de resurgir en 2009.
Fundado en 1920 a orillas de un lago salado, el Epecuén, el balneario atraía a turistas que deseaban bañarse en sus aguas, que -se decía- tenían propiedades curativas.
El lago se inundaba y se secaba de forma natural, pero a partir de 1980 ocurrió algo que no era usual: mucha lluvia durante varios años, lo que hizo que el nivel del agua comenzara a subir.
Así que se construyó un muro arqueado para ofrecer protección adicional a la ciudad.
Sin embargo, una tormenta en noviembre de 1985 provocó el desbordamiento del lago y la rotura de un dique. La ciudad quedó sepultada bajo 10 metros de agua salada corrosiva.
Los niveles de agua han estado retrocediendo desde 2009, dejando al descubierto Villa Epecuén una vez más.
Port Royal, Jamaica
En estos días, Port Royal es un tranquilo pueblo de pescadores pero, en su apogeo en el siglo XVII, fue conocida como “la ciudad más malvada de la Tierra”, gracias a su población pirata.
Un importante centro de comercio en el Nuevo Mundo (incluso durante la trata de esclavos), Port Royal se expandió rápidamente. En 1662, había 740 habitantes registrados, pero para 1692, se estima que el número estaba entre 6.500 y 10.000.
Vivían en casas de ladrillo o madera, a menudo de hasta cuatro pisos. Cuando se acercaba el mediodía del 7 de junio de 1692, Port Royal fue golpeada por un poderoso terremoto, seguido rápidamente por un tsunami.
Aproximadamente dos tercios de la ciudad quedaron sumergidos bajo el agua, comenzando con los almacenes ubicados en la costa.
Se cree que 2.000 personas murieron ese día y muchas más resultaron heridas. Es posible bucear en las ruinas preservadas y alrededor de cientos de barcos hundidos, pero se debe solicitar un permiso a las autoridades locales.
Fuente: BBC Mundo, La Nación