Es el resultado de un estudio del Hospital Universitario de Groninga que analizó cartas, entrevistas e informes médicos del artista holandés.
El pintor de los girasoles y de «La noche estrellada» habría experimentado en dos ocasiones lo que se conoce como «delirio tembloroso», por lo cual terminó en un psiquiátrico en el sur de Francia, alejado de los pinceles y expulsado de su estudio conocido como Casa Amarilla «por el miedo que le tuvieron sus vecinos en Arles al ver que se había mutilado al menos el lóbulo de la oreja», según publicó el diario español ABC.
La salud mental de Van Gogh ha sido investigada muchas veces y sus conclusiones arribaron a teorías distintas sobre su estado, desde esquizofrenia hasta epilepsia. Este nuevo estudio psiquiátrico sostiene que el artista holandés luchó contra una combinación de múltiples trastornos psiquiátricos conocidos como comorbilidad.
Para arribar a esa conclusión, los investigadores del Hospital Médico Universitario (UMCG) analizaron más de 900 cartas escritas por el artista nacido en Holanda en 1853, volvieron a trabajar sobre informes médicos conocidos y realizaron entrevistas con expertos de la obra y vida de Van Gogh.
De acuerdo al informe citado, en algunas cartas escritas por él mismo, mencionó en varias ocasiones «síntomas que coinciden con el trastorno bipolar con cambios en el estado de ánimo, combinado con un posible trastorno límite de la personalidad», los cuales se vieron agudizados por la adicción al alcohol y la desnutrición.
Uno de los episodios más graves fue cuando, el 23 de diciembre de 1888, el artista discutió con su colega, el pintor francés Paul Gauguin, tensión que llevó a que Van Gogh tomara un cuchillo y se cortara su oreja izquierda. Por esa herida -que se convertiría en una referencia indisociable del artista en el futuro- fue hospitalizado, de modo que de forma repentina y abrupta dejó de tomar alcohol y eso agudizó su estado de salud.
Después de los dos ataques sufridos tras su hospitalización, la condición psiquiátrica del artista «empeoró aún más» y pasó por algunos episodios depresivos graves y de los que nunca pudo recuperarse, llevándole probablemente al suicidio unos meses más tarde, a fines de julio de 1890, aunque hay teorías que sostienen que fue asesinado.
En este sentido, el estudio del Hospital Universitario de Groninga desacredita otras teorías al considerar «muy poco probable» que Van Gogh padeciera esquizofrenia, alguna versión de las enfermedades metabólica o intoxicación por monóxido de carbono expulsado de las lámparas.
«No pudimos hablar con el paciente en persona, lo que significa que cada conclusión debe tomarse con precaución. Y, aunque las cartas de Van Gogh contienen mucha información, no hay que olvidar que no se las escribió a su médico, sino a su hermano Theo y otros familiares y conocidos para informarlos o tranquilizarlos. Puede ser que estuviera minimizando o embelleciendo ciertos detalles», advirtió Willem Nolen, a cargo de la investigación.