Christie’s vendió más de u$s 1000 millones en la semana: logró 17 récords y su sede en Rockefeller Center fue visitada por 16 mil personas. Como es mi costumbre, me equivoqué al evaluar si el «Conejo» de Jeff Koons se vendería, pensaba que u$s 60 millones era un disparate para esta obra de un metro en acero inoxidable y de la cual hay cuatro ejemplares (una en el museo Broad en Los Ángeles, otra en el museo de Chicago y otra en el museo de Qatar). Hay mucha liquidez en el mundo y se pagó u$s 91 millones.
La típica «still life» (naturaleza detenida) de Paul Cézanne llegó a los u$s 60 millones y el estupendo Balthus fue nuevo récord en u$s 19 millones (¡imperdible su muestra en el Thyssen de Madrid!).
Los cinco Monet ofrecidos se vendieron muy bien y confirman al artista como el más demandado de los impresionistas. En tanto, un pequeño Van Gogh duplicó su base y se vendió en u$s 40 millones. La escultura en piedra de Modigliani llegó a los u$s 36 millones y la lindísima pintura a los u$s 25 millones. Pierre Bonnard fue récord y llegó a los 19,5 millones, y como siempre Picasso fue figura.
Resultado de u$s 439 millones en tres ventas de impresionismo y arte moderno. En arte Contemporáneo la inflación de precios no se detiene y vendieron u$s 595 millones. Además del «conejito», fueron u$s 89 millones para Rauschenberg, otros u$s 32 millones para la araña de Louise Bourgeois, u$s 31 millones para un Lichtenstein, u$s 53 millones para el doble Elvis Presley de Warhol y u$s 17,5 millones para el Pez de Calder. De las mujeres se destacó la obra de Joan Mitchell que llegó a los u$s 12 millones.
Las otras subastas
La galería Sotheby’s también festeja: vendió u$s 843 millones y logró por las lindísimas «Parvas» de Claude Monet el doble de lo esperado en u$s 111 millones, récord absoluto para el artista y para el arte impresionista. Hay 26 pinturas sobre el tema y la última vendida llegó a los u$s 85 millones hace un año.
Un estupendo Caillebotte de una calle de París llegó a los u$s 14 millones, también duplicando su base. Lo mismo sucedió con un Chaim Soutine. que logró colocarse en u$s 11 millones.
No pudo venderse el enorme Bouguereau en los inflados u$s 25 millones solicitados, y hubo sorpresa por la venta de un Picasso de los años 60, que fue récord en u$s 55 millones. Como fue la tendencia de las obras importantes, duplicó su base.
En el remate de Contemporáneos, la venta fue de u$s 448 millones y con seis obras que superaron los u$s 10 millones. Un estudio de la cabeza del Papa Inocencio por Bacon se vendió en u$s 50 millones y la obra de Lee Krasner, la mujer de Pollock, duplicó su anterior récord: se vendió en u$s 11,7 millones y fue comprada para el Museo Glenston en Maryland.
Todos se preguntan quién compró el Koons y creo que fue Steve Cohen (financista de fondos), que es siempre uno de los que pujan por las obras importantes.
Phillips también tuvo gran éxito y vendió arte contemporáneo por u$s 136 millones, y los remates de Bonhams y Doyle también fueron repletos de récords. Sin duda, esto no para más.
Fuente: El Cronista