Después de más de un año de refacciones, el Cabildo porteño reabre las puertas con nuevas salas de exhibiciones temporarias y el patio colonial recuperado. Con la mudanza de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos de su sede original al edificio del Ministerio de Cultura de la Nación ubicado en avenida Alvear al 1600, el museo de la Revolución de Mayo (uno de los más visitados del país antes de la pandemia) ganó espacios para muestras, actividades y recorridos de escuelas y público en general.
El proyecto de “refuncionalización” del museo implicó el traslado de la Comisión, cuya sede histórica siempre había sido el Cabildo, para liberar las salas donde funcionaban las oficinas, el archivo, la biblioteca y demás dependencias de la institución presidida por Teresa Anchorena. El año pasado, algunos integrantes habían manifestado su desacuerdo con la medida oficial mediante una carta dirigida al Ministro de Cultura, Tristán Bauer. Pero el proyecto siguió adelante y, en la actualidad, la Comisión ya está instalada en el palacio de la calle Alvear.
Después de varios meses de trabajo para reacondicionar los pisos, las paredes, los techos y demás obras de infraestructura y de iluminación, en el sector “ganado” funcionarán dos salas de exposiciones temporarias y una de “usos múltiples” para charlas, talleres y reuniones, donde más adelante se instalará un mobiliario con diseño especial. Se mantendrán las bibliotecas originales y la boiserie, que fueron restauradas.
“El proyecto partió de la Secretaría de Patrimonio de la Nación, a cargo de Valeria González, con el objetivo de recuperar espacios para el público”, explicó María Isabel Baldasarre, Directora Nacional de Museos, durante la recorrida exclusiva con LA NACION. Antes de esta obra, la dirección del Cabildo no tenía oficina propia y se habían instalado dos puestos de trabajo en unos cubos que quitaban circulación al patio, donde ahora vuelve a lucirse el aljibe colonial.
“Esos cubos que quitamos eran el síntoma de la falta de espacio”, aseguró González. Cuando circuló la carta de “alerta” por la futura obra, a mediados de 2020, la Secretaria había declarado a este diario: “Antes de la pandemia, el Cabildo ya tenía muchos problemas de espacio tanto para realizar exhibiciones como programas públicos y, también, en las áreas de trabajo. Eso llevó, de hecho, en una medida coyuntural de emergencia, a la construcción de dos puestos improvisados en el medio del patio histórico, que no son una buena solución ni para los que trabajan ahí ni para el edificio en sí mismo. Si el espacio ya era un problema antes de la pandemia, por supuesto que después, con las normas obligatorias de distanciamiento social, el museo no se podría reabrir”.
Antes de las restricciones impuestas por la pandemia, el Cabildo recibía más de 500 mil visitas por año y se ubicaba como el tercer museo del país con más público, seguido por la Casa Histórica de la Independencia en Tucumán, con alrededor de 300 mil personas por año.
Liberado de los puestos de trabajo, en el patio con piso adoquinado y vista hacia la parte trasera del edificio histórico se realizarán en los próximos meses conciertos de tango y folclore del programa federal Argentina Florece. En un sector, cerca de la calle Hipólito Irigoyen, se destaca el sitio de excavación arqueológica, ahora protegido de la lluvia y las inclemencias del clima.
Según contó González, en su primera visita al Cabildo, junto con el ministro Bauer, lo primero que les llamó la atención a ambos funcionarios fue la carpa precaria que cubría la zona donde trabaja el arqueólogo Néstor Zubeldía desde 2017. Solo en los primeros cuatro meses de excavaciones, el especialista encontró cerca de cuatrocientos fragmentos de cerámica hispanoindígena y mayólica española, trozos de pipas de caolín, de un cuchillo antiguo, balas y escudos de bronce fechados en 1811.
Gran parte de ese material hallado debajo del patio del Cabildo (unas dos mil piezas) será exhibido al público, desde el 28 de octubre, en la muestra “Fragmentos bajo tierra”, con la curaduría de Zubeldía y del equipo de diseño de exposiciones de la Dirección Nacional de Museos, a cargo de Valeria Keller. La exhibición apunta a visibilizar las distintas etapas del trabajo arqueológico y los hallazgos más importantes, como los cimientos del antiguo Cabildo de 1725. Otra de las muestras, programada para fines de noviembre cuando finalice el trabajo de puesta en valor de la sala Jorque Enrique Hardoy, exhibirá al público los muebles de la época colonial que atesora el museo.
La restauración del edificio, que se desarrolló en distintas etapas, demandó una inversión de más de 30 millones de pesos, solo para la recuperación y el revestimiento de los techos. Todavía no está el monto total de la obra porque los trabajos continúan, por lo menos, hasta noviembre.
Aunque está cubierto por una lona, el campanario del Cabildo (uno de los pocos del siglo XVIII que se conservan en el país, según Baldasarre) fue restaurado por especialistas. Se construyeron unas pasarelas para el acceso de los restauradores, ya que antes había que caminar sobre el techo de tejas para llegar hasta la campana.
La sala de exhibiciones permanentes, la visita obligada de los contingentes escolares, donde se reúnen los objetos cotidianos de la época de la Revolución de Mayo, sumará en breve otras piezas. “Vamos a enfocarnos en la ‘tecnología’ de la época colonial: es decir, las herramientas con las que construían, iluminaban y se comunicaban por entonces. Son piezas del patrimonio que dan cuenta de un proceso histórico. La idea no es solo mostrarlos sino, también, fomentar una reflexión sobre la vida cotidiana en aquella etapa”, explicó Horacio Mosquera, director del museo, que adelantó que otra de las muestras ya programadas reunirá obras de Ariel Cusnir, ganador de la beca del programa Activar patrimonio, dirigido a artistas, curadores e investigadores de todo el país.
Mientras terminan las obras a toda máquina, y se preparan para el regreso de la Noche de los Museos, prevista para el sábado 30, el equipo del Cabildo trabaja en un proyecto centrado en la sociedad colonial que se propone hacer foco en los grupos que no tuvieron un protagonismo histórico oficial, como las mujeres, los niños y los esclavos.
Para agendar
Cabildo. Abierto desde el martes 19, con reserva previa, en este enlace. Entrada gratuita.
Fuente: Natalia Blanc, La Nación.