«Se acerca el momento de vivir en technicolor», posteó hace poco en sus redes sociales la prestigiosa artista pop, junto a una foto del túnel de luces de neón que recibía al espectador en este recorrido de estructura laberíntica que buscaba sacudir los sentidos del visitante, a través de diversos estímulos sensoriales.
Obra central del imaginario cultural argentino, «La Menesunda», que fue tomada como una provocación y causó en su momento bastante revuelo, duró tan solo dos semanas abierta al público y luego de eso la pieza se desintegró. Su rastro quedó solo en diarios y documentos de la época.
Realizada por Minujin junto a Rubén Santantonín, y con la colaboración de los artistas Pablo Suárez, David Lamelas, Rodolfo Prayón, Floreal Amor y Leopoldo Maler, la obra invitaba a recorrer una secuencia no lineal de espacios cúbicos, poliédricos, triangulares y circulares recubiertos por materiales de distintas texturas, que generaban estímulos multisensoriales en el visitante.
Al ingreso, el visitante veía su propia imagen en un circuito cerrado de televisores; luego, una pareja reposaba en paños menores en una cama, y más adelante, había que atravesar un angosto pasillo de paredes recubiertas por enormes «intestinos», que desembocaban en un orificio por el cual se podía contemplar una serie de escenas de películas de Ingmar Bergman.
«La van a replicar exacta. Estoy feliz. Tan solo una veintena de objetos, que son vintage, serán llevados desde Buenos Aires para allá, como las carcasas de los televisores de los años Â’60, o las sábanas de la cama donde se recuesta la pareja», había contado a Télam la propia Minujin días atrás.
Se trata entonces de la segunda reconstrucción de esta pieza, luego del proyecto que encaró en 2015 el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, realizado a partir de documentación, fotografías, videos, notas de prensa, material audiovisual y testimonios de los artistas que participaron.
Esta obra demuestra «cómo Minujín anticipó la obsesión contemporánea con los espacios participativos, el atractivo de los nuevos museos emergentes y la búsqueda de una intensidad de experiencia que defina las redes sociales de hoy», explican desde el New Museum, a través de un comunicado de prensa.
La exposición curada por el italiano Massimiliano Gioni, que permanecerá abierta al público hasta el 22 de septiembre en el museo situado en Lower East Side de la isla de Manhattan, ofrecerá la posibilidad de sumergirse en uno de los grandes hitos de la historia del arte argentino.
Entre los espacios a recorrer, «La Menesunda» -cuyo título significa «mezcla» o «confusión»- proponía subir una empinada escalera, ver la propia imagen en un circuito cerrado de televisión, ingresar al interior de una enorme cabeza de mujer donde una maquilladora profesional ofrecía sus servicios, o transitar por una heladera con temperaturas bajo cero.
«La Menesunda rompió con todos los parámetros. Era una mezcla de happening, ambientación, arte conceptual, videoarte y arte de participación. La obra no sucede sin el espectador», había dicho Minujin a Télam.
Una de las habitaciones «más fantásticas» de La Menesunda, en palabras de la propia artista, es un espacio octogonal de espejos, con una cabina de espejos también en el medio, con olor a fritura y ventiladores que tiran papel picado fluorescente y luces de colores negras que se prenden y apagan.
Incansable trabajadora, Minujin acaba de presentar en la estación Retiro de la línea E del subterráneo porteño la instalación permanente «De Grecia al Renacimiento con amor», una obra escultórica que reproduce de manera fragmentada «El David» de Miguel Ángel.
Además, el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA) compró recientemente para su acervo el «Minucode», una ambientación fílmica que la artista había realizado en 1968 en esa ciudad estadounidense, donde exploraba los códigos sociales de algunas figuras en una serie de cócteles y happenings registrados en cintas.
Minujin ha realizado obras centrales del arte argentino como «La destrucción», un happening de 1963; «Simultaneidad en simultaneidad», «La Torre de Babel con libros de todo el mundo» (2011) y también es reconocida por sus performances y sus esculturas de colchones fluorescentes y multicolor.
En 2017 Minujin (1941) exhibió su también célebre obra «El Partenón de libros prohibidos» en la mega exposición documenta que se realiza cada cinco años en Kassel, Alemania, y en 2016 fue galardonada con el Premio Velázquez a las Artes Plásticas, en España.
Fuente: Télam