«Es una gran casualidad», asegura. Eduardo Costantini, empresario con gran visión para los negocios y coleccionista desde hace 40 años, afirma que fue el azar el que cruzó en su camino Simpatía (La rabia del gato), una obra de la artista surrealista española Remedios Varo (exiliada a México, donde se naturalizó), por la que pagó ayer 3.135.000 millones de dólares.
Cerró el trato por teléfono desde Buenos Aires en una subasta en Christie’s, en Nueva York, justo cuando venía impulsando desde hace más de un año una muestra dedicada a Varo en el Malba. El Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, fundado por él en 2001, exhibirá desde marzo próximo una selección de más de 80 obras provenientes del Museo de Arte Moderno de México.
Algo similar ocurrió según él en mayo de 2016, cuando pagó el récord de US$ 15,7 millones por Baile de Tehuantepec (1928), una pintura de Diego Rivera que se convirtió así en la más cara de la historia del arte latinoamericano. Al año siguiente llegó al país para integrar la muestra México moderno. Vanguardia y revolución; se reunió en el Malba con una obra de Frida Kahlo de la cual se había separado dos décadas antes en otra subasta. porque Costantini no pudo entonces comprar las dos.
«Es difícil que aparezcan en el mercado este tipo de obras superlativas. Cuando lo hacen, intento comprarlas», dijo a LA NACION el empresario, que vio esta obra de Varo hace dos meses en el catálogo que Christie’s publicó online. Más tarde, ilustraría la tapa de su versión impresa.
Para entonces Costantini ya estaba decidido a sumar la pintura a su colección personal, que suele ceder en préstamo al Malba. Disputó el precio con otros dos ofertantes, hasta que logró su objetivo. Confesó que «tenía miedo de que se disparara el precio, pero quedó dentro del rango previsto», estimado por la casa de subastas entre dos y tres millones de dólares.
La pintura, según él, valía el esfuerzo. Marca el comienzo de un período muy productivo en la carrera de Varo, en el que se convirtió en una artista muy popular. A tal punto que décadas después de su muerte, en 1963, llegó a inspirar con sus obras el video Bedtime Story (1995), de Madonna.
«Son piezas muy raras porque las obras de Varo son consideradas patrimonio nacional en México, y no pueden salir del país -explicó-. En este caso, pertenecía a una colección privada desde 1971.»
Nacida en Gerona en 1908, Varo se exilió por motivos políticos a México, donde se naturalizó y se hizo íntima amiga de Leonora Carrington. «Ambas comparten su interés por la magia, el esoterismo y los animales», observó Costantini, que ya había comprado otra obra de la misma artista a principios de la década de 1990: Ícono (1945) integró su donación fundacional al Malba en 2001.
Para nacionalizar unas cincuenta obras adquiridas en el exterior, Costantini debió vender entonces otras cuatro para cubrir el 10,5% de impuestos de IVA. El mismo porcentaje debería pagar ahora por el Rivera y la que compró ayer, que pueden ingresar al país como importación temporaria por un año y medio.
Fuente: La Nación, Celina Chatruc