«Mutanti», la obra con la que Diego Bianchi ganó el Premio Azcuy 2019, fue emplazada en el edificio Donna Terra, donde desde ahora una pieza escultórica tubular emula una gran lombriz de 70 metros en acero inoxidable que ondula por distintos sectores de la torre ubicada en el barrio porteño de Caballito y en algunos de sus tramos funciona como compostera de desechos orgánicos.
“Es como una lombriz que se va metiendo en la tierra”, dice Diego Bianchi, parado junto a la instalación de acero inoxidable que duplica su –ya considerable- altura. Se refiere al tubo de metal, hueco y ondulante, que se extiende por los espacios comunes de la planta baja del flamante edificio Donna Terra. Avanza desde la entrada, se interna bajo el deck que rodea la pileta y vuelve a salir a la superficie frente a la ventana del gimnasio.
Más inquietante aún es lo que aloja en su interior Mutanti, la pieza ganadora de la primera edición del Premio Azcuy: una serie de accesos con puertas rebatibles, destinados a alojar tierra, lombrices y desechos orgánicos, que pronto convertirán la escultura metálica en una compostera de lujo. El compost se podrá utilizar para abonar la flora del lugar, o trasladarse a otros espacios ajenos al edificio, con la intención de transformar los residuos “en recursos para la enmienda del suelo”.Ads by
“Me acuerdo de cuando presenté la idea. Me sorprendió que la eligieran y me encontré con un problema: había que llevarla a cabo -confesó hoy en el acto inaugural el artista argentino, que el año pasado tuvo a su cargo el programa de performances de arteba-. Quería que la obra se completara a través de su funcionamiento, ahí es cuando va a estar viva y activa”.
Entre quienes aplaudieron su logro se contaba Enrique Avogadro, ministro de Cultura porteño. “Buscamos que la cultura tome el espacio público y sea protagonista en diferentes escenarios. Mutanti representa justamente eso: que la cultura conviva con nuestro entorno, forme parte de nuestra cotidianeidad, salga de los espacios tradicionales y se instale en lugares no convencionales”, opinó el funcionario, una de las figuras clave en este proyecto colaborativo que hace sinergia entre lo público y lo privado.
El Premio Azcuy se lanzó en 2019, en alianza con el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires y el Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad. La primera edición convocó a artistas residentes en la Argentina a presentar un proyecto de obra inédito, especialmente concebido para el edificio Donna Terra, en Caballito. Siguieron otras dos, en las que se seleccionaron proyectos deAdriana Bustosy Fabián Bercic–destinados a otros edificios de la empresa constructora Azcuy-, y la cuarta se lanzará a mediados de este año. En cada caso se otorgaron al artista cifras que fueron aumentando de 750.000 hasta 1.200.000 pesos, y la constructora se encargó de su producción.
“Esa alianza con el museo es clave, porque su equipo de expertos colabora en el proceso de instalación y montaje. Como las obras están en un lugar de circulación, hay que garantizar su durabilidad”, señaló a LA NACION Bustos, que se encuentra realizando un cielorraso para el edificio Donna Acqua, ubicado frente a Donna Terra.
El aporte del Moderno incluye también un jurado que asegura la calidad de la selección. El que eligió el proyecto de Bianchi evaluó 304 propuestas y estuvo conformado por Victoria Noorthoorn, directora del museo; los curadores Javier Villa y Carla Barbero; los artistas Mónica Girón y Carlos Huffmann; Mélanie Bouteloup, directora de Bétonsalon, centro de arte e investigación parisino, y Gerardo Azcuy, socio fundador y director general de la empresa que lleva su apellido.
Hasta la concreción de la obra el proceso demandó dos años, y atravesó con éxito la pandemia. Mientras tanto, Bianchi no perdió el tiempo: además su citada participación en arteba, participó de la Bienal de Liverpool 2021 y de la Bienal de Performance BP.21, y exhibe hasta mediados de mayo la muestra Táctica sintáctica, curada por Mariano Mayer en el español Centro de Arte Dos de Mayo.
Su próximo desafío también está relacionado con los emprendimientos inmobiliarios: ahora trabaja en una obra ganadora de un concurso para Puertos, ciudad desarrollada por Eduardo Costantini en Escobar, que tiene previsto terminar en noviembre. “Es una isla en la reserva, como un caparazón de tortuga cubierto de gomas de auto –anticipó-, que alojará una biblioteca de ecología y sustentabilidad”.
Fuente: Celina Chatruc, La Nación