El dibujante Ernesto García Seijas murió a los 81 años y tras 65 de actividad profesional, según informó su familia en las redes sociales. Aunque hace rato dedicaba sus esfuerzos al mercado italiano, donde formaba parte del equipo creativo del mítico western Tex, su trabajo en la Argentina es recordado por varias generaciones de lectores, desde quienes vieron sus primeros trazos en las editoriales Columba o Record hasta quienes se enteraron de su existencia por El Negro Blanco, junto a Carlos Trillo, en la contratapa del diario Clarín. Colaboró prácticamente con todos los grandes guionistas de su generación, incluyendo a Héctor Germán Oesterheld, Robin Wood, Carlos Trillo, Ray Collins, Alfredo Grassi y Eduardo Mazzitelli, entre otros.
El Negro Blanco es su personaje más emblemático y su compañera, Floppy, también se hizo notablemente popular (al punto de tener serie propia) por su innegable inspiración en la fisonomía de la por entonces jovencísima y recién llegada a la pantalla Araceli González. García Seijas contaba que había dado con la inspiración por un folleto que le habían alcanzado en la agencia de publicidad donde tenía sus oficinas Carlos Trillo. “Me pareció simpatiquísima con ese pelo cortito y ahí estaba por aparecer el personaje de Floppy en la tira”, recordaba.
Con el tiempo ese parecido derivó en un juicio, cuando la revista Playboy (por entonces en manos de Editorial Perfil) lo convocó para hacer una ilustración de portada que jugaría con el parecido entre Floppy y González. “Yo de ingenuo no me aseguré de que todo estuviera cerrado con ella, pero no era así. Y nos hizo juicio”, lamentaba años después. Al final el litigio se resolvió con un tecnicismo y todo quedó en la nada. Al tiempo Clarín canceló la serie de buenas a primeras para dar espacio a otro colega y el dibujante de Ramos Mejía terminó volcándose al mercado italiano.
“El western lo había abandonado y creía que era para siempre… pero el destino me puso nuevamente el tema”, contaba Ernesto García Seijas hace poco en una entrevista para Agencia Nova sobre su trabajo en Tex. Ese cowboy es una de las historietas más emblemáticas del mercado italiano. Hacer Tex es como hacer Patoruzú o Lucky Luke, figuras icónicas de algunas tradiciones comiqueras. Así todo, García Seijas no estaba particularmente satisfecho con eso, reconocía en esa misma entrevista. “Yo era feliz con el otro tipo de trabajo, temas actuales, incluso con hadas, pero que daba lugar para muchas cosas: se puede hacer de todo con ciertos personajes. Pero exclusivamente cowboys, con ese ambiente, es algo que no está en mí, me hace sufrir mucho”. Lo curioso del caso es que algunas de sus páginas originales de Mandy Riley, un western que hacía para Ediciones Record, hoy cotizan entre 90 y 125 euros, y un capítulo completo de esa misma serie alcanza los 900 euros.
Más allá de esos títulos más rimbombantes, fue un gran colaborador de Oesterheld, para quien dibujó en las revistas Frontera, Hora Cero, Misterix y Rayo Rojo. Luego recaló en la revista Intervalo, de Editorial Columba, donde solía adaptar al papel películas en boga. Y también allí, en la publicación de Columba destinada “al público femenino”, Helena, junto a Robin Wood, otro de sus grandes títulos.
García Seijas era modesto al hablar de sus virtudes como dibujante, pero cultivaba un estilo de dibujo realista notablemente preciso, que le dieron el prestigio y la facilidad para circular por el mercado editorial italiano. En total, más de seis décadas de trabajo, que no abandonó ni siquiera cuando la vista y el cansancio empezaban a apretarlo. Este martes, finalmente, el sol se puso en su cercano oeste bonaerense.
Fuente: P´ágina 12