El próximo jueves 13 de junio a las 18 inaugura “Antología Flotante”, una exposición integrada por 80 obras del artista visual Carlos Bissolino que será exhibida en las salas 7, 8 y 9 del Centro Cultural Recoleta.
Figura vital de la escena del arte argentino desde la década del 70 hasta el presente, Bissolino ha desarrollado parte de su obra durante los años 80 en Italia y, desde su regreso al país, dirige una de las cátedras más activas e influyentes de la Universidad Nacional de las Artes.
Óleos, acrílicos, técnica mixta sobre tela, tinta sobre papel -entre otros formatos- son algunas de las piezas que reflejan el universo del artista en el que coexisten paisajes oníricos de una intensa exploración técnica.
Agustín Fernandez, Sol Ganim, Rodolfo Marqués, Ramiro Oller, Juan Reos y Gonzalo Silva conforman el equipo curatorial de la muestra celebratoria del artista argentino. Todos ellos, formados en su cátedra, festejan hoy la vitalidad y experimentación radical de la producción del maestro abarcando al menos cuatro décadas de un trabajo ininterrumpido.
“Bissolino es para todos nosotros el ideólogo de un espacio donde nos formamos y del que surgió nuestro primer grupo de pertenencia dentro del campo del arte en Buenos Aires”, apunta Agustín Fernández. “Nos entusiasmamos con las obras que se resisten a ser explicadas, las más inclasificables, las que sostienen un misterio tanto en su imagen como en su dimensión técnica”, agrega Rodolfo Marqués. “Algunas de ellas no habían sido exhibidas y otras habían sido vistas hace ya mucho tiempo, en contextos muy diferentes”, cuenta Ramiro Oller.
La muestra se organiza asincrónicamente, permitiendo que obras de distintos períodos convivan en una misma sala e incluye la producción más reciente de Bissolino (2020-2021), plagada de abstracciones matéricas de gran formato, junto a tintas alucinadas y prolíficos cuadernos que dan cuenta de su vasto imaginario.
En la sala 7 se exhiben pinturas de gran formato “donde ciertos objetos animados habitan atmósferas misteriosas”, explica Juan Reos, y “en la sala 8 se muestran paisajes metafísicos poblados de escalinatas de perspectivas imposibles junto con objetos que flotan en un espacio ambiguo”, agrega Sol Ganim.
Por último, “en la sala 9 diseñamos un espacio pequeño, escenográfico, que funciona como transición y donde nos permitimos reunir las obras más fantasmales de la muestra», comenta Gonzalo Silva.
En Bissolino la propia práctica de la pintura cobra jerarquía convirtiéndose en una especie de fluido vital que se redefine y reconstituye en cada serie. “Antología Flotante” es, más que un homenaje, un redescubrimiento y puesta en valor de lo que sus obras pueden mostrarnos hoy.
Centro Cultural Recoleta (Junín 1930)
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