El movimiento ondulante de las serpientes es su rasgo más identitario pero en medio del período Jurásico este reptil poseía patas traseras. Así lo reveló el hallazgo de cráneos y esqueletos en la Patagonia Argentina por parte de un grupo de investigadores liderado por integrantes del CONICET. El trabajo de los investigadores permitió obtener detalles más preciosos de la evolución anatómica de las serpientes, una cuestión que estuvo sujeta a debate y repleta de incógnitas por la falta de fósiles completos y bien preservados. El estudio, liderado por Fernando Garberoglio y Sebastián Apesteguía, fue publicado en la revista Science Advances. Los fósiles fueron localizados a partir del 2013 en el área paleontológica de La Buitrera, en Río Negro. Se trata de vértebras robustas y patas posteriores adaptadas a un ambiente de madriguera subterránea del género Najash, extinto en la actualidad, provenientes de rocas del Cretácico Superior. También hallaron un ejemplar con un cráneo, algo que escasea dado que es uno de los huesos más delicados y que cuesta que se preserven.
El cráneo fue reconstruido por los investigadores casi en su totalidad en base a técnicas de tomografía computada para obtener un modelo en 3D gracias al cual los científicos llegaron a diversas conclusiones que hasta el momento no se habían podido probar.
Los descubrimientos del equipo permitieron establecer que las serpientes primitivas tuvieron patas traseras en sus primeros 70 millones de años de existencia, es decir, que no se trató de una fase transitoria. Por otro lado, también se pudieron esclarecer detalles sobre la forma en que el cráneo flexible de estos reptiles evolucionó desde sus ancestros, los lagartos. “Las serpientes representan uno de los ejemplos más dramáticos de la versatilidad evolutiva del plan corporal de vertebrados, que incluye el alargamiento del cuerpo, la pérdida de extremidades y la cinesis del cráneo. Sin embargo, la comprensión de los primeros pasos hacia la adquisición de estas notables adaptaciones se ve obstaculizada por el registro fósil muy limitado de las serpientes tempranas”, expusieron los autores de la investigación.
El estudio de los cráneos también mostró que las serpientes Najash no tenían la serie huesos que forman la cresta, denominada crista circumfenestralis. Asimismo, esta especie presentaba «un mosaico de características similares a las de los lagartos primitivos», como un hueso en forma de «Y» en la mandíbula, y otros rasgos propios de las serpientes como la ausencia del arco óseo que conecta un hueso con el frente del cráneo en la mandíbula.
Fuente: Perfil