Hay una leyenda que dice que la gruta escondida entre las escarpadas peñas en la colina de San Marco, en Sutera, el corazón de Sicilia, esconde un cofre lleno de monedas de oro. Para encontrarlo, es necesario que tres hombres sueñen con el lugar preciso para hacer la excavación.
Haya tesoro o no, la gruta en sí es una joya arqueológica, sus paredes están adornadas con un fresco multicolor del siglo XVI, que imita el estilo bizantino, representando a Jesús, la Virgen María, y los santos Paulino, Lucas, Marco y Mateo.
Se trata de uno de los primeros oratorios de montaña del mundo, construido por monjes de la orden de Basilio en el siglo IX. Pero el tiempo ha erosionado los frescos, abandonados al desgaste que produce el ambiente. Cualquier interesado puede entrar, a través de una puerta endeble que no tiene ni llave ni cadena. Pero la gruta, ahora cubierta de vegetación, no es conocida siquiera por la gente que vive en los pueblos vecinos.
Este descuidado rincón de Sicilia es uno de los cientos de sitios arqueológicos, monumentos y edificios históricos abandonados alrededor de Italia.
El país, que hace alarde del alto número de sitios declarados por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, según estadísticas de la UE, es el anteúltimo de Europa en financiamiento público a la cultura. En consecuencia, una gran parte de su inmenso legado patrimonial —que ha sobrevivido a terremotos y guerras— corre el riesgo de ser destruido por el vandalismo, la negligencia y el saqueo.
A unos 100 km de la gruta de San Marco, también cubiertas de vegetación, están las ruinas de una antigua cantera griega, del siglo VI a. C., que fue excavada para construir ciudades y templos, como los de Selinunte, en la provincia de Trapani. Hay columnas y capiteles desparramados por el suelo, que datan del momento en que las flotas cartaginesas llegaron a las costas sicilianas, en el 409 a. C.
“Hoy en día, el sitio está a la merced de predadores y bandidos, que durante siglos han saqueado el lugar buscando artefactos preciosos”, dijo Mimmo Macaluso, un investigador de la UE que estudia la Magna Graecia, el nombre que los romanos le dieron a las áreas costeras del sur de Italia, mayormente pobladas por colonos griegos.
Un dormitorio de una casa de campo abandonada, en un sitio de Italia no especificado./ FOTO: @tesoriabbandonati vía Facebook
“En cualquier otra parte del mundo, el sitio habría sido transformado en un museo, atrayendo a millones de visitantes. En cambio, lo que vemos aquí es un tesoro del siglo VI a. C. destruyéndose ante nuestros ojos”.
Sicilia alberga también la necrópolis de Pantalica, uno de los sitios protohistóricos más importantes del mundo y un patrimonio de la humanidad, declarado por la Unesco. Desparramadas entre valles y bosques, se encuentran antiguas tumbas y viviendas que datan del siglo XIII a. C., y que en los últimos años han sido pintarrajeadas con aerosol.
Colonias de ratas
“Hay sitios arqueológicos que no están cerrados. Cualquiera puede entrar y robarse un capitel antiguo”, dijo Macaluso. “La única manera de proteger nuestro patrimonio es convenciendo a nuestras instituciones para que inviertan más fondos públicos en nuestro trabajo”.
Es muy difícil cuantificar el número de iglesias abandonadas en Italia. Según reportan los investigadores, hay miles, muchas de ellas expropiadas, luego abandonadas, durante el régimen napoleónico. Otras han sido destruidas por terremotos. De las que siguen en pie, muchas se encuentran en condiciones ruinosas, albergando colonias de ratas y siendo objeto de vandalismo constante.
“Hace algunos años, la conferencia episcopal italiana hizo un censo de iglesias pertenecientes al Vaticano”, dijo Luigi Bartolomei, un investigador del departamento de arquitectura de la Universidad de Boloña.
“Hay aproximadamente 67.000 sitios de adoración administrados por la iglesia, pero hay muchos miles que son propiedad del Estado Italiano y de organizaciones religiosas del país. ¿Cuántos de estos sitios han sido abandonados? Es difícil decir, porque con frecuencia hay poca información disponible sobre estas organizaciones y las iglesias que les pertenecen”.
Un visitante de Nápoles del siglo XIX escribió en su diario que “Nápoles tiene más iglesias que Roma”. En el centro histórico de la ciudad hay más de 200 iglesias, 75 de las cuales están completamente abandonadas.
Otras se han vuelto depósitos de basura. Por ejemplo, la iglesia Scorziata, construida en 1579, a la que adornaban pinturas como la de San Giovannino, copia epónima de un cuadro de Caravaggio. La iglesia está cerrada al público, y el interior es un cúmulo de escombros. Las pinturas y esculturas han sido robadas.
De acuerdo con el boletín de las obras de arte robadas recientemente, emitido por los Carabinieri, sólo en el último año han desaparecido 8.405 ítems arqueológicos de interés en Italia. A pesar del abandono y el vandalismo, muchas de estas iglesias siguen atrayendo a cientos de visitantes y curiosos, fascinados por la atmósfera decadente que evocan. Techos abovedados parcialmente destruidos, altares y púlpitos cubiertos de vegetación, evocan en los visitantes los templos exóticos de Indiana Jones.
Armado con su cámara, Federico Limongelli, de 35 años, pasa sus fines de semana con amigos explorando iglesias abandonadas, santuarios, villas y otros edificios. En 2015 crearon una página de Facebook que se llama “Tesori Abbandonati” (Tesoros Abandonados), que ahora tiene más de 50.000 seguidores.
Pueblos fantasma
Escalera de un edificio abandonado, con un parapeto de mármol, en un sitio de Italia no identificado./ FOTO: @tesoriabbandonati vía Facebook
“Empezó como un hobby”, dijo Limongelli. “Se trata de lugares con cierto atractivo, y contar historias a partir de la fotografía era un modo de llamar la atención sobre su abandono. Muchas personas han empezado a seguirnos y a postear en nuestra página sus propias exploraciones de los tesoros abandonados de Italia. Muchas veces no eran edificios o iglesias, sino hasta pueblos enteros abandonados”.
El Instituto Nacional de Estadísticas en Italia ha contado casi 6.000 pueblos fantasma en Italia, muchos de los cuales son pueblos medievales que sucumbieron a causa de terremotos o derrumbes. Algunos siguen atrayendo a visitantes y turistas, a pesar de estar cubiertos de vegetación. Otros terminaron en eBay.
En 2012, los 25 hogares que constituyen el pueblo medieval abandonado de Patraricca, situado donde comienza el río Arno, fueron subastados con una oferta inicial de 2.5 millones de euros.
Fuente: Clarín