El programa fue desarrollado por el Institut français d’Argentine – Embajada de Francia en la Argentina- en conjunto con la Fundación PROA y contó con el apoyo de Fundación Medifé, Air Liquide, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y el Centro de Mediación artística Australia.
“La nube que hablaba”, instalación a gran escala del artista visual y fotógrafo Yo-Yo Gonthier recorrió el barrio de La Boca acompañada por “Soy el hijo del río”, exposición que fue inaugurada en Proa21 (av. Pedro de Mendoza 2073) exhibiendo diferentes travesías de la nube del artista en distintas partes del mundo. La muestra puede visitarse durante todo el mes de diciembre, de jueves a domingos de 12 a 19h.
Desde la Proa 21 partió una nube inmensa que ha sido confeccionada junto con los artistas locales: Javier Ferrante, Juan Carlos Urrutia, Sebastián Baez, Pedro Montes de Oca, Yhomara Muñoz y Paula La Fea. La nube realizó un recorrido por el barrio de La Boca, terminando con una navegación por el Riachuelo.
“La nube que hablaba” se convierte en un gesto poético y visual. Una instalación participativa a través de la cual Gonthier propone una reflexión sobre la relación de las sociedades contemporáneas con su propia memoria y el papel del artista en la sociedad actual, con el objetivo de dar una respuesta poética elaborada colectivamente. La Nube recoge los pensamientos de los participantes en la activación y aparece como un instrumento de emancipación colectiva; una página en blanco en la que se inscriben ideas que de otro modo nunca hubieran tomado forma.
UNA ACCIÓN COLECTIVA. Estas representaciones llevadas a cabo en diferentes lugares del mundo con artistas locales brindan a Yo-Yo Gonthier la oportunidad de inmortalizar la ligereza de la inmensa nube en películas atemporales filmadas en 8 mm. La performance colectiva se transforma luego en ensayos documentales, fotográficos y fílmicos realizados por el artista en colaboración con otros.
LA NUBE QUE HABLABA, performance + exposición | Noviembre 30, 17h en PROA21.
Historia de “La nube que hablaba”
La historia de “La Nube que hablaba” empezó en 2011, cuando Yo-Yo Gonthier invitó a doscientas personas, principalmente adolescentes, a participar de la construcción de un aerostato bordado de ocho metros de largo. Un intrigante artefacto que se movía con el viento, capturando los sueños y pensamientos de los que se cruza y llevándolos a otros horizontes.
La nube es un objeto único y singular que crea una ruptura en el espacio-tiempo de la vida cotidiana, en la que el individuo está sometido tanto a las leyes de la gravedad como a las del mercado. La nube amplía el campo de posibilidades y permite que los sueños penetren en la realidad: cada una de sus representaciones es una oportunidad para crear vínculos y tejer encuentros entre habitantes y artistas. Esta instalación de lo maravilloso en la vida de las personas es característica de la nube, que teje su propia red a lo largo de sus peregrinaciones.
Luego de este primer vuelo realizado en Saint-Denis, cerca de París, en el marco de una residencia, la Nube se activó en varios puntos del mundo con artistas y científicos locales: viajó hasta la isla de la Reunión en el Océano Indico en 2013 durante la performance Vol de Nuit / Vuelo nocturno, en 2015 en Abiyán con L’empreinte / La huella y en 2016, en Niamey, a orillas del río Níger, para La traversée / El cruce. Así, la experiencia de la nube se transmite, uniendo a las personas más allá de las fronteras.