La Confitería del Molino cumplió 105 años desde su inauguración, el 9 de julio de 1916.El edificio ahora luce completamente renovado, pero sin haber perdido su impronta original que lo caracterizaba como uno de los más opulentos de la época. Después de atravesar un gran proceso de restauración tras pasar varias décadas en el abandono, se prevé que estará abierto al público en 2022.
Sin andamios en la fachada, en las últimas horas los transeúntes se sorprendieron con el esplendor del histórico inmueble, en el que se completaron arduas obras de recuperación de su marquesina. Para conmemorar tanto el aniversario de su creación como la fecha patria, en la cuenta de Twitter oficial del Edificio del Molino publicaron: “¡Feliz día de la Independencia!”, junto a una ilustración de la confitería con banderas argentinas.
“Los invito a sorprenderse como acabo de hacerlo yo. Después de años de trabajo hoy amaneció así de imponente y libre el ingreso principal de uno de los emblemas de la ciudad. El Molino, emplazado en una de las esquinas que vigilan el Congreso”, escribió otra usuaria en un tuit acompañado por un foto de la renovada entrada. El edificio ubicado enla intersección de las avenidas Rivadavia y Callao planea recibir visitantes el año próximo, en su confitería y en otros dos espacios: un museo y un centro cultural.
Además de la marquesina, la construcción recobró el funcionamiento de sus aspas originales tras 60 años de inactividad. Hoy, las imágenes que difundidas de la obra creada por el arquitecto italiano Francisco Terencio Gianotti,como un monumento a la modernidad, reflejan la opulencia que se pretendía mostrar en siglo XX. El Molinoestuvo en ruinas al punto de llegar a ser vandalizado desde su cierre en 1997 hasta 2018, cuando comenzó su puesta en valor. Desde entonces, se invirtieron casi 100 millones de pesos en la remodelación.
Callao y Rivadavia pic.twitter.com/4PMxeo9ixb
— Edificio del Molino (@DelMolinoOk) July 6, 2021
El edificio es de hormigón armado de 7600 metros cuadrados y ocho plantas. En los trabajos de restauración fueron rescatados 15.000 objetos arqueológicos y se realizó un recableado de 4500 metros de líneas de iluminación. También se intervinieron 1070 metros cuadrados de superficies pintadas.
Los trabajos en el interior son responsabilidad de la Comisión Administradora del Molino; el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana porteño se ocupa de supervisar los del exterior.
Fuente: La Nación