El hallazgo ocurrió cuando Soler realizaba una caminata por la zona, donde se encuentra una cuenca paleontológica del período cuaternario.
La pieza encontrada, que fue exhumada el pasado viernes por la becaria del Conicet Cecilia Mendez, pertenecería al astrágalo -un componente de una de las patas de un perezoso gigante- que luego del hallazgo fue trasladado a la capital correntina para su limpieza, restauración y acondicionamiento.
Esa tarea estará a cargo del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (Cecoal) de la Universidad Nacional del Nordeste (Unne) y del Conicet, donde se estudiará en profundidad el origen del hueso exhumado.
«La pieza tiene como destino el laboratorio de preparación de vertebrados y estimamos que se trata de un hueso que data de entre 30.000 y 50.000 años«, expuso el paleontólogo Alfredo Zurita, coordinador del equipo de investigación del Cecoal. «Es que, si bien con carbono 14 no hemos podido determinar la antigüedad de los huesos, sí pudimos datar el tiempo del sedimento«, agregó.
El resto hallado correspondería al perezoso gigante —cuya especie vivió hasta hace 10.000 años en esa región– que en vida pudo haber alcanzado entre 700 y 800 kilos.
Un grupo de especialistas halló en la provincia de Corrientes restos de un perezoso gigante que datan del periodo cuaternario, informaron hoy fuentes académicas.
«El análisis geoquímico nos lleva a determinar que los restos que venimos encontrando de un tiempo a esta parte en realidad son de un mismo animal, que luego de morir fue tapado por un curso de agua que desarmó su esqueleto y distribuyó sus partes por diverso puntos de la cuenca«, indicó Zurita, en referencia al hallazgo.
Según recordó, en marzo de 2018 se hallaron en la reserva Toropí restos de tres animales. Tras dos años de estudio se descubrió que uno de los restos, que eran de un carnívoro (una categoría infrecuente de encontrar), correspondía a un ocelote.
Los trabajos en Toropí comenzaron hace más de 40 años, a cargo de científicos del Cecoal y de la Unne. Durante los últimos quince años, las campañas se hicieron más frecuentes y se multiplicaron los hallazgos de grandes mamíferos extintos, como mastodontes, gliptodontes o toxodontes.
Fuente: Página 12