El Tribunal Supremo de Japón rechazó una apelación presentada por la artista contra un fallo de un tribunal inferior que la declaró culpable de «obscenidad» por el suceso ocurrido hace unos seis años, informó el periódico Japan Times.
En un fallo más que absurdo, los tribunales inferiores dictaminaron en aquel entonces que los datos en 3D «reproducen de forma realista los genitales femeninos y estimulan el deseo sexual de los espectadores».
La artista fue condenada en 2016 -al término del juicio- a pagar una multa cercana a los cuatro mil dólares (400.000 yenes) pero Igarashi decidió llevar el caso primero ante un tribunal superior y finalmente hasta la Corte Suprema de Japón, que se expidió hoy.
De este modo, la artista perdió su última batalla judicial en la Corte Suprema nipona que desestimó su apelación.
«Fue una expresión artística para cuestionar por qué (los datos) son tratados como obscenos», dijo la artista luego del fallo, que calificó de «obsoleto».
«¿Por qué los genitales femeninos se pueden considerar obscenos, un tabú?», se preguntó la artista en un comentario difundidos online, tras conocer la «decepcionante» decisión del máximo tribunal japonés.