La Agencia Tributaria de España y la Policía Nacional de ese país frustraron en el Puerto de Valencia una importación ilegal de fósiles de un gran valor paleontológico procedente de la provincia argentina de Río Negro. El cargamento, de más de 4.000 piezas fósiles, incluía cinco huevos de dinosaurio que, se estima, podrían venderse, de modo ilegal, por más de 150.000 euros.
Por estos hechos, dos personas fueron imputadas en la Argentina como responsables de la exportación ilegal de restos fósiles. Así lo informaron los responsables del operativo en un comunicado.
Concretamente, el museo de donde provenían las piezas estaba ubicado en San Carlos de Bariloche, en la localidad de Villa Los Coihues, a orillas del Lago Gutiérrez. Según informa el diario Río Negro, el primer alerta de esta historia surgió en febrero del 2019 cuando «el director del Museo Paleontológico Rosendo Pascual de Villa Los Coihues manifestó que cerraría las puertas de la institución que funcionaba desde 1995 porque el gobierno municipal le exigía habilitación comercial. Días después, su hijo ratificó que la decisión estaba tomada y que tenían una invitación para realizar una muestra itinerante por Murcia y Málaga en España».
Sin embargo, los permisos para sacar los fósiles del país no les fueron otorgados.
En paralelo, el operativo «Corsario» (así llamado por las autoridades españolas) se activó en Europa cuando el Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales de la Agencia Tributaria española conoció una denuncia presentada ante la Organización Mundial de Aduanas (OMA) por parte de las autoridades aduaneras argentinas, en la que se solicitaba colaboración para la detección y reconocimiento de una exportación de bienes personales con destino al Puerto de Valencia.
Los fósiles incautados tienen un gran valor, por sus características y por su buen estado de conservación. Foto DPA.
Entonces un contenedor descargado en el Puerto de Valencia a finales de febrero fue sometido a una primera inspección ocular a pie de buque. Luego se ordenó su revisión física exhaustiva mediante la descarga total.
En esa segunda inspección física, ya sobre la totalidad del contenedor, las autoridades españolas constataron la existencia de distintos restos que fácilmente podían coincidir con los fósiles expoliados del patrimonio argentino.
Finalmente, en una tercera inspección, se constató la existencia en el contenedor de fósiles de un altísimo valor, tanto por sus características como por su grado de conservación.
Algunas de las piezas estaban ocultas entre piedras de diferentes tamaños y colores. Foto EFE..
A modo de ejemplo, se encontró una antiquísima muela de caballo, testimonio de que esos animales tuvieron su origen en América y se extendieron desde allí al resto del mundo a través del Estrecho de Bering. También se hallaron varios ejemplares de huevos de dinosaurio muy bien conservados y un ejemplar completo de dinosaurio.
Gran parte de todas estas piezas se encontraban ocultas entre piedras de diferentes tamaños, formas y colores. Solo los huevos de dinosaurio podrían tener un valor en el mercado negro de más de 150.000 euros.
En la actualidad, toda la mercancía hallada en el contenedor se encuentra en el Puerto de Valencia a disposición de las autoridades argentinas, para ser repatriada tras la autorización de la autoridad judicial competente.
El operativo contó con la colaboración de la OMA, de Interpol y de diferentes dependencias del Estado español.
Existe la Ley 25.743 de Protección del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico. El Museo Bernardino Rivadavia, ubicado en el Parque Centenario, Villa Crespo, es la autoridad de aplicación de la norma.
Sus autoridades reconocen que si bien hoy no hay movimiento por la contingencia de la pandemia, era habitual especialmente procedente del sur identificar mucho movimiento en los aeropuertos con pasajeros que trasladan uno o dos fósiles y dicen que los han encontrado o comprado.
Fuente: Clarín