Esta cifra superó en un 22% la inscripción de la edición anterior, en sintonía con el crecimiento provocado por el nuevo perfil del Recoleta: desde que reabrió, en enero, tras un año en remodelación, la cantidad de visitantes mensuales aumentó un 60% respecto de 2018, gracias a una programación centrada en el público menor de 30 años.
Entre los 18 y los 32 años se ubican los 415 artistas que participarán de la bienal. Además de exhibir sus obras y participar del programa de formación Campus Bienal, competirán por residencias en Nueva York, Madrid, Barcelona y San Pablo. Cien de ellos –25 artistas visuales, 15 directores audiovisuales, 15 directores de teatro y danza; 15 bandas y solistas y 30 escritores– exhibirán sus obras en el Recoleta, y se producirán además 18 muestras de artistas visuales, obras escénicas, películas, discos y novelas.
“La cultura tiene un poder transformador en la vida de todos y en especial de las nuevas generaciones”, señaló Enrique Avogadro, ministro de Cultura de la ciudad de Buenos Aires, a la que definió como “el centro cultural de Latinoamérica”.
“La bienal es un vehículo para que los artistas jóvenes encuentren maneras más poderosas de expresarse”, agregó Luciana Blasco, subsecretaria de Políticas Culturales y Nuevas Audiencias, que reflotó en 2013 este proyecto, iniciado en 1989.
Dentro de la ciudad, el mítico Recoleta aspira a convertirse en el lugar de referencia del arte joven con espacios gratuitos para estudiar, hacer reuniones de trabajo y practicar incluso break dan ce yhip hop. El cambio de perfil no estuvo exento de polémica. Muchos consideraron que con la nueva programación y la intervención de la fachada del edificio se desvirtuó el sentido que tuvo desde 1980. “Que las artes visuales hayan pasado a estar detrás delhiphop es una situación que me da náuseas ”, llegó a decir Jacques Bedel, uno de los autores del proyecto del Recoleta junto con Clorindo Testa y Luis Benedit.
Fuente: La Nación