Los visitantes pueden llegar a «El Paraíso» desde La Cumbre o Los Cocos, las dos localidades del Valle de Punilla entre las que se ubica el coqueto poblado de Cruz Chica, por un camino flanqueado por hileras de molles, talas, algarrobos blancos, pinos y romerillos. Así encontró ese caserón uno de los grandes narradores argentinos, Manuel Mujica Lainez, de cuyo nacimiento se cumplieron ciento diez años en 2020. «La descubrí por azar, paseando -escribió el autor en su álbum de fotografías-. Un cartel unía su nombre a la información de que estaba en venta, y quizás en mi subconsciente la magia de ese nombre operó de inmediato, pues ella hacía espejar la posibilidad de que Invitados en el Paraíso convirtiese en realidad lo creado por la imaginación».
La novela que menciona «Manucho» había sido publicada en 1957, mucho antes de su paseo por Cruz Chica, y no está ambientada en un caserón serrano de infinitos cuartos y recovecos, sino en una estancia de la llanura bonaerense. «‘El Paraíso’ no era ya una estancia y era bastante más que una quinta. A falta de una denominación justa lo llamaban ‘la chacra’. Tampoco lo era. Era un lugar de capricho. Había surgido, como las grandes familias históricas equiparables a las vastas estancias fundadoras, en la evolución de la tierra, por el heroísmo y por el trabajo audaz, y perduraba, con su gracia fuera de moda, ni estancia, ni chacra ni quinta, por una necesidad romántica, casi estética, como los últimos descendientes indefinibles, inubicables, de las grandes familias históricas debilitadas», narra con ironía Mujica Lainez. La descubrí por azar, paseando. Un cartel unía su nombre a la información de que estaba en venta, y quizás en mi subconsciente la magia de ese nombre operó de inmediatoManuel Mujica Lainez
Volviendo a Cruz Chica, se sabe que luego de contagiarle entusiasmo a su mujer y madre de sus hijos, Ana de Alvear Ortiz Basualdo, el escritor adquirió la casa el 19 de octubre de 1968, cumpliendo así un curioso acto de videncia literario- inmobiliaria. Uno de los argumentos, además de la referencia a su propia novela, era que la casa estaba ubicada en la calle Alvear (hoy esa calle lleva su propio nombre: Manuel Mujica Lainez). Después de regatear, pagó por ella siete millones de pesos. Según informa la Municipalidad de La Cumbre, la residencia «El Paraíso», de estilo español, fue diseñada por el arquitecto León Dourge por encargo de Ramón Avelino Cabezas, propietario de un emporio comercial de venta de ropa en la ciudad de Buenos Aires. La casona se terminó de construir en 1922, en la ladera suave de una sierra petisa.
Un año después de adquirir la propiedad y de jubilarse en LA NACION, Mujica Lainez y su familia se mudaron a «El Paraíso». La primera obra que escribió en las sierras fue Cecil, un relato autobiográfico narrado (a la manera del Flush de Virginia Woolf) por un perro. «En mayo de 1969 compra El Paraíso, no en Grecia ni en Taormina sino en la Córdoba argentina; siete hectáreas de bosque sobre la pendiente de una sierra, a 830 kilómetros de Buenos Aires, con su gran casa principal, otras más pequeñas, un lago, una pileta de natación. Sin lugar a dudas, este es un sitio encantado. Sin lugar a dudas, el enigma de una predestinación lo une por lazos imprevisibles, a partir de sus comienzos, con el escritor que hace tres años ignoraba su existencia», cuenta Cecil en la novela que lleva su nombre. Mujica Lainez trasladó de su residencia en el barrio porteño de Belgrano a la de Cruz Chica más de trece mil libros, que con el paso de los años se convirtieron en veinte mil. Mientras «El Paraíso» estuvo cerrado, habitantes de la zona ingresaron en la propiedad y robaron unos dos mil quinientos ejemplares.
Aquellos que quieran conocer algo de «El Paraíso» por dentro pueden visitar la página de Facebook de la Fundación Mujica Lainez, institución creada en 1989 por la viuda del escritor y ahora presidida por su hija, Ana Mujica, donde se publicó un video realizado por Liliana Martin. Allí, la guía Mónica Pascal ofrece una visita guiada por la casa-museo, y recorre la asombrosa biblioteca de Mujica Lainez, su mobiliario, objetos de arte, obsequios y piezas arqueológicas compradas en viajes por el mundo («en una época el dinero argentino era espléndido», se oye la voz del escritor, recuperada de una entrevista realizada en Madrid por Joaquín Serrano Soler), álbumes de fotografías con anotaciones suyas, las lapiceras con las que firmaba sin descanso en presentaciones y ferias del libro los ejemplares de sus obras, su máquina de escribir. «Creo en los objetos más que en los seres humanos -dijo Mujica Lainez-. Los seres humanos pueden traicionarte; los objetos, no».
Aparecen además la «sala de los retratos», donde se agrupa casi un centenar de dibujos y pinturas; las siete chimeneas («esta casa tiene un parque de siete hectáreas, con siete chimeneas y costó siete millones de pesos») y las habitaciones donde durmieron China Zorrilla, María Elena Walsh y Oscar Barney Finn, algunos de los incontables invitados que Mujica Lainez recibió hasta el año de su muerte, un día antes de las Pascuas de 1984. Actualmente, desde que se decretó el aislamiento social, preventivo y obligatorio, la casa-museo está cerrada; no obstante, desde la Fundación informaron que se trabaja en los protocolos de reapertura y prevén que para fin de mes se pueda volver a recibir a los que quiera conocerla. La casona tiene un jardín magnífico con especies nativas que conviven en armonía con rosales, cipreses, alcornoques, dalias y castaños.
En un acto de justicia algo tardío, La Cumbre fue declarada «poblado histórico» en 2018 por el gobernador Juan Schiaretti. Si bien las autoridades nacionales prometieron en esa ocasión apoyo financiero para el cuidado de la casa-museo, el dinero no se hizo efectivo. Sin embargo, «El Paraíso» forma parte del patrimonio cultural cordobés y, a la manera de una de las elegantes capas que usaba Manucho, se luce en medio del paisaje serrano.
Para saber más
Manuel Mujica Lainez en «El Paraíso»
Autora: Mónica Hoss de le Comte. Editorial: Maizal De qué se trata: Textos y fotografías de la casa de Cruz Chica
Manuel Mujica Lainez en «El Paraíso» (Maizal), de Mónica Hoss de le Comte, contiene textos del escritor y fotografías de su residencia en Cruz Chica. Entre los escritos, figura el que narra su encuentro con la casona y el «flechazo» que experimentó al verla por primera vez. En otro registro, Al borde del paraíso. Manuel Mujica Lainez y Córdoba (El Emporio), la investigadora Ana María Hernando indaga sobre la impronta del paisaje cordobés en la obra del autor. Libros como Cecil, Sergio, El laberinto, El viaje de los siete demonios y Los cisnes fueron escritos bajo el aura introspectiva de la casona serrana
Fuente: Daniel Gigena, La Nación