Entre muchas otras, una de las características que tiene la Ciudad de Buenos Aires es su plano ortogonal. Las calles se cortan en ángulos rectos y conforman manzanas. Un auténtico damero. Sin embargo, hay excepciones. Algunas de las manzanas más singulares se encuentran en los barrios de Parque Chas o en Palermo Chico, en donde son redondas; también en el entorno de avenida San Martín, en los barrios de Agronomía y Villa del Parque, de donde se desprenden pequeñas manzanas triangulares.
Pero hay un triángulo que tiene implantado un palacio considerado el más antiguo en el norte de la Ciudad. Es el Palacio Haedo, en Retiro, y se estima que fue construido en 1860. Es un Monumento Histórico Nacional.
El Palacio Haedo está en la manzana comprendida por Santa Fe, Maipú y Marcelo T. de Alvear. La fachada principal mira hacia la avenida, frente a la Plaza San Martín.
El Palacio Haedo se enclava en una manzana triangular entre avenida Santa Fe, Maipú y Marcelo T. de Alvear. Foto Fernando de la Orden
Este edificio pertenece al Estado Nacional y es la sede histórica de la Administración de Parque Nacionales. Una de sus características actuales es la estructura metálica que envuelve su fachada. Los andamios impiden que la mampostería caiga sobre los transeúntes, pero oculta la mansarda con tejas de pizarra negras, los ornamentos de la ventanas y las torretas ubicadas en las esquinas.
Esta estructura se ha transformado casi en una postal: quienes recorren la zona diariamente no podrían distinguir este edificio sin los andamios. Llevan ahí más de 15 años.
Sin embargo esto podría cambiar. El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, junto a la Secretaría de Obras Públicas, encaró un ambicioso programa de restauración del edificio.
El Palacio Haedo es del siglo XIX y fue remodelado varias veces. Foto Fernando de la Orden
El proyecto consiste en transformarlo en un «museo interpretativo»: «Que sirva para la educación ambiental e interpretación de las regiones y ecosistemas del país. Tendrá salas de exposiciones, de reuniones, de informes, un mini auditorio y biblioteca», detallan a Clarín desde Parque Nacionales.
Para la Secretaría de Obras Públicas, se trata de una obra que se suma a otras que lleva adelante en estos momentos: por ejemplo, la de restauración de la Confitería del Molino, que realiza junto a Ciudad y el Congreso de la Nación. Además, trabajó en la Basílica de Luján y ahora, en la Casa del Puente de Amancio Williams, en Mar del Plata.
El arquitecto Fabio Grementieri es miembro de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos y describe al Palacio Haedo como un petit hotel: «Tiene un aspecto de castillo que lo hace muy singular, además de su ubicación y la particularidad de la manzana; en Buenos Aires hay muy pocas así. Lamentablemente fue muy remodelado. Este petit hotel es una pieza constitutiva importante dentro del espacio urbano que integra, el entorno de la Plaza San Martín. Allí forma parte del conjunto de edificaciones de distintos estilos que se construyeron entre fines del siglo XVIII y principios del XIX».
El Palacio Haedo tiene un aspecto de castillo. Foto Fernando de la Orden
Justamente muchos de los edificios que conforman este eje en Retiro son monumentos históricos nacionales: el Palacio Anchorena, sede ceremonial de la Cancillería; el Palacio Paz, a la derecha del Haedo, sede del Círculo Militar y que fuera la residencia más grande de la Ciudad), y el edificio Kavanagh, un ícono de la arquitectura racionalista a nivel mundial).
También son MHN la Torre Monumental o de los Ingleses y la recientemente restaurada Estación Retiro del Ferrocarril Mitre. Y hay uno pendiente de catalogación, el Plaza Hotel, hoy cerrado.
La Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos depende del Ministerio de Cultura nacional y ejerce la superintendencia sobre todos los bienes declarados como monumentos; debe autorizar todas las intervenciones que se realicen.
A nivel de la Ciudad, el Palacio Haedo forma parte de un APH o Área de Protección Histórica. Esta área abarca a los otros edificios mencionados e implica una protección cautelar, lo que preserva «la imagen característica de un área y previene alteraciones en su tejido y morfología». Es decir que todas las construcciones ubicadas dentro de una APH cuentan, por default, con algún tipo de protección.
Todas las intervenciones sobre el Palacio Haedo deben ser autorizadas y supervisadas por la Comisión Nacional de Monumentos Históricos. Foto Fernando de la Orden
Según la información oficial, la obra de restauración del Palacio Haedo tendrá un presupuesto estimado de 130 millones de pesos. Calculan que los trabajos demandarán entre 20 y 24 meses. Pero aún falta para determinar cuándo comenzarán: «Está pendiente el proyecto ejecutivo», explican. Como se trata de un monumento, se debe dar la intervención de la Comisión y también de las áreas de Patrimonio de la Ciudad de Buenos Aires.
Una residencia del siglo XIX
Se considera que el Palacio Haedo fue la primera gran vivienda que se instaló en esta parte de la Ciudad. Los propietarios originales fueron el empresario Mariano F. Haedo, quien intervino en el desarrollo de la red de ferrocarriles, y Rosa Santa Coloma Azcuénaga, perteneciente a una de las familias más poderosas del país de aquellos tiempos.
«Los antecedentes de la residencia Haedo la ubican hacia 1860 como único testimonio urbano sobreviviente de la Plaza San Martín de mediados del siglo XIX«, confirma la Guía de Monumentos Históricos Nacionales, en donde la identifican como «Antigua Residencia Villar».
Una década después se desató en Buenos Aires la epidemia de fiebre amarilla, cuyos primeros casos se registraron en San Telmo, en enero de 1871. Muchas familias de las clases altas dejaron sus casas de estilo colonial en el sur de la Ciudad y se mudaron hacia el norte.
Así Retiro dejó de ser una zona marginal y las familias comenzaron a encargar la construcción de sus residencias, petit hotels y palacios a los más renombrados arquitectos europeos. Los hicieron desde Plaza San Martín hacia Avenida Alvear y Recoleta.
La casa original de los Haedo era de planta baja y primer piso. «Contaba con dos torreones almenados de inspiración medievalista frente al parque: uno octogonal y otro cilíndrico», detalla la guía.
Se cree que el Palacio Haedo es la residencia más antigua de la zona de Plaza San Martín, Foto Fernando de la Orden
En 1890 la casa fue vendida a Reinaldo Villar, quien también pertenecía a una familia adinerada, de terratenientes entrerrianos.
A lo largo de las décadas sufrió varias transformaciones, hasta llegar al aspecto actual: la casa creció un piso y tiene adicionado un techo con mansarda. Los torreones originales desaparecieron y se reemplazaron por cúpulas y torres cónicas.
Hipotecada, en 1942 la compró el Estado nacional y la destinó como sede de la Administración de Parques Nacionales.
Fuente: Clarín