Nora Iniesta y su «niña argentina», orgullosa con delantal blanco y escarapela, en el Museo del Bicentenario, también conocido como Museo Casa Rosada.
“Las técnicas que uso en mis obras se vinculan con mi propia infancia”, dice Nora Iniesta (Buenos Aires, 1950) en la enorme sala del Museo del Bicentenario (o Museo Casa Rosada), donde exhibe más de setenta obras, a todo celeste y blanco, en la muestra Abanderada. “Esas técnicas que uso se vinculan con mi propia infancia, con las primeras técnicas aprendidas, básicamente desde el jardín de infantes, como cortar, pegar, dibujar, y luego bordar, coser, entrelazar. Todas están unidas a esa primera infancia”. La primera obra con la que se encuentran los visitantes del Museo del Bicentenario -situado detrás de la Casa Rosada, donde flamea una gigantesca bandera- es otra enorme insignia nacional hecha con más de ocho mil rastis. Para la artista que recrea los símbolos patrios, la obra representa la unión y la reunión de los argentinos, meta deseable si las hay en una sociedad “agrietada”.
El Museo Casa Rosada, que depende de la Secretaría General de la Presidencia de la Nación y fue inaugurado el 24 de mayo de 2011 durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, posee una colección de más de doce mil piezas, entre las que se destacan documentos, el célebre mural del mexicano David Alfaro Siqueiros, obras de arte nacional e internacional, mobiliario, objetos que pertenecieron a los presidentes argentinos y obras de arte decorativo. Es, además, uno de los escenarios favoritos del presidente Alberto Fernández para sus actos y anuncios oficiales. Abanderada es la primera muestra temporaria de una artista contemporánea en la institución que dirige, desde inicios de 2020, la abogada y periodista Andrea Rabolini.
La inauguración de la muestra estaba prevista para el 20 de junio de 2020, en el marco de las celebraciones del “año belgraniano”, para conmemorar los 250 años del nacimiento y los 200 años de la muerte del gran Manuel Belgrano. La llegada de la pandemia en marzo de 2020 frustró ese y otros homenajes al creador de la insignia patria. “Por eso, la temática y el título de la exposición -dice Iniesta-. Reunimos un conjunto de obras de los últimos quince años”. Algunas fueron facilitadas por empresas y coleccionistas, con lo cual la artista se reencontró con ellas después de un tiempo. Los trabajos más recientes de Abanderada fueron hechos en 2020: una “serie belgraniana” de cien collages con postales antiguas, figuritas escolares, blocks de dibujo y papel lustre, y de la que se exhiben algunos en un panel.
Además de crear la Bandera Nacional, Belgrano fue uno de los máximos impulsores de la educación pública en la Argentina, y en sus materiales y temáticas, la artista rinde tributo a este núcleo del ideario del prócer con la presencia de un personaje creado por Iniesta. “Partimos de la emblemática niña argentina, orgullosa con su delantal blanco y su escarapela en el pecho”, observa. La niña oficia de sol de oro de la Bandera Nacional y se multiplica en collages, ensambles y una gigantografía. Una gran obra realizada con baberos (con nombres de varón y de mujer bordados) proyecta sentidos desde el pasado hacia el porvenir.
Una hipótesis que plantea la muestra es que el amor a la patria nace y se transmite en el hogar. Ese aspecto doméstico -sobresaliente y vinculado también con la infancia y la escuela- cobra forma en collages hechos con platos y bandejas de madera; manteles, individuales de plástico y delantales de cocina (con escarapelas); bordados, alfombras e hilo de coser. “Es importante cuando alguien me entrega algo”, revela la artista en referencia a los materiales de sus obras, que provienen tanto de manos de su madre como de amigos y de sus viajes por el mundo (en la serie Mirando a Oriente) o las ferias de su “patria chica”, el barrio de San Telmo, donde vive hace más de treinta años. “Todas son cosas encontradas y puestas en valor y que luego se convierten en bandera”.
Sobre la paleta de colores que predomina en el Museo del Bicentenario, Iniesta destaca que “no hay un celeste o un azul bandera específico, sino lo que se aproxima a ser y que cada cual tiene en mente”. El tejido social trama sus símbolos. Muchas de las obras-bandera que se exhiben en Abanderada fueron reconstruidas en distintos lugares, entre otros, el Museo José Antonio Terry, el Museo de Arte Contemporáneo de Salta, la Casa de Tucumán, la Biblioteca Nacional de Rabat (Marruecos), la Casa Argentina en Kiev (Ucrania) y el Centro Cultural Recoleta.
Para Abanderada trabajó un equipo integrado por la curadora del Museo Casa Rosada, Adriana Mare, y el guion de la exposición estuvo a cargo de Mariela Beker, Walter Richardi y Marcela Pupo y Spencer. El diseño de montaje corrió por cuenta de Javier Jusid, que “construyó” una casa detrás de la Casa Rosada. “La exposición Abanderada propone reflexionar sobre las posibles maneras de construir una bandera desde el presente, como forma de repensarnos -se lee en uno de los textos de sala-. Apelando a la memoria y al juego como modo de descubrimiento e inspiración, Nora Iniesta invita a recordar y construir nuevas ideas de patria. Desde la más íntima cotidianidad de los hogares, pasando por las actividades típicas de la etapa escolar, sus obras plantean un recorrido en el que podemos reconocernos”.
¿En qué medida la obra de Iniesta, que aprecian tanto niños y jóvenes como adultos, se vincula con el futuro? “Vislumbro el futuro como un ancho mar de posibilidades aún no exploradas cuya matriz, sea la que sea, está latente en mi interior -responde la artista-. Es ese encuentro entre ambas partes, lo que soy, lo que traigo y la inmensa posibilidad del afuera, en ese encuentro, en esa conjunción, será”.
Para agendar
Abanderada, de Nora Iniesta, en el Museo del Bicentenario (avenida Paseo Colón 100), se puede visitar sábados y domingos, de 10 a 17.30, hasta el 13 de marzo.
Fuente: Daniel Gigena, La Nación.