«El proyecto de pintar a grandes músicos no arrancó con el fin de ser una galería a cielo abierto -aclara el artista Tian Firpo (43)-. Pero se fue dando por el contagio y entusiasmo de los vecinos de Palermo. Se cree que este barrio es como un shopping, que acá solo viven ricos, y no es así. Mucha gente la pelea día a día. La energía de comerciantes y vecinos logró que una idea se convierta en un museo a la calle«.
Tian habla con Clarín en un bar de una esquina de Coronel Díaz. Y antes de seguir refiriéndose a la denominada «Esquina de la música», recuerda la primera vez que se sintió bueno en la pintura. O mejor dicho, la primera vez que lo hicieron sentir distinto a los demás. Fue en una clase de Plástica, cuando cursaba el último año de la primaria. La maestra lo invitó a pintar con óleo y su cuadro sacó un segundo puesto en una exposición de mayores.
Pero cuando al entrar a la secundaria le ofrecieron Música o Plástica, se quedó con la primera opción. La pintura se limitó a dibujar retratos de sus amigos y tapas de discos de Led Zeppelin y otras bandas de rock.
A los 18 averiguó por la carrera de Bellas Artes, aunque se decidió por Diseño Gráfico. Mientras estudiaba y trabajaba como fotógrafo en fiestas de egresados, pintaba a pedido de sus amigos. En bastidores, en remeras o en paredes de habitaciones. A veces gratis, otras veces por los gastos y muy cada tanto a cambio de un cachet que se gastaba en una cena y un par de cervezas de sobremesa.
Tian Firpo es diseñador gráfico, pero dejó su empleo en una agencia de publicidad para pintar por encargo. Foto Maxi Failla
La próxima imagen de su carrera es la de una mujer que compra uno de sus cuadros y se lo lleva a Francia. Fue en su primera y única exposición de obras en una galería de arte. Presentó once cuadros. En aquel entonces ya trabajaba en una agencia de publicidad, como diseñador gráfico.
«Antes necesitabas sí o sí pasar por una galería de arte -afirma Tian-. No tenías otras herramientas para mostrarte. Hoy los murales y las redes sociales le dan un lugar al artista sin galería. La calle es una galería pública«.
El próximo paso, el más importante de la historia, fue instantáneo. Tian entró al almacén de su barrio y charla va, charla viene, el almacenero le contó que estaba cansado de que los grafiteros le pintaran la persiana de su comercio. «Si me conseguís la pintura, yo te la pinto», fue la propuesta de Tian. Aníbal, el almacenero de Honduras y Coronel Díaz, aceptó.
En la persiana en cuestión pintó su primer mural: la imagen de Charly García en la tapa de su disco «Música del alma», grabado en vivo en 1977 y editado en 1980. Fue en 2017. «En un principio Aníbal quería a Rubén Paz, un ídolo de Racing, su equipo. El tema es que no estamos en Avellanera. A Rubén Paz solo lo disfrutarían los hinchas de Racing. La elección de un músico no es un capricho. Pintamos artistas amados por el país, que hicieron feliz a la Argentina. Y a todos les gusta», cuenta.
A las semanas de su primer mural lo llamó el farmacéutico. Le ofreció la persiana principal y pintó a Luis Alberto Spinetta. Y a los días, la otra persiana, la del costado, donde dejó un retrato de Gustavo Cerati. Luego lo convocaron de la carnicería. A partir de ese tercer comercio, afirma, nació lo que llama «efecto contagio». De los comerciantes y de los vecinos de la zona.
Tian Firpo pintó su segundo mural dedicado a músicos en la persiana de una farmacia. Es un homenaje a Spinetta. Foto Maxi Failla
El proyecto fue bautizado extraoficialmente como la «Esquina de la música». Hoy son doce homenajes a grandes músicos argentinos. Todos en la misma zona de Palermo.
El próximo mural será en la persiana del taller mecánico de Honduras y Coronel Díaz. El retratado, Atahualpa Yupanqui. El número 14 será un reconocimiento a los tangueros en general. El lugar es la «esquina de Juan Carlos», en Soler y Coronel Díaz. E incluirá a «Juan Carlos», el vecino en situación de calle que vive en la esquina, y por quien decenas de vecinos firmaron para que no lo sacaran.
«En un principio me costaba conseguir persianas», recuerda Tian. «En algunos locales pregunté hasta cuatro o cinco veces. Y eso que no les cobro y pongo la pintura yo. Ahora cambió. Se enteran de lo que hago y me mandan a decir que vaya. Quieren ser parte del proyecto, y eso es lo lindo. No se trata solo de ocupar un espacio».
Firpo frente al mural con el que homenajeó a Virus. Foto Maxi Failla
En la carnicería de Soler, por ejemplo, hizo a Astor Piazzolla. Y en el kiosco de la misma cuadra, a Sandro. Todos los trabajos son en blanco y negro. La mirada es siempre lo más importante de la obra.
Tian dejó su trabajo en la agencia de publicidad. Los murales que hace en el marco de la «Esquina de la música» son sin cargo. Vive de encargos privados que le llegan por redes sociales. Ya sea de cuadros, ilustraciones o videos que hace mediante programas que conoció como diseñador gráfico. A algunos trabajos los hace porque le gustan, los sube a Instagram y quedan a la venta.
Cada mural le lleva un mes como mínimo. Hay que planearlo, diseñarlo, blanquear la persiana, dibujarlo. La nariz de Mercedes Sosa le llevó dos semanas de trabajo.Play VideoVideo: Av. Charly García: un mural para cambiarle el nombre a Coronel Díaz
Hace poco Tian volvió a pintar un homenaje a Charly en la terraza del edificio donde el músico tiene un departamento, en Coronel Díaz y Santa Fe. Es un teclado de 9 metros. Ahora sueña con cambiarle el nombre a la primera de esas avenidas. Y, por supuesto, llamarla Charly García.
Al mural más trande que hizo, Tian lo pintó en los portones del garaje de su edificio. Foto Maxi Failla
El mural más grande está debajo de su casa, en Soler al 3600. Fue una idea del encargado del edificio. «¿Por qué no pintás los portones del garaje?», le planteó. Tian habló con el consorcio y tiró un fotometraje del diseño por debajo de la puerta de cada uno de sus vecinos. Todos estuvieron de acuerdo. Pintó a Gilda, Mercedes Soca, Martha Argerich y María Elena Walsh. Ahora el desafío es hacia arriba. Quiere pintar el fondo o los costados de un edificio entero.
Fuente: Clarín