Este es un paso claro del espacio en un proceso que busca romper con los límites del museo como continente de obra y para erigirse en uno que genere contenido, nuevos relatos para comprender los diferentes diálogos y la construcción de sentidos de las vertientes de la historiografía contemporánea de la región.
En ese sentido,La historia como rumor se presenta como un programa anual de exhibiciones online -ya hay 6 producidos de 12- concebido por la directora artística Gabriela Rangel con el objetivo de documentar y contextualizar un conjunto de performances que ocurrieron en distintos momentos y lugares de América y el Caribe, en una transición histórica marcada por el fin de la Guerra Fría y el inicio de internet.
A partir de un esquema de trabajo colaborativo con curadores invitados y diferentes museos e instituciones internacionales, cada mes se presentará un proyecto de investigación que permitirá actualizar la lectura de una serie de acciones y performances que marcaron la producción de su tiempo y que entablan un diálogo directo u oblicuo con problemáticas del presente. A través de un registro en video de testigos presenciales que vieron las performances y expertos de diferentes disciplinas quienes opinan sobre ellas se producirá un archivo que comprende una historia oral para cada proyecto.
Malba (Shutterstock)
El proyecto busca así reconstruir aquello de lo que se ha perdido -o no hubo- registro para completar un panorama más amplio de las acciones de una serie de artistas, a partir del debate de 1981 en el Primer Coloquio Latinoamericano sobre Arte No Objetual y Arte Urbano en el Museo de Arte Moderno de Medellín, Colombia.
El punto de partida de la selección también concibe la transmisión histórica de las performances como un rumor, definido a manera de movimiento múltiple en un diagrama trazado por Ulises Carrión, poeta y artista visual mexicano radicado en Ámsterdam. Ambos marcos proponen reconfigurar un conjunto de trabajos en un arco temporal atravesado por los conceptualismos que irrumpieron globalmente desde la década de los 1960.
“Desde entonces, las acciones, la performance y su historia, accidentada, incompleta y muchas veces oral, suele adoptar una textura muy fina y escurridiza que escapa al relato unitario y siempre corre el peligro de desaparecer. Como eventos efímeros aunque repetibles, situados a caballo entre la teatralidad, el ritual, las vivencias y la danza, las performances que aquí se compilan cruzan la línea del pasado, así como las trincheras de las identidades estables, para esparcir un rumor en el presente entre aquellos que no pudieron verlas”, explica Rangel en el texto curatorial de la serie.
Los primeros cinco proyectos del programa son:
1. Septiembre: Jorge Eduardo Eielson (Lima, 1924 – Milán, 2006):El cuerpo de Giulia-no (247 metros de algodón crudo), 1972
2. Octubre: Coco Fusco (Nueva York, 1960) en colaboración con Guillermo Gómez Peña: Dos amerindios no descubiertos visitan Buenos Aires, 1994
3. Noviembre: Tania Bruguera (La Habana, 1968): Destierro, 1998-1999
4. Diciembre: Francis Alÿs (Amberes, 1959): Cuando la fe mueve montañas, 2002
5. Enero: Quisqueya Henríquez (República Dominicana, 1966): Helado de agua de mar Caribe, 2002
6. Febrero: Regina José Galindo (Ciudad de Guatemala, 1974): El gran retorno, 2019
La exhibición de cada performance comprende el registro de la acción, junto a un vasto material de archivo: fotografías, films, storyboards, clippings de prensa y documentos que permitan reconstruir la pieza y su contexto. También se incluye una entrevista a un(a) testigo(a) que haya presenciado la performance y cuatro testimonios en video. La selección de las distintas voces y el material están destinados a recontextualizar estas performances en el presente como manifestaciones contemporáneas.
Por otro lado, conHable con ella, se propone que diferentes artistas argentinos y latinoamericanos elijan una obra del acervo del museo para luego compartir desde diversas aproximaciones, su vínculo personal con esa pieza y su creador.
“Conscientes de que los artistas se constituyen como tales en contacto con el arte, este ciclo revela los modos singulares en que las obras interpelan a los propios artistas y a sus producciones”, explica Florencia Malbran, Curadora de Programas públicos y proyectos especiales a cargo de la iniciativa, que implicó un trabajo interdisciplinario con las áreas de Programas Públicos, Curaduría y Comunicación del museo.
El ciclo comenzó en febrero en forma presencial con un encuentro en sala con Mariano Dal Verme y, tras el cierre del museo, se trasladó al formato virtual con una serie de videos con los testimonios de Alejandro Cesarco, Mercedes Azpilicueta, Paola Vega, Gachi Hasper, Erick Meyenberg, Sandra Monterroso, Analia Saban y Arturo Herrera, entre otros.
En total participan más de cuarenta artistas con el fin de desarrollar una plataforma accesible dentro de la web de Malba. La selección estuvo a cargo de Gabriela Rangel, Florencia Malbran y Verónica Rossi con la colaboración de las áreas de cine y literatura. El resultado es una gran constelación de influencias, homenajes y complicidades entre artistas maestro/as y contemporáneas, a partir del cruce de temas, técnicas, datos biográficos y preocupaciones compartidas.
Fuente: Infobae