La pintura Salvator Mundi, la más cara del mundo, no será parte de la gran exposición de este año sobre Leonardo da Vinci en París porque los curadores del Louvre no creen que pueda ser atribuida solamente al artista, como se ha afirmado.
El historiador del arte y escritor Ben Lewis ha trazado la notable historia de una pintura que dio lugar a grandes titulares en todo el mundo cuando se vendió por 450 millones de dólares en Christie’s de Nueva York en 2017.
Algunos de los principales especialistas del mundo en Leonardo, entre ellos Martin Kemp, profesor emérito de historia del arte de Oxford, insisten en que es auténticamente la obra perdida del maestro. Otros son más cautelosos o despectivos.
El comprador ha sido identificado como el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, que habría acordado que fuera la estrella del Louvre Abu Dabi. También estaba previsto prestarla al Louvre de París para su gran exposición sobre Leonardo para conmemorar el 500 aniversario de su muerte.
La exhibición en Abu Dabi inesperadamente fue suspendida el año pasado y su préstamo a París en el otoño boreal no tendrá lugar, dijo Lewis en el festival Hay, de literatura.
“Mis fuentes internas del Louvre, diversas fuentes, me dicen que no son muchos los curadores que creen que la pintura es una obra autógrafa de Leonardo da Vinci».
“Si finalmente la exhibieran… querrían que se lo hiciera como del ‘taller’. De ser así, es muy improbable que se la exhiba, porque el dueño no podría prestarla… el valor caería a menos de 1,5 millones”.
Lewis es autor del libro The Last Leonardo, que rastrea la historia insólita y enmarañada de la pintura.
Esta había sido comprada por dos marchands estadounidenses, que hicieron una apuesta, en 2005 en una venta de bienes en Nueva Orleans por 1.175 dólares.
El autorretrato de Leonardo Da Vinci, que se exhibe en los Museos Capitolios de Roma. / AFP
Estaba en un estado deplorable. Después de años de restauración, los expertos se convencieron de que era auténticamente un Leonardo perdido y la pintura se incluyó en la impresionante exposición de la National Gallery de Londres en 2011.
Desde su venta ha habido silencio. El misterio rodea su paradero, aunque Lewis está convencido de que está guardada bajo medidas de máxima seguridad en un puerto franco de Suiza.
“Es la pintura que no se atreve a mostrar su rostro”, dijo Lewis.
Traducción: Elisa Carnelli
Fuente: Clarín