El nuevo funcionario es hijo de la abogada y exdiputada nacional jujeña María Cristina Guzmán, con quien fundó el Museo Magda Frank, el lugar donde la artista pasó los últimos años de su vida. Allí se reúnen unas 300 esculturas y otros 250 yesos de José Fioravanti, uno de los más grandes escultores argentinos de todos los tiempos.
La información fue confirmada por la secretaría de Cultura, donde no se precisó cuándo asumirá formalmente el cargo en el que había sido designado, en diciembre, el cineasta, productor y guionista Javier Torre. Si bien esa designación no llegó a formalizarse, Torre fue el primer titular elegido para conducir el ente autárquico que fue decisivo en la proyección de artistas como Marta Minujín, Julio Le Parc, Sara Facio, Leonardo Favio, María Elena Walsh o Alejandra Pizarnik.
El director de películas como «Fiebre amarilla», «Un amor de Borges» y «Vereda tropical» llegó a reunirse con trabajadores de la institución pero su rechazo a la posibilidad de cierre del FNA lo alejó del cargo.
Ante su salida y durante el debate del proyecto de ley conocida como ley ómnibus, los trabajadores de la institución advirtieron que si el organismo perdía su autarquía o reducía su estructura se verían perjudicados los artistas y gestores culturales de todas las disciplinas artísticas del territorio argentino que llevan adelante la producción y desarrollo de la identidad cultural del país.
En un comunicado cuestionaron que el organismo solo pueda destinar un 20% de sus ingresos vía recaudación del Dominio Público Pagante a su estructura y que su Directorio, de 12 referentes en distintas disciplinas artísticas, se reduzca a cuatro.
Los trabajadores consideraron que «un Directorio de 12 referentes especializados puede tomar decisiones plurales que atiendan con mayor rigor las necesidades federales de las asignaciones que el FNA otorga a través de su sistema de préstamos, becas, subsidios y premios del que se han beneficiado miles de artistas argentinos desde 1958 hasta 2023». Y en ese aspecto, consideran que «reducir el Directorio a 4 figuras, en cambio, puede favorecer disciplinas en desmedro de otras y aumentar el riesgo de discrecionalidad en el perfil de las convocatorias y elaboración de los reglamentos».
Además, aclararon que «el Directorio no debería ser evaluado como un gasto ya que está contemplado que sus funciones sean ad honorem».
De esta manera cuestionaron las propuesta del funcionario a cargo de la secretaría de Cultura, Leonardo Cifelli, quien al exponer en el marco del plenario de comisiones de Legislación General, Presupuesto y Asuntos Constitucionales de la cámara baja, había insistido con las propuestas de recorte asegurando que «no hay plata porque el Estado gasta más de lo que tiene y lo hace siendo ineficiente».
Sobre el FNA había precisado que, al igual que el Instituto Nacional del Teatro pasarían a «ser programas activos bajo la órbita de la secretaría de Cultura» y conservarán, dijo, «la promoción y el desarrollo de las actividades artísticas».
Finalmente el tratamiento de la ley no obtuvo media sanción en Diputados y la institución quedó acéfala hasta el nombramiento, confirmado hoy, de Andreussi Guzmán como nuevo director.
El FNA es un organismo autárquico, actualmente descentralizado actuante en el ámbito del Ministerio de Cultura nacional, cuyo trabajo alcanza a las áreas de Arquitectura, Artesanías, Arte y Tecnología, Artes Audiovisuales, Artes Escénicas, Artes Visuales, Diseño, Letras, Música y Patrimonio.
La presidenta saliente del FNA es la arquitecta Diana Saiegh, que estuvo a cargo de un directorio compuesto por 14 vocales designados por el Poder Ejecutivo: uno de ellos representa al Ministerio de Cultura de la Nación y otro al Banco Central de la República Argentina, los restantes son referentes y artistas. La duración de los cargos es de cuatro años y los mismos se renuevan por mitades cada dos años.