«Rafaela, ¿sabés que hay una placa de tu viejo en un bar al que siempre vamos?», le dijeron unos amigos a la hija de Francisco Canaro, uno de los creadores de SADAIC y una de las figuras más importantes del tango argentino, aunque él había nacido del otro lado del río, en Uruguay.
«No, no tengo idea. Voy a ir a conocerlo», les respondió. Y así lo hizo el año pasado, cuando pasó por la puerta del bar Oscar, en Alsina 1745, y leyó la placa que está en la entrada y dice que ahí vivió Canaro.
Esa acción, ese simple hallazgo de su papá en un bar de San Cristóbal, desencadenó muchos otros movimientos: uno de ellos se dará este miércoles cuando Rafaela participe por primera vez del «Homenaje a Marcel Duchamp – Francisco Canaro», organizado por la Universidad Nacional de Tres de Febrero y en el que participan la Embajada de Francia, la Biblioteca del Congreso y la consultora Fajre y Asociados, entre otras instituciones.
Canaro con Troilo y Discépolo. El compositor tendrá su homenaje este miércoles.
¿Duchamp y Canaro? Sí, porque el creador francés, padre del arte conceptual y otras tendencias contemporáneas, y el compositor, violinista y director de orquesta, vivieron en ese bar, que antes fue un inquilinato.
«Yo no sabía que existía esa placa ni que mi papá había vivido ahí. Acceder a esa información me llevó a los organizadores del festival, que hacía tiempo me venían buscando, pero no podían localizarme», dice Rafaela.
El bar Oscar y las cuadras de Alsina, entre el 1700 y 1800, son protagonistas del festival gratuito que se hace desde 2017 y que en cada edición convoca a más vecinos. También lo es el Espacio Cultural de la Biblioteca del Congreso (Alsina 1835). Ahí, en el auditorio Leonardo Favio, Rafaela fue entrevistada por Juan Pablo Güerri.
Francisco Canaro fue uno de los grandes de la historia de del tango.
Habló sobre su papá, pero también sobre su trabajo: es autora, compositora y directora del Quinteto Pirincho -como apodaron a Francisco Canaro por su pelo-. Como broche, además, se presentará la Orquesta del Colegio Nacional Buenos Aires.
«Papá estuvo, como se dice, en los 100 barrios porteños -se ríe Rafaela-. De este lugar, donde también vivió Duchamp, no me contó. Él si hablaba mucho de San Cristóbal, uno de los primeros barrios a los que llegó y donde fue canillita».
Francisco Canaro nació el 26 de noviembre de 1888, en San José de Mayo, Uruguay. Su papá italiano fue su homónimo Francisco y su mamá (también italiana) se llamó Doña Rafaela Gatto. Fue el cuarto de diez hermanos.
Según contó el investigador de tango, Pablo Taboada, «su padre trabajaba en la intendencia hasta que inconvenientes de índole política, vinculados a la revuelta de Aparicio Saravia (un militar y caudillo uruguayo), lo obligaron a buscar refugio en la Argentina«.
Viruta al asfalto. En la edición 2018 del homenaje a Marcel Duchamp hubo un espectáculo de bailarines de tango. El show se repetirá este año. Foto. Martín Bonetto
Llegó el padre primero y después su familia. El primer destino del que fuera uno de los nombres importantes del tango fue un inquilinato en Humberto Primero, entre Pichincha y Matheu.
«Me llena de orgullo mi papá. Él falleció en el ’64 y, así y todo, sigue muy presente en la Ciudad», agrega Rafaela, y compara la invitación a participar de este homenaje con un alegría que recibió dos años atrás, cuando la llamaron de una escuela de San Cristóbal.
«Me dieron una noticia que me emocionó mucho: habían decidido rebautizar el colegio con el nombre de papá. Esa iniciativa y lo que va a pasar esta semana son formas muy lindas de no olvidarlo», dice. Y cierra: «Mi papá no era el típico bohemio, sino que además era un innovador y un luchador por los derechos autorales. Me gratifica que lo recuerden».
Fuente: Clarín