Cristóbal Colón falleció el 20 de mayo de 1506 en Valladolid dejando un legado histórico y un enigma sobre su verdadero origen, que ha estado rodeado de leyendas contradictorias y misterio. La teoría oficial sostiene que el navegante que llegó a América es genovés, pero en 1898 surgió otra, la que defiende que el nació en Pontevedra, la primera de las cinco hipótesis españolas que reivindican su procedencia. Portugal, Croacia y Polonia también están en la pugna.
Un proyecto que dirige el catedrático de Medicina Forense de la Universidad de Granada José Antonio Lorente ha emprendido la búsqueda genética de Colón, un estudio científico que podría cambiar los últimos 500 años de historia y uno de los más esperados por la comunidad histórica y colombinista. Después de exhumar en 2003 el sepulcro del almirante en la Catedral de Sevilla y extraer restos óseos, junto a los atribuidos a su hijo Hernando y su hermano Diego, comenzó el análisis de identificación genética en diferentes laboratorios de Florencia, Norteamérica y México.
La investigación que culmina espera despejar las incógnitas sobre la identidad y procedencia del navegante. Los trabajos sufrieron un paro “ético” de 16 años (extendido por la pandemia), porque ante el incalculable valor de las muestras extraídas de la familia Colón, el propio Lorente consideró que había que esperar a una mejor tecnología para analizarlas, una que fuese más sensible con poca cantidad de ADN y que ahora ya existe.
El rastreo del linaje de Colón supone un viaje insólito que ha llevado hace unos días al equipo de Lorente hasta la provincia de Pontevedra. En el cementerio de San Salvador de Poio, donde los teóricos gallegos sostienen que nació Colón y yacen sus ancestros, se han exhumado huesos en bastante buen estado de conservación, pese a la elevada acidez de la tierra excavada que rodea el enterramiento. Aquí, en el entorno del monasterio benedictino medieval de San Xoán de Poio, el equipo recuperó, la primera semana de noviembre, supuestos vestigios de Colón emparentado con una saga de mareantes, expertos marineros en el arte de la navegación, que prosperaron en torno a un potente comercio marítimo que se desarrolló en esta franja atlántica en el siglo XV. En esta aventura han colaborado con el equipo de campo las historiadoras de la Universidad de Santiago Pilar Rodríguez y Mercedes Vázquez Bertomeu, y los asesores expertos en Patrimonio Alicia Padín y Rafael Fontoira.
El otro objetivo de la expedición en las Rías Baixas se encuentra a unos pocos kilómetros de Poio, en la iglesia románica de San Martiño de Sobrán, en Vilaxoán, una parroquia del ayuntamiento del Vilagarcía de Arousa que en el medievo fue una potente ciudad. El equipo científico abrió este lunes el imponente sarcófago de piedra maciza que supuestamente albergaba desde 1496 la momia del influyente clérigo Juan Mariño de Sotomayor, supuesto primo de Colón. La tesis de algunos historiadores es que el almirante era hijo bastardo de un descendiente de esta poderosa familia de nobles terratenientes, pero el enfrentamiento de los Reyes Católicos con los Sotomayor, por la posición de estos a favor de Juana la Beltraneja, obligó a Cristóbal Colón a ocultar su verdadera identidad para lograr su histórica gesta.
Junto a la mirada atenta de los arqueólogos Antonio Castro y Mateo Alemán, el restaurador José Aguiño fue el maestro de ceremonias de la apertura de la pesada losa, mientras su colega Sindo Mosteiro documentaba el acontecimiento paso a paso. La expedición era consciente de que esta tumba podía resultar un fiasco, bien porque estuviera vacía o porque los restos antropológicos no fueran óptimos para obtener un análisis genético. Después de varios minutos de suspense, se comprobó que no. Inmaculada Alemán, catedrática de Antropología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada, seleccionó varios huesos y parte del cráneo y mandíbula, en total siete muestras que para sorpresa del equipo están en aparente buen estado tras más cinco siglos de enterramiento.
Si las pruebas genéticas fuesen coincidentes, Cristóbal Colón podría ser en realidad Pedro Álvarez de Soutomaior, apodado Pedro Madruga, según una tesis defendida en 1977 por el marino e historiador vigués Alfonso Philippot. “Esta es una expedición única, muy emocionante, y esperamos estar más cerca de poder avalar nuestra tesis, la primera que puso en duda el origen genovés del almirante”, afirma el farmacéutico Eduardo Esteban Meruéndano, presidente de la Asociación Cristóbal Colón Galego Celso García de la Riega, bautizada así en honor al historiador y escritor que impulsó esta teoría.
En medio de esta apasionante prospección forense, el próximo 22 de diciembre se cumplirán 125 años de la presentación de la hipótesis gallega que por primera vez cuestionó el origen italiano del navegante y que fue documentada por García de la Riega ante la Sociedad Geográfica de Madrid. “Los documentos, la toponimia y el lenguaje fueron la base fundamental de una posibilidad divulgada por reconocidos historiadores, pedagogos o académicos”, proclama Eduardo Esteban. Incide en que el Instituto del Patrimonio Cultural de España legitimó en 2013 documentos históricos que avalan la existencia en Pontevedra de los apellidos “Colón” y “de Colón, utilizados también en las Capitulaciones de Santa Fe.
Otras teorías sobre el origen de Colón
La investigación científica del profesor Lorente tratará de recopilar todas las tesis sobre el origen de Colón surgidas hasta el momento que cuentan con material genético. Estas hipótesis sitúan el nacimiento del navegante en Valencia, Castilla-La Mancha, Navarra, Mallorca y tres diferentes localizaciones en Portugal, y se fundamentan en fuentes documentales y, en algunos casos, en posibles restos de ADN.
Este insólito viaje para rastrear el ADN de Colón, que arrancó en 2003 con la exhumación de sus restos en Sevilla, y su resultado final será el guion de una película y miniserie documental producida por TVE y Story Producciones. Emulando la exploración de famosas momias faraónicas, el proyecto audiovisual Colón ADN, su verdadero origen mostrará paso a paso las pruebas científicas y exhumaciones que se han realizado sobre los restos de Cristóbal Colón bajo la lupa del profesor Lorente y un enorme plantel de expertos en antropología forense, historia y arqueología.
En el análisis del ADN de Colón han participado el laboratorio de genética de la Universidad de Florencia o la Universidad del Norte de Texas, en Estados Unidos. Los resultados serán validados en el laboratorio de genética forense Distribuidora Comercial Zogbi, en México. El objetivo de Lorente es que el reparto de muestras y comparación independiente de resultados garantice al máximo el rigor y la imparcialidad de las conclusiones finales. “Yo soy un mero gestor de una sólida teoría de que Colón nació en Pontevedra, y con esta exploración apasionante que todavía no sabemos a dónde nos va a conducir, pondremos fin a las conjeturas más dispares e inquietantes que ha dado este personaje”, comenta Eduardo Esteban. “Para unos era hijo secreto de familias de aristócratas, para otros, un espía del rey Juan II de Portugal”, añade.
Fuente: Elisa Lois, La Nación