MIAMI.- “Pensá en tu trabajo: un ChatGPT podría escribir este artículo y esa es la tecnología actual, que es muy básica”, comenta Sebastián Errázuriz mientras me observa tomar notas en la libreta. “La inteligencia artificial es la revolución tecnológica más importante de la historia de la humanidad –agrega-: más que la imprenta y que Internet, y el nivel de disrupción al que nos vamos a enfrentar va a ser inédito”.
Con ese inquietante panorama en mente, el artista chileno creó en 2017 la escultura que según él “no se entendió” entonces. Ahora atrae a decenas de miles de visitantes en el Faena Hotel, en el marco de la semana de Art Basel Miami Beach, con personajes muy reconocibles: Elon Musk, Jeff Bezos y Mark Zuckerberg se enfrentan con lanzas y espadas, representados en el Monumento a la batalla de las naciones corporativas como si hubieran sido esculpidos por Miguel Ángel.
“Hoy en día ellos tienen más poder de negociación que muchos presidentes”, sostiene Errázuriz, que también presenta sobre la playa el primer laberinto destinado a “encontrarse, no a perderse”. “La plaza en el centro busca reemplazar la plaza digital –aclara-. Es importante que nos veamos las caras porque estamos polarizados, y se avecinan tiempos muy difíciles. Los artistas tenemos la responsabilidad de ser comunicadores”.
Al lado de esta obra se exhibe otra de Beeple no menos alarmante, presentada por The Reefline para generar conciencia sobre la importancia de la conservación marina: la pieza digital mutante representa un edificio futurista, que se irá hundiendo en forma progresiva en el mar virtual durante el próximo cuarto de siglo.
Un escenario igual de trágico recibió hoy a los primeros visitantes de Art Basel Miami Beach, que abrirá el viernes al público general con la presencia de 277 galerías de 34 países. Imposible de ignorar al entrar en la sección Meridians es el globo terráqueo inflable de siete metros de alto que se va desinflando con el paso de las horas, ya que el aire se filtra a través de algunos parches de cinta adhesiva. Intentan sin éxito cubrir las huellas sufridas en su peregrinación global en la década de 1990, impulsada por el artista coreano Seung-taek Lee “como recordatorio de la fragilidad de nuestro planeta”.
“No hay un tema específico de la sección pero en las obras de varios artistas aparecen ecos, como la preocupación por el medioambiente”, dijo a LA NACION Magalí Arriola, curadora de Meridians. Entre ellas se destaca también la de Saif Azzuz, artista residente en California que montó en plena feria un cerco impenetrable, pintado con especies de plantas y animales en extinción. A través de unos pequeños agujeros se puede ver lo que hay en el interior de la obra que tituló Colección privada, como una forma de cuestionar “la privatización de la tierra, los asentamientos coloniales y la resiliencia indígena”.
En el mismo sector se exhibe 1968: El fuego de las ideas, una serie de fotografías intervenidas por el argentino Marcelo Brodsky. Rescatan las manifestaciones globales de aquel año, en el que entre otras cosas se proclamó “la imaginación al poder”. “Es la primera vez que se muestra la serie completa en América –señaló Florencia Giordana Braun, su galerista-. La comenzó hace diez años y acá se exhiben cincuenta fotos; va a seguir haciendo más hasta llegar a 68. Es una cartografía política, que muestra que mucha gente murió por defender los derechos civiles y humanos”.
¿Qué cambió desde entonces? “Nuestra feria se realiza en el contexto de una crisis global, y de un devastador sufrimiento humano en todo el mundo –dijo hoy Noah Horowitz, CEO de Art Basel, al presentar a la prensa la 21ª edición de Art Basel Miami Beach-. Porque creo que nuestra comunidad cultural se basa en el respeto mutuo, la comprensión y el diálogo, espero que, en tiempos difíciles como éstos, pueda ser un espacio en el que nos reunamos y fomentemos el apoyo y la empatía entre las comunidades de todo el planeta. Porque esta plataforma no sólo sirve para hacer negocios, sino también para construir puentes”.
Fuente: Celina Chatruc, La Nación.