Nacido en 1886, estudió en la Academia San Carlos en México DF. Viajó a Europa estudiando en España con Eduardo Chicharro y en Francia e Italia, donde frecuentó a los cubistas.
En el Museo Malba de Buenos Aires hay una de sus mayores pinturas cubistas, que es el Retrato de Ramón Gómez de la Serna, y también su pintura más cotizada: “Baile en Tehuantepec” que el año pasado compró Eduardo Costantini en más de 15 millones de dólares.
Con 23 años, en París, concretó el primero de sus cuatro casamientos con la artista rusa Angelina Beloff que duró diez años, el mismo tiempo que duró cuando se casó con Frida Kahlo.
A los 34 años regresa a México y es enorme su trabajo de muralista, como así también su actuación en el Partido Comunista, donde llegó a ser precandidato presidencial.
Trabajador incansable, se conocen 58 murales realizados en su vida. Viajó a Estados Unidos y realizó murales en San Francisco y también en Detroit para la familia Ford. En Nueva York fue contratado por Nelson Rockefeller para un gigantesco mural en su edificio principal. El mismo se titulaba “El hombre en su encrucijada”. Por ese trabajo se le pagaron los u$s 21.500 acordados y la obra duró unos tres meses, pero al final del trabajo Rivera incluyó en el mismo a Lenin, Trotsky y Marx, y además a John Rockefeller Jr. rodeado de señoras de vida dudosa y tomando un Martini, ante lo cual Nelson mandó destruirlo. Rivera luego lo reconstruyó y se encuentra en el Palacio de Bellas Artes de México.
Realizó cerca de 10.000 pinturas y sus obras más conocidas son retratos de niñas o de mujeres, que se venden entre 200 mil y 1 millón de dólares. Cuando la venta de la Colección de David Rockefeller, una alcanzó casi u$s 10 millones.
Son muy buscadas las figura de vendedoras de flores, como la bellísima que está en el Museo Norton Simon de Pasadena que hace 30 años se vendió en casi 3 millones de dólares. Era el artista latinoamericano más cotizado pero en la última década fue superada su cotización tanto por Frida Kahlo como por Rufino Tamayo. Falleció en 1957.
Fuente: Ignacio Gutiérrez Zaldívar, El Cronista