En conmemoración al 28º aniversario del atentado a la AMIA, el Presidente de la DAIA Jorge Knoblovits junto al Intendente del Municipio de Tigre Julio César Zamora y la directora del MAT, Graciela Arbolave, y representantes diplomáticos acreditados en argentina, participaron del descubrimiento de una placa conmemorativa en el MAT y recorrieron la muestra titulada “MagdaFrank” curada por Tulio Andreussi Guzmán.
Magda Frank nació un 20 de julio, en Hungría, pocos días antes del inicio formal de la Gran Guerra. Sobreviviente de la Shoá y la segunda guerra mundial su vida fue cruzada por los tres ismos más importantes del S XX; nazismo, comunismo y feminismo.
Las obras de Magda Frank remiten a la más profunda simbología del universo precolombino: “es el alma de este continente y eso es lo que necesitamos para ayudar a renacer. A esta alma vieja hay que darle una forma contemporánea” (Magda Frank). Frente a los sinsentidos de la vida, para Magda la belleza ofrece dos respuestas: la naturaleza y el arte. En efecto, naturaleza y arte son claves estéticas que ofrecen caminos de sentido a la existencia humana.
Las 80 piezas exhibidas escultóricas proceden del Museo-Casa Magda Frank ( ubicado en el barrio de Saavedra) y colecciones privadas son de gran porte en su mayoría, con bocetos, textos, obra gráfica, y gigantografías que reflejan los monumentos públicos que Frank trabajó y dejó en Francia. Sus obras son intensas tanto en su forma y color.
La artista fue víctima del nazismo (toda su familia murió en campos de concentración, salvo un hermano) y del comunismo del cual huyó. De allí que su trasiego personal y artístico sea el de una exiliada forzada y una emigrante, con temporadas en Suiza, Francia y la Argentina.
Tulio Andreussi Guzmán, curador de la muestra y director del Museo- Casa Magda Frank, la acompañó sus últimos años de vida y realizó en 2010 la primera gran retrospectiva en el Museo Oscar Niemeyer (Curitiba, Brasil).
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