Un equipo de científicos logró reconstruir el rostro de un niño egipcio que fue momificado hace 2000 años basándose en un retrato y en una tomografía computada con imágenes 3D.
Los restos del niño habían sido encontrados en 1880 en un cementerio cercano a la pirámide de Hawara, al suroeste de El Cairo, y estaba cubierto con telas de lino, de acuerdo con el tratamiento que recibían las momias egipcias de la época grecorromana.
Los restos del niño habían sido encontrados en 1880 en un cementerio cercano a la pirámide de Hawara, al suroeste de El Cairo
«En la época grecorromana en la región del Fayum del Bajo Egipto, tradicionalmente se colocaba un retrato pintado sobre el rostro de un individuo fallecido», reseñaron los académicos de Austria y de Alemania en la revista científica PLOS One.
Según el estudio de los investigadores, los resultados de la tomografía mostraron que el retrato pintado del niño, que se hallaba colocado sobre la cabeza de la momia, se aproximaba bastante al rostro original, salvo que en el dibujo parecía bastante mayor que los tres o cuatro años que en realidad tenía el infante cuando fue momificado.
«El retrato muestra rasgos un poco ‘más maduros’, que pueden haber sido el resultado de una tradición artística de la época», detalló Andreas Nerlich, investigador principal del estudio y director del Instituto de Patología de la Clínica Académica Múnich-Bogenhausen (Alemania), al sitio Live Science.
Los investigadores emplearon estándares de niños modernos de entre tres y ocho años de edad con el objetivo de reconstruir el grosor de su piel. El color y las ondulaciones del cabello se recrearon a partir de la pintura y su rostro se basó en la forma del cráneo y los dientes de acuerdo con las imágenes de la tomografía, explicaron los investigadores.
La tomografía reveló que el cerebro del niño y algunos de sus órganos abdominales habían sido removidos, lo que se considera una tradición corriente en las momificaciones del antiguo Egipto.
El tamaño de 78 centímetros de altura junto con el desarrollo de los huesos y los dientes reveló una edad de entre tres y cuatro años en el momento de la muerte.
Los científicos especulan que falleció de una posible neumonía: «Lo más probable es que sufriera de una infección pulmonar del lado derecho que también puede ser la causa de la muerte», remarcaron.
La momia descansa actualmente en el Museo de Arte Egipcio de Múnich, Alemania.
Fuente: La Nación