En el Museo Nacional de Bellas Artes, desde el 13 de agosto, será posible contemplar 100 obras más. En muchos casos, se trata de piezas inéditas. Se verán los primeros dibujos que realizó cuando era estudiante, así como dibujos hechos cuando vivía junto a su familia en una habitación en París, entre 1958 y 1959 (una serie de estas obras fueron adquiridas por el museo MET de Nueva York). También, sus primeras cajas lumínicas. El título de la exhibición: Transición Buenos Aires-parís 1955/1960.
El público podrá acceder a las dos exhibiciones con la misma entrada de 100 pesos. Los miércocreando les, el ingreso será sin cargo.
Luego, en el Centro de Experimentación del Teatro Colón (CETC), desde el 20 de agosto y con entrada gratuita, podrá verse una gran instalación con uno de los famosos “móviles” de Le Parc: esta vez será flourescente.
Aunque todavía no está confirmada la fecha, el Obelisco porteño también lo homenajeará. Se intervendrá con proyecciones de trabajos de Le Parc, escalando, ascendiendo, modificando la estructura: obras cinéticas, ópticas, en vibración, sincronizadas con música de Piazolla, que tanto le gusta al artista.
Por último, Le Parc tendrá una conversación con Daniel Barenboim (estará en nuestro país debido al festival Barenboim del CCK, que empieza el martes 23 de julio). ¿El tema de la charla Barenboim-le Parc? Cuál otro: la creación artística.
De la enorme cantidad de trabajos de Julio Le Parc que podrán observarse en la muestra del CCK hay una zona muy especial, que merece ser contemplada y observada con un tiempo y dedicación diferentes: se ubica en la Gran Lámpara, es una impactcante área que ocupa los pisos 6 y 7 del centro de exhibiciones. Se llama Luz y es la serie de obras lumínicas del artista –algunas históricas, otras reediciones–, expuestas en la oscuridad. Un grupo de ellas tiene una escala enorme. En esta zona de la exposición, el movimiento del espectador cumple un rol central: Le Parc pensó estos trabajos como “obras abiertas”, que se completan con la experiencia del público transitando de frente o entre ellas. Estas piezas rompieron de forma histórica, en su momento, con la idea de qué es el arte y cómo debe ser observado. Le Parc puso y pone al espectador en un lugar lúdico y un rol fundamental: las personas forman parte de sus obras. Se trata de una zona llena de experiencias hermosas, originadas en cada pieza, y en sus ideas.
Funte: La Nación