La Cisterna perteneció a la familia Ezcurra Rosas durante el siglo XIX. Entre la finalización de la Campaña de Rosas en 1835 y la inauguración de la estancia San Benito de Palermo (hoy Parque Tres de Febrero) en 1848, el lugar fue el centro político de la Confederación Argentina.
Tras la Batalla de Caseros, en 1852, fue Casa de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires siendo la última sede antes de la fundación de la ciudad de La Plata, donde fue trasladada definitivamente.
El espacio también funcionó como Correo Central de la Nación Argentina y, a principios del siglo XX, se estableció un conventillo en el terreno que fue demolido para convertirse en un estacionamiento en planta baja. En ese espacio se ubica actualmente La Cisterna, una de las más grandes de la región.
El nuevo espacio está ubicado en Moreno 550, donde hace seis años una empresa privada adquirió el predio de lo que había sido un estacionamiento de autos y comenzó la obra de un edificio de siete pisos y dos subsuelos sin saber que debajo de los cimientos permanecía oculta una cisterna y más de 16.000 piezas con valor arqueológico.
Los primeros indicios se dieron cuando llevaron adelante los trabajos de excavación del pozo para el proyecto edilicio, lo que derivó en la intervención de los vecinos, que dieron cuenta a las autoridades porteñas del hallazgo. También fue reportada la situación desde la compañía a cargo del emprendimiento, que debió cambiar la idea original.
Desde entonces, el Ministerio de Cultura porteño, a través de la Gerencia Operativa de Patrimonio, y el propietario del inmueble, José Kohon, acordaron un trabajo conjunto para la apertura del espacio arqueológico en la planta baja, de acceso gratuito.
Martín Capeluto, de Patrimonio, explicó que “durante las obras de excavación se encontraron los restos de la cisterna, muchos otros objetos como la vajilla de la casa de Rosas en las que se puede leer la inscripción ´Federación o Muerte´ y restos orgánicos de basura que mostraron el tipo de alimentación que tenían”.
En una de las vitrinas que componen el museo se exhiben los fragmentos óseos de animales que eran la base de las comidas de la familia de Rosas y Ezcurra, entre ellos distintas especies de pescados, incluidos bacalaos traídos desde Europa, y también restos de huesos de corderos, vacas y aves.
“Para la historia de la Ciudad es un espacio novedoso que implicó una obra monstruosa como una cisterna de 220 mil litros de agua”, dijo Ana Igareta, la arqueóloga a cargo de las intervenciones de rescate de los objetos.
Por su parte, el ministro de Cultura, Enrique Avogadro, tras una recorrida por las instalaciones, dijo a Télam que “se logró preservar no sólo la cisterna, sino también los objetos que surgieron del sitio, que son los que nos cuentan nuestra historia, la que está en los libros, pero también la de la vida cotidiana”.
El nuevo museo cuenta con visitas guiadas para escuelas de todos los niveles. Las personas interesadas en realizar una reserva pueden comunicarse al correo [email protected].
La Cisterna puede visitarse miércoles, jueves y viernes de 13 a 19 y los fines de semana de 14 a 18. Los lunes, martes y feriados permanece cerrado. Las visitas guiadas generales, de una duración de 40 minutos, son los miércoles y jueves a las 15, 16.30 y 18 sin inscripción previa.