Desde el Palacio Fernández Anchorena, sede de la Nunciatura Apostólica en Buenos Aires, hasta el Palacio de Aguas Corrientes, Infobae propone un recorrido por las imponentes mansiones de estilo francés que forman parte de la memoria viva de la historia porteña.
1- PALACIO FERNÁNDEZ ANCHORENA
El estilo arquitectónico que luce este palacio fue pensado por el prestigioso arquitecto francés Edouard Le Monnier en 1907, que se formó en la Academia de Bellas Artes de París, y luego se acercó a nuevos estilos de comienzo del siglo XX como el Art Nouveau. En su fachada, sigue normas de composición clásicas, con basamento, desarrollo y remate, y una singular cúpula que jerarquiza la entrada principal. Sigue los conceptos de simetría de la arquitectura clásica.
Este lujoso palacete de comienzos de siglo XX es una de las pocas residencias de la clase alta porteña que sobrevive al paso del tiempo en la Avenida Alvear de la Ciudad de Buenos Aires. Hoy en día pertenece a la Santa Sede y alberga a la Nunciatura Apostólica. El Palacio Fernández Anchorena fue encargado por el matrimonio del doctor Juan Antonio Fernández Torres, nieto del célebre médico salteño Juan Antonio Fernández y Hoyos, casado con Rosa Irene de Anchorena.
A pesar de lo que todos creen, la familia Fernández Anchorena jamás llegó a habitar el palacete, debido a un terrible accidente que sufrió uno de sus dueños: Juan Antonio se encontraba en Europa cuando un desafortunado evento le generó lesiones que lo dejaron con un importante grado de discapacidad. El matrimonio decidió quedarse a vivir en París, en donde además mantenían fuertes vínculos sociales, ya que una de sus hijas estaba casada con Georges Paul Ernest de Castellane Gould, Conde de Castellane.
El palacio fue administrado por la familia Fernández Anchorena hasta 1922, cuando pasó a ser Residencia Presidencial temporaria para que viviera allí el entonces presidente electo Marcelo Torcuato de Alvear, junto con su esposa, Regina Pacini. Posteriormente la propiedad fue comprada por Adelia Harilaos de Olmos, una de las mujeres más adineradas y fervorosa católica. Por este motivo decidió donar en 1952 la residencia para que sea sede de la Nunciatura Apostólica.
En 1982 y 1987 hospedó al Papa Juan Pablo II durante sus dos visitas a la Argentina. En 2002 el Palacio Fernández Anchorena fue declarado Monumento Histórico Nacional.
¿Dónde? Av. Alvear 1637, Recoleta.
2- PALACIO DUHAU
El Duhau – Park Hyatt Buenos Aires es un hotel 5 estrellas ubicado en el barrio porteño de Recoleta y ambientado en un edificio que une el resplandor de un antiguo palacio francés del año 1934 con decoraciones modernas del famoso arquitecto y artista Celedonio Lohidoy.
Cuenta con habitaciones que están decoradas con muebles de estilo Belle Époque, y cuadros contemporáneos, por lo que combina distintos momentos históricos. Todas ofrecen vistas panorámicas al pintoresco paisaje que ofrece la Recoleta, algunas incluyen chimenea y bañera de hidromasaje.
La Argentina vivía en la década de 1930 una de sus mejores etapas después de casi 50 años de prosperidad. Fue entonces cuando el ingeniero Luis Duhau encargó la construcción de una obra que 72 años más tarde sería declarada Patrimonio Histórico.
Con una inversión de USD 75 millones, abrió sus puertas en 2006 como uno de los hoteles más elegantes de Buenos Aires, que prioriza el arte en sus instalaciones de la histórica mansión.
El restaurante principal del establecimiento prepara especialidades argentinas y alberga una variada bodega. Los huéspedes también pueden comer al aire libre en el Gioia Restaurante & Terraces, que cuenta con una terraza privada con vistas al palacio y a sus jardines.
El spa ofrece tratamientos de belleza y sesiones de masajes. Además, el establecimiento cuenta con una tienda de regalos.
¿Dónde? Av. Alvear 1661, Recoleta.
3- PALACIO ERRÁZURIZ ALVEAR
Se inauguró con una gran fiesta el 18 de septiembre de 1918, y albergó al diplomático chileno Matías Errázuriz, su esposa, la argentina Josefina de Alvear y sus hijos Pepita y Mato.
La vida de esta familia incluía la rutina de alternar viajes a sus campos del sur de Santa Fe con estadías en Buenos Aires para la temporada social. Pasaban veranos enteros en Mar del Plata o en Zapallar, Chile y hacían largos viajes a Europa, hacían base en París o Biarritz. Supieron ser grandes coleccionistas y soñaban con transformar su palacio en un museo. En sus memorias, Errázuriz menciona esta posibilidad. Tras la gran crisis del “Crack de 1929”, el Gobierno Nacional compró el palacio y sus obras de arte. Se cumplía el sueño de esta familia.
La edificación fue diseñada a principios del siglo XX por el afamando arquitecto francés René Sergent quien, aunque proyectó varios edificios para esta ciudad, nunca visitó la Argentina. Aquí la dirección de obra y el seguimiento del proyecto estuvieron a cargo de los prestigiosos arquitectos-ingenieros Eduardo Lanús y Pablo Hary. Los interiores están cuidadosamente decorados según diferentes principios estéticos, obras de arte y mobiliario de gran valor.
Los más importantes decoradores y diseñadores europeos de la Belle Époque, como André Carlhian, George Nelson, Josep Luis Sert, George Hoentschel y el paisajista Achille Duchéne trabajaron y crearon las distintas salas y espacios de este aristocrático edificio. Fueron fundamentales las instalaciones de confort que dieron a la residencia una impronta de modernidad única como los sistemas de calefacción y aspiración centralizados, instalaciones sanitarias y eléctricas, el ascensor, e incluso un montaplatos entre las cocinas y el comedor.
De las grandes residencias porteñas de inspiración francesa, sólo esta puede ser visitada por el público. Ha sido declarada Monumento Histórico – Artístico Nacional- y es testimonio de un mundo, una estética y una forma de vida únicos e irrepetibles.
Hoy en día, funciona en este palacio el Museo Nacional de Arte Decorativo, dedicado al diseño y las artes decorativas. Cuenta con valiosas colecciones de esculturas, pinturas, tapices, armas, libros, cerámicas, mobiliario y miniaturas, fundamentalmente europeas y orientales, de los siglos XVI al XX. A través de muestras permanentes, exhibiciones temporarias, visitas guiadas y actividades culturales, propone un diálogo sinérgico y estimulante entre los testimonios artísticos del pasado y las creaciones del presente.
¿Dónde? Av. del Libertador 1902, Palermo.
4- PALACIO BOSCH
Fue inaugurado en 1917 como residencia de Ernesto Bosch, ex embajador argentino en Francia, de ahí su nombre. Y desde 1929 se transformó en la residencia del embajador de Estados Unidos en la Argentina. El Palacio Bosch, o Palacio Bosch Alvear, está ubicado en avenida Del Libertador 3502, vecino al Jardín Zoológico, al predio de La Rural y al Parque Tres de Febrero.
En casi 90 años hospedó a los presidentes estadounidenses que visitaron el país, como F.D. Roosevelt, Dwight Eisenhower, George H.W. Bush y, recientemente, Barack Obama.
El lujoso palacio fue proyectado por el arquitecto francés René Sergent y construido por los arquitectos argentinos Hary y Lanús. Es uno de los edificios emblemáticos que enriquecen el patrimonio arquitectónico de la Ciudad. En 2018 fue declarado Monumento Histórico Nacional.
Este grand hôtel particulier es, sin duda, uno de los exponentes más notables del género. Su volumen conciso y severo se ubica dentro de la tradición del Neoclasicismo francés –muy probablemente inspirado en el compacto château normando de Bénouville, obra de Claude-Nicolas Ledoux–, y presenta un frente en el que se destaca el cuadro con las cuatro columnas monumentales de orden corintio del cuerpo central, coronado por balaustradas, mansarda y copones; una resolución similar se destina a la armónica fachada posterior, abierta a los jardines diseñados por Achille Duchêne. La espléndida espacialidad interior se beneficia con un juego de perspectivas regido tanto por los ejes rectores de simetría cuanto por la luminosa atmósfera aportada por la claraboya del gran hall central de recepción.
¿Dónde? Av del Libertador 3502, Palermo.
5- PALACIO PEREDA
El diseño del edificio que alberga la Embajada de Brasil en Buenos Aires fue basado en el Jacquemart André de París. Malentendidos y discusiones llevaron a que este hito del siglo XX pasara por las manos de dos arquitectos.
Al comienzo de la avenida Alvear, frente a la Embajada de Francia y la plaza Carlos Pellegrini, se ubica el Palacio Pereda, un château del siglo XX que refleja como ningún otro la marcada influencia de la arquitectura francesa en la fisonomía porteña de la época. Pero su imponente fachada, sus escaleras fastuosas y sus habitaciones decoradas con cielorrasos majestuosos, mármol de carrara y obras de arte increíbles, esconden una historia única, y los caprichos de un hombre que llevó a que el diseño del palacio fuera proyectado y finalizado por dos arquitectos diferentes.
Este palacio fue proyectado en un principio por al arquitecto francés Louis Martin, a quien Pereda le había encargado específicamente que quería que sea una copia del célebre Museo Jacquemart André, ubicado en el número 158 del Bulevar Haussmann en el octavo distrito de la capital francesa. Martin era egresado de la prestigiosa École des Beaux-Arts de París y creador de varias residencias en Buenos Aires. Las similitudes que pretendía Pereda no se limitaban a la fachada, sino que quería que se traspasaran a las disposiciones de sus interiores y de los jardines. La construcción de este palacio se inició en 1919 y finalizó en el año 1936.
¿Dónde? Arroyo 1130, Retiro.
6- PALACIO SAN MARTÍN (EX ANCHORENA)
El Palacio Anchorena fue construido entre 1905 y 1909, por el arquitecto Alejandro Christophersen, a pedido de Mercedes Castellanos de Anchorena. Es un exponente de L’Ecole des Beaux Arts. Está inspirado en el proyecto “Hotel a Paris pour un riche Banquier”, con el cual Jean Louis Pascal, maestro de Christophersen, gana el “Grand Prix de Rome” -máximo galardón de la arquitectura de la época- en 1866. Las fachadas de tratamiento casi escultóricos presentan mansardas convexas, cúpulas, chimeneas, ojos de buey; columnas y pilastras que abarcan los dos pisos principales y balcones soportados por importantes ménsulas.
El Anchorena fue sede de importantes reuniones sociales, como el baile del Centenario de la Independencia en 1916. En 1936, fue adquirido por el Estado para ser sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, y pasa a llamarse Palacio San Martín. Actualmente es sede Ceremonial de la Cancillería ya que sus oficinas se han trasladado al nuevo edificio de Arenales y Esmeralda, construido por los arquitectos Aizenstat y Rajlin, cuya arquitectura parece dialogar con la monumental obra de Christophersen.
El Palacio San Martín es monumento histórico nacional, alberga en su interior obras de artistas argentinos y americanos del siglo XX como Antonio Berni, Pablo Curatella Manes, Lino Enea Spilimbergo, Roberto Matta, entre otros. Asimismo se encuentra la Colección de Arte Precolombino de la Cancillería Argentina, con piezas de cerámicas, piedras y metales de culturas del noroeste de nuestro país, como ser: San Francisco, Vaquerias, Condorhuasi, Cienaga, Aguada, Santa María. Cuenta, además, con una biblioteca especializada en derecho internacional e historia de las relaciones internacionales. Constituye un valioso testimonio del nivel alcanzado por la arquitectura del clasicismo francés y la adaptación de tipos de residencia franceses del siglo XVIII al medio local.
¿Dónde? Arenales 761, Retiro.
7- PALACIO ORTÍZ BASUALDO
Es uno de los mayores patrimonios arquitectónicos y culturales de la Ciudad de Buenos Aires. Una residencia diseñada para una de las familias de la aristocracia porteña con detalles de interiorismo que responden al estilo francés y, sorprendentemente, al inglés.
En Cerrito 1399, frente a la singular Plaza Carlos Pellegrini y a la vuelta de la 9 de Julio, se levanta el imponente Palacio Ortiz Basualdo, una construcción que data de principios del siglo XX y uno de los mejores ejemplos de arquitectura académica de origen francés de Buenos Aires, muy popular en la época en la que fue diseñada. Hoy, apropiadamente, es la sede de la Embajada de Francia en Buenos Aires.
Su fachada ya es imponente y anticipa los tesoros que decoran su interior, y los pasillos suntuosos que recorren el palacio. Este edificio es uno de los exponentes más importantes de la arquitectura francesa en el país. Originalmente perteneció a la familia Ortiz Basualdo, que encargó su realización al arquitecto francés Paul Pater, quien lo diseñó en 1912.
Daniel Ortiz Basualdo y Mercedes Zapiola –quienes vivieron allí con sus tres hijos– eligieron ellos mismos el terreno y encargaron a Pater una construcción muy de moda en la época, el petit hôtel, un tipo de residencias urbanas de la aristocracia en las que se alojaban las familias y el personal de servicio.
En 1939 la propiedad fue adquirida por el gobierno francés, y desde ese momento funciona como la Embajada de Francia en la Argentina. La residencia del embajador era en Martínez, pero se vendió, y con ese dinero se compró un departamento en Palermo Chico como nueva residencia y se realizó una renovación extensiva de sus fachadas e interiores que culminó en el 2013.
¿Dónde? Cerrito 1399, Retiro.
8- PALACIO ÁLZAGA UNZUÉ
El Palacio Álzaga Unzué es una de las residencias más imponentes de la aristocracia de comienzos del siglo XX de la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Desde 2001 forma parte de la cadena de hoteles de cinco estrellas Four Seasons.
Hasta finales del siglo XIX, toda el área de La Isla pertenecía a la familia Hale-Pearson. Más de 82.000 m² conformaban este predio conocido como Quinta Hale. Más tarde, los terrenos pasaron a manos de la firma inglesa Baring Brothers.
En 1906, con el objetivo de crear un barrio-parque de ubicación privilegiada, dotado con un mirador (aprovechando la barranca y la vista al río) y una plaza, el Intendente Alberto Casares autorizó la compra de los terrenos de la quinta Hale a la casa Baring.
El proyecto para el ahora Palacio Álzaga Unzué, resultó todo un éxito. El terreno fue urbanizado, subdividido y, en poco tiempo, los lotes fueron vendidos para la construcción de exclusivas residencias del tipo petit hôtel y casonas rodeadas de parques. De todas estas casas particulares de clase alta, sólo sobrevive la que perteneció a la familia Madero-Unzué, hoy sede de la Embajada Británica.
Hacia 1930 se realizó el último loteo en el barrio y se comenzaron a construir los primeros edificios de departamentos ya que, hasta el momento, solo se edificaban residencias familiares. Los descendientes de Samuel Hale solo conservaron, hasta mediados del siglo XX, un sector sobre las calles Agote y Guido, que más tarde pasó a formar parte de los jardines de la Embajada.
A partir de la década de 1940, con la Ley de Propiedad Horizontal que llevó a un auge de la construcción, la mayoría de las lujosas casas del barrio fueron demolidas para levantar edificios de departamentos de alta categoría. Actualmente, el barrio está compuesto sobre todo por construcciones de más de diez pisos, del período 1950-1980.
¿Dónde? Cerrito 1433, Retiro.
9- PALACIO PAZ – CÍRCULO MILITAR
Hacia 1890, el doctor José Camilo Paz, periodista y político argentino, fundador del diario La Prensa, encargó al arquitecto francés Louis-Marie Henri Sortais el diseño de este imponente palacio (ex- Palacio Paz) como residencia para su familia. El edificio, uno de los principales exponentes del estilo academicista francés en la ciudad, comenzó a construirse a inicios del siglo XX bajo la dirección del ingeniero Carlos Agote. Su dueño falleció en 1912 y no llegó a ver la culminación de la obra, inaugurada dos años después. Su esposa e hijos habitaron el palacio hasta 1938, cuando fue adquirido como sede del Círculo Militar (un club del Ejército) y del Museo de Armas de la Nación. Su majestuosa construcción lo constituye como uno de los principales exponentes del estilo Beaux-Arts.
¿Dónde? Av. Santa Fe 750, Retiro.
10- PALACIO DE AGUAS CORRIENTES
Inaugurado en 1894, el Palacio de las Aguas Corrientes es uno de los edificios más atractivos de Buenos Aires. Fue el primer Gran Depósito Distribuidor que tuvo la Ciudad, hoy es un Monumento Histórico Nacional.
Este palacio constituye una obra impar del arte y la técnica del siglo XIX. Por fuera una fenomenal envolvente de terracota, por dentro una de las mayores estructuras de hierro fundido del continente.
Revestido con 300 mil mayolicas inglesas, guarda en su interior una enorme estructura de hierro fabricada en Bélgica: 3 pisos de tanques sostenidos por 180 columnas capaces de albergar más de 72 millones de litros de agua para el abastecimiento de la Ciudad.
Se trata de una obra única en su tipo, verdadero testimonio de la importancia otorgada a la higiene pública y al agua potable por los gobernantes de la época.
A solicitud del Gobierno, en la decoración se incluyeron escudos de las distintas provincias y la Ciudad de Buenos Aires. Mientras que las carpinterías de madera se realizaron con cedro de Paraguay, la herrería fue provista por fundiciones inglesas. Sobre la portada del acceso principal se lee “1887”, año en que comenzaron las obras del Gran Depósito. El polícromo revestimiento exterior, está compuesto por 300.000 piezas de terracota traídas desde Gran Bretaña. Las piezas de terracota importada, esmaltadas y sin esmaltar, fueron provistas por las firmas Royal Doulton & Co. y Burmantofts Co. de Leeds. Para sus cubiertas de cúpulas y mansardas se utilizaron pizarras traídas de Sedán, Francia.
¿Dónde? Riobamba 750, Balvanera.
Fuente: Infobae