Quedó como una de las trece mejores obras de ficción en lengua inglesa en la lista larga del prestigioso Premio Booker Prize, que en septiembre anunciará la lista corta, mientras que en octubre dará a conocer una única obra ganadora.
Hernán Díaz nació en Buenos Aires en 1973. Se exilió con su familia de muy pequeño y pasó su infancia en Suecia. Ahora vive en Estados Unidos, donde es docente de la Universidad de Columbia. Escribe en lengua inglesa, publicó un libro académico sobre Borges y la única ficción traducida al español suya es «A lo lejos» (Impedimenta), que le valió varios premios, como el Saroyan International Prize, el Cabell Award, el Prix Page America, el New American Voices Award, y resultó finalista del Premio PEN/Faulkner a la mejor ficción.
«Trust», la novela que acaba de elegir el Booker Prize como una de las trece más destacadas de lengua inglesa, será publicada al español por la editorial Anagrama en marzo de 2023 y de este modo alcanzará ediciones en 25 idiomas.
Para el jurado a cargo del galardón, el libro tiene «una inteligencia deslumbrante detrás de esta novela, que nos desafía a repensar todo lo que sabemos sobre las instituciones sobre la que se construyen las naciones y las narrativas con las que se cuentan las historias. Astuto, sofisticado, insistentemente cuestionador. Díaz escribe con seguridad, determinado a robarnos todas nuestras certezas».
En su traducción al español «trust» significa confianza. Y esta es una novela sobre la confianza, sobre el dinero y las finanzas, con protagonistas como un magnate de Wall Street y una hija de aristócratas excéntricos, que han amasado una gran fortuna y no pueden explicar esa acumulación. Pero ¿a costa de qué un magnate logra ese capital?. Distintas versiones sobre la distribución del poder y la manipulación de lo real componen así esta suerte de rompecabezas de personajes y géneros literarios.
«Lo único que sostiene al dinero es la confianza. No hay ningún vínculo material entre un billete y su valor. El valor monetario proviene solo de una serie de convenciones que todos hemos decidido aceptar. El dinero tiene, entonces, una estructura similar a la ficción. Es una ficción en la que todos creemos. En la que todos confiamos», dijo Díaz a Télam hace unos días.
Ahí, precisamente, radica «uno de los aspectos cruciales del libro: cómo la ficción puede moldear y determinar la realidad. Me interesan, en particular, las ficciones que son aceptadas como hechos históricos lo cual, desde luego, tiene consecuencias políticas directas. Y casi todas las narraciones en torno al capital tienen esta dimensión ficcional y altamente ideológica».
Díaz escribe en inglés, publica en inglés y vive en Estados Unidos, es decir, está inserto en esa cultura, aunque no ha dejado de relacionarse con Argentina -estuvo de visita a principios del mes de julio-. Consultado por la vacancia del tema del dinero en la literatura, aseguró que es «curioso» que el dinero esté ausente del canon literario norteamericano y sí aparezca lo haga de manera adyacente, satelital. «Hay muy poca ficción que trate del dinero mismo y del proceso de acumulación de capital. Por un lado, existe una obsesión absoluta con el dinero; por el otro, es un tema del que no se habla. Es un inmenso tabú en la cultura norteamericana», consideró.
Hace poco también fue noticia que «Trust» será adaptada al formato miniserie por la actriz y productora estadounidense Kate Winslet -que también asumirá un rol protagónico- y se emitirá por HBO. En entrevista con Télam, Díaz había dicho que recién están empezando a conversar «seriamente» acerca de cómo abordar la adaptación donde él también tiene un rol de coproductor, y que estiman que el estreno será entre 2024 y 2025.
Pero la novela de Díaz no apareció por el revuelo que trajo el nombre Kate Winslet. Ya tenía una buena cosecha de lectores en su lengua original y muy buenas críticas, al punto de que el conocido periódico The New York Times la definió como «cuatro novelas en una» por su singular estructura estilística. Es más: antes de la actriz británica, la novela ya había recibido a varias productoras que se mostraron interesadas en adquirir los derechos cinematográficos. Finalmente, Díaz se decidió por esta iniciativa de HBO.
En diálogo con Télam, el autor habló sobre cómo recibió el premio y cómo piensa la potencia de una novela que también tuvo su formato audiovisual y se constituye en una bisagra en su carrera.
-Télam: ¿Cómo recibís la noticia de que Trust integre la lista larga de un galardón con tanto prestigio y proyección internacional? ¿Funciona como estímulo, reconocimiento?
-Hernán Díaz: Este premio en particular es muy importante para mí, porque trasciende barreras nacionales. Representa, en cierto modo, la hospitalidad de la lengua inglesa. Es un inmenso honor haber sido nominado.
-T: Trust todavía no se publicó en español pero sus ecos son más que auspiciosos de cara a su desembarco: con muy buenas críticas, adaptado a miniserie y ahora en la lista del Booker Prize. ¿Imaginabas los destinos de esta novela?
-H.D.: Para nada. Escribo con un grupo muy limitado de amigos y amigas en mente. Y también escribo, como todos, en conversación con autores que me gustan. Pero creo que pensar en las resonancias generales mientras uno escribe puede ser pernicioso. Todo esto ha sido una maravillosa sorpresa.
-T: Si bien la realidad en la que vivís es muy distinta a la de Argentina ¿cómo crees que se puede resignificar esta novela en un país como Argentina, donde quizá -a diferencia de la cultura norteamericana,- el dinero tiene una dimensión central en la vida diaria, en los vínculos, incluso en la literatura o las películas?
-H.D.: El dinero juega un rol central en todo el mundo, ¿no? De hecho, acaso sea lo que en última instancia une a todo el planeta, aunque no necesariamente de un modo positivo. En ese sentido, espero que los temas centrales de la novela resuenen más allá de los Estados Unidos. El modo en el que una gran fortuna puede distorsionar la realidad, los mitos eminentemente masculinos en torno al capital, la manipulación de la historia al servicio de ciertos intereses ideológicos, las maneras en las que ciertas ficciones terminan alterando la realidad: estas son algunas de las cuestiones de las que trata el libro, y creo que podemos rastrear su presencia en la mayoría de las sociedades contemporáneas.
-T: La otra vez me decías que lo único que sostiene al dinero es la confianza. Curioso que las ciencias económicas parecen replegadas a un discurso duro, de exactitud, cuando en definitiva se trata de una cuestión de confianza, ¿no? ¿Por qué se ha montado tanta farsa alrededor de eso?
-H.D.: La novela explora esto de un modo abierto, especialmente en la segunda parte, escrita por un magnate que explica, grandilocuentemente, sus operaciones financieras. Hay una oscuridad intencional en el modo en el que ciertos especialistas hablan del dinero. Es un discurso calculadamente abstruso por dos motivos: en primer lugar, intimidar al público general e indicar que la economía es demasiado complicada y está más allá del entendimiento de todos. En segundo lugar, este «discurso duro,» por usar tu expresión, le da un aura científica, objetiva e irrefutable a argumentos que en realidad son políticos y deberían estar sujetos a una discusión ideológica y anclados en un consenso y no en pseudo-verdades matemáticas. Esto es lo que Paul Romer, Premio Nobel en economía, llama «mathiness,» una palabra que inventó él para designar este procedimiento retórico. Se me ocurre que podríamos traducirla como «matematiquerías».
-T: El jurado dice que escribís empeñado en «robarnos toda certeza». En esa breve definición uno podría imaginar como contrario a la certeza, la clausura. ¿Qué pasa cuando las certezas se caen? ¿Crees que la literatura puede sumir al lector en un estado de cuestionamiento permanente?
-H.D.: Al entrelazar cuatro narrativas diferentes sobre hechos similares, la novela es una invitación a examinar los presupuestos con los que leemos y los modos en los que confiamos en diferentes voces. Pero debo confesar que sí creo en cierta forma de certeza en relación a la literatura: estoy bastante seguro de que la ficción tiene la capacidad de mostrarnos ciertas verdades que acaso sean inaccesibles para otros discursos.