En esta primera edición del Premio Storni de Poesía, el jurado estuvo integrado por Estela Figueroa, Graciela Cross y Osvaldo Bossi.
El anuncio fue realizado por el ministro de Cultura, Tristán Bauer, y Gabriela Borrelli Azara, directora del ciclo #PoesíaYa! del Centro Cultural Kirchner, a través de Zoom y con el objetivo de que coincidiera con el día del nacimiento de Alfonsina Storni para impulsar el proyecto de ley que intenta establecer que el 29 de mayo sea el día nacional de la poesía argentina.
La convocatoria se lanzó el 18 de febrero y cerró el 19 de abril, fecha para la que se llegaron a presentar 2200 obras de todo el país con «muy alto nivel literario con diferentes estéticas» que, explicó Borrelli, decidieron incluir cuatro menciones de honor para resaltar esas poéticas.
«Esto habla del vigor y la maravilla de la poesía, uno de los lugares donde nos refugiamos, aprendemos y nos conmovemos», dijo Bauer antes de anunciar a las ganadoras que recibirán premios de 150.000 pesos para el primer lugar y un incentivo de 50.000 pesos cada una las que quedaron en segundo y tercer lugar.
Stella Mellado (Zapala, 1977) es autora de los libros de poemas «Celuloide», «Acetato», «Moneda nacional» y «Pantano seco» y obtuvo el primer premio de este concurso por su libro «Cantos limayos» del que el jurado destacó «la precisión de la lengua que entrega a las distintas formas del paisaje, nos ofrece la visión de otro mundo, que es este».
Especificaron que el trabajo de Mellado «por momentos se acerca a la poesía oriental» y «tal es el distanciamiento y precisión de las imágenes que el yo se confunde con las imágenes».
Mellado, doctora en Letras por la Universidad Nacional de Córdoba, investigadora asistente del Conicet y profesora de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Comahue, dijo estar «emocionada y honrada», agradeció «profundamente la convicción y el esfuerzo por fomentar y propiciar que la poesía sea uno de los bastones de nuestras plataformas y que pongamos ahí nuestra sed de belleza, de memoria, sobre todo en estos momentos tan particulares y tan tristes para nuestra nación y nuestros pueblos».
El segundo premio fue para «Afecciones familiares», de Daniela Aguinsky (Buenos Aires, 1993) del que se destacó «la frescura y audacia» y fue definido como «una actualización de la poesía de Alfonsina Storni»; mientras que el tercero fue para «Lengua montaraz», de María Belén Zavallo (Paraná, 1982) y el jurado resaltó haberse sentido «asombrado por el trabajo que la poeta hace con la lengua áspera donde los rituales de la vida en el campo, entremezcladas con sus secuencias autobiográficas, arman un libro distinto».
Las cuatro menciones de honor correspondieron a «Bichito de Pekín», de Sebastián Martín; «Ese canto interior», de María Rosa Montes; «Perros ingleses», de Mario Arteca, y «Zanja grande», de Emilio Jurado Naón.