Es un debate que, como el elenco de quienes lo protagonizan, se renueva de tanto en tanto. ¿Cada cuántos años se produce un recambio de generación? ¿Cinco, diez, veinte? ¿Y en el caso de una generación literaria? Con base en Londres, la célebre revista Granta promedió y redondeó en diez.
En 1983 publicó su primera lista y antología de mejores narradores jóvenes y británicos, que incluía a los entonces promisorios Martin Amis, Kazuo Ishiguro, Salman Rushdie, Rose Tremain, Ian McEwan y Julian Barnes.
Desde aquel momento, con puntualidad inglesa repite ese ritual cada década. Nacida originalmente en 1889 y relanzada en 1979, Granta tuvo entre sus editores a los recordados Bill Bufford y Ian Jack, y hoy es piloteada por la antropóloga y filántropa sueca Sigrid Rausing.
La versión en español de la revista eligió en 2010 a los narradores jóvenes más sobresalientes en habla hispana, lista que incluyó a Alejandro Zambra, Rodrigo Hasbún, Andrés Barba, Santiago Roncagliolo y a los argentinos Samanta Schweblin, Pola Oloixarac, Patricio Pron, Lucía Puenzo, Andrés Neuman, Federico Falco y Oliverio Coelho. Poco más de dos lustros después, reedita la experiencia, con otros jueces y otros nombres favorecidos.
Los elegidos
En presencia del jurado, conformado por Gaby Wood, directora literaria del Premio Booker, los novelistas Horacio Castellanos Moya, Rodrigo Fresán y Chloe Aridjis, y por Valerie Miles y Aurelio Major, directores de la publicación en español, esta mañana se anunció en el Instituto Cervantes de Madrid el nuevo plantel de seleccionados.
Algunos de ellos son el chileno Diego Zúñiga, la ecuatoriana Mónica Ojeda, la española Cristina Morales, el costarricense Carlos Fonseca, y los argentinos Camila Fabbri, Martín Felipe Castagnet y Michel Nieva.
Sólo podían postularse escritores nacidos después del 1 de enero de 1985. Lo hicieron casi doscientos y trece países quedaron representados: España, México, Argentina, Cuba, Chile, Colombia, Ecuador, Guinea Ecuatorial, Nicaragua, Perú, Uruguay y un binacional oriundo de Costa Rica y Puerto Rico.
Salman Rushdie. Estuvo en la primera lista de Granta. Aquí, el autor en 1998. Foto Archivo
Los 25 autores elegidos participarán de un libro que se publicará próximamente en su idioma y en inglés. En una introducción honesta y exhaustiva a este volumen, la editora Valerie Miles repasa aquel primer hito.
“Seamos sinceros: la apuesta por veinte escritores menores de cuarenta años, en la primera lista de 1983, fue sobre todo una estratagema de mercadotecnia, ideada originalmente por el Gremio Británico de Editores para lanzar un salvavidas a la asediada novelística británica, a fin de tentar a más lectores a comprar sus obras. Aquel número inaugural se publicó en una época en que los escritores eran todavía criaturas retraídas que evadían en buena medida el foco de los medios y que, por pudor, preferían que su obra hablara por sí misma”.
A continuación, admite la fragilidad de la audaz iniciativa de pretender elegir a los “mejores” en un territorio como el literario: “Formar parte de un jurado es como jugar a la ouija (el juego de la copa). Se crea una especie de campo de fuerzas mientras se debaten las lecturas y se enfrentan las diferentes idiosincrasias del gusto razonado. Con otro jurado, o con el mismo jurado otro día, el resultado podría haber sido algo distinto”.
Cuestión de actitud
En su prólogo Miles subraya la palabra “actitud”, buscando condensar en un término un denominador común entre estos jóvenes de orígenes, temáticas y estilos tan diversos. En conversación telefónica con Clarín, se explayó al respecto: “Tiene que ver con la persona que adopta una posición frente al mundo, frente a su entorno y los demás, una postura que no es de aceptación inmediata, sino de reflexión, y más contestataria”.
Consultada acerca de las diferencias entre generaciones de escritores, dijo notar que “en esta generación en general hay una apertura muy grande. Se apropiaron del derecho a narrar voces que antes no se sentían con ese derecho. Antes había una sensación de que para ser escritor uno debía venir de cierta educación y de cierto lugar, que existían reglas. Y esta generación está surgiendo de lugares menos evidentes”.
Ese es quizá el motivo por el que muchos lectores oirán por primera vez algunos de los nombres antologados. Comenta Miles: “Van a descubrir muchas voces que desconocían por completo. Y este trabajo nuestro se lo debemos al microcosmos floreciente de las editoriales pequeñas en el ámbito hispanoamericano. Es el espíritu de Granta el estar un poco por afuera. De hecho, el jurado se eligió en función de gente que estaba por fuera del mundillo literario”.
Hablan los autores
Cabe preguntarse, entre los argentinos distinguidos, cuáles son las razones por las que los entusiasma un premio diferente como el de Granta.
Camila Fabbri. En el buen camino. Foto Instagram
Para la narradora, dramaturga y actriz Camila Fabbri, autora de Los accidentes y El día que apagaron la luz, se trata de “un reconocimiento útil, que de alguna manera viene a echar luz sobre la ruta en la que vengo trabajando. Como si dijera: está bien, es por acá”.
Dice admirar a sus contemporáneas Mónica Ojeda –otra de las seleccionadas– y Liliana Colanzi, de Bolivia, y cuando se le pregunta acerca de las virtudes por las que pudo haberla escogido el jurado, Fabbri se ataja y admite que “es imposible que no escriba llena de dudas”. Sí se anima a remarcar, en cambio, su constancia, el “haberme convencido desde muy chica, como un entrenamiento físico deportivo”.
Nacido en Buenos Aires en 1988, Michel Nieva, que publicó Ascenso y apogeo del imperio argentino y Tecnología y barbarie, se lo toma con gratitud y con humor: “Cuando empecé a escribir me presenté a cuanto concurso escolar, barrial y municipal hubiera y nunca gané nada, y ya me había acostumbrado a que fuera así. Así que recibir por primera vez un premio en el contexto de una catástrofe planetaria como la pandemia no sé qué me hace pensar. Espero que si hay futuros premios no los acompañe una fatalidad”.
Michel Nieva. Acostumbrado a no ganar nada, y sorprendido ahora. Foto Télam
Otro interrogante posible para los que integran esta promoción 2021 de Granta, es si a futuro sentirán más presión a la hora de escribir y publicar, tras haber sido considerados como destacadas promesas en lengua castellana. Para el novelista Martín Felipe Castagnet –que se declara lector de Mónica Ojeda y Camila Fabbri– es justamente esa la condición ideal de trabajo.
“Mientras siga siendo promesa, me voy a sentir cómodo», dice. «La literatura es siempre promesa. A veces no se cumplen, pero muchas veces creer en una promesa nos hace avanzar. En este caso, difusión, traducción y plata no creo que hayan lastimado a ningún escritor muerto de hambre”.
Martín Felipe Castagnet. Un autor que quiere seguir siendo promesa. Foto Instagram
Cuando se le solicita una definición de su obra, el autor de Los mantras modernos y Los cuerpos del verano parece responder por todos sus compañeros de camada: “Me siento un miniaturista de mundos inmensos. Siempre busco una obra que se pueda habitar, y no cierro el texto hasta que no me haya mudado adentro con todas mis cosas. Es una forma de encontrar soluciones a los problemas de todos los días, pero desde la imaginación: cómo relacionarnos con nuestros semejantes y también con nuestros diferentes”.
En pocas semanas más, una antología como la de Granta condensará tiempos muy diversos en unas trescientas páginas y les obsequiará tiempo virgen, inexplorado, a sus lectores.
De paso les recordará que el futuro –literario y de cualquier índole– nunca está escrito.
Los 25 elegidos
- Camila Fabbri, Argentina, 1989
- Michel Nieva, Argentina, 1988
- Martín Felipe Castagnet, Argentina, 1986 –
- Diego Zúñiga, Chile, 1987
- Estanislao Medina Huesca, Guinea Ecuatorial, 1990
- Mónica Ojeda, Ecuador, 1988
- Carlos Fonseca, Costa Rica, 1987
- José Adiak Montoya, Nicaragua, 1987
- Miluska Benavides, Perú, 1986
- José Ardila, Colombia, 1985
- Gonzalo Baz, Uruguay, 1985
- Irene Reyes-Noguerol, España, 1997
- Andrea Abreu, España, 1995
- Munir Hachemi, España, 1989
- David Aliaga, España,1989
- Cristina Morales, España, 1985
- Alejandro Morellón, España, 1985
- Aniela Rodríguez, México, 1992
- Andrea Chapela, México, 1990
- Aura García-Junco, México, 1989
- Mateo García Elizondo, México, 1987
- Carlos Manuel Álvarez, Cuba, 1989
- Dainerys Machado Vento, Cuba, 1986
- Eudris Planche Savón, Cuba, 1985
- Paulina Flores, Chile, 1988
Fuente: Clarín