Como ella misma se refirió a la muerte en un diálogo con LA NACION en un hotel del barrio de Recoleta en agosto de 2022, la escritora María Kodama, de 86 años, entró en el “gran mar” esta mañana de domingo, al anunciarse su fallecimiento en su casa en la ciudad de Buenos Aires. Como heredera de la obra de Jorge Luis Borges y presidenta de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, Kodama impulsó la obra de Borges en el mundo y la defendió como una “samurái” cuando lo consideró necesario. Debió luchar contra varios prejuicios y padeció a su modo el machismo de la escena literaria local, como víctima de burlas e ironías (pocas viudas de hombres célebres se salvaron de este azote). “Fui difamada. Finalmente, la gente se dio cuenta del trabajo que hice por la obra de Borges”, dijo Kodama a LA NACION. Según la ley argentina, los derechos de la obra de Borges recién pasarán a ser de dominio público en 2056.
Al ser consultada en esa ocasión, cuando se celebraba el 123° aniversario del nacimiento de Borges, su viuda y heredera dijo que los derechos de la obra del máximo escritor de la Argentina quedarían a cargo de una universidad estadounidense donde Borges había dado conferencias (posiblemente la Universidad de Texas en Austin) y de una universidad japonesa (posiblemente la Universidad de Tokio), “donde enseñan español y la obra de Borges”, declaró. “No puedo decir cuáles son esas universidades porque los van a volver locos y no van a querer saber nada”, concluyó.
Respecto del motivo por el cual los derechos no podían quedar en una universidad u otra institución de la Argentina, respondió: “¿Te parece que pueden quedar a cargo de una universidad argentina? No quiero que pase lo que pasó con el legado de Victoria Ocampo a la Unesco [en referencia a los bienes materiales de la escritora]. Acá conocés a alguien en un momento y te parece que es una persona correcta, pero después la cambian por otra que no lo es tanto”.
La Fundación Internacional Jorge Luis Borges fue creada por Kodama el 24 de agosto de 1988, con los objetivos de difundir la obra borgeana, “contribuyendo a su conocimiento y propiciando su correcta interpretación”; distinguir a personas e instituciones por su aporte a la difusión de la obra, promover el intercambio cultural con instituciones, bibliotecas, centros de estudios, universidades nacionales y extranjeras, estatales y privadas; editar libros, revistas y publicaciones especializadas, auspiciar diversas iniciativas y actividades, así como también organizar y auspiciar conferencias, exposiciones, simposios, ateneos y debates, y ordenar, clasificar y organizar el material en formato físico y digital de y sobre Borges.
El actual vicepresidente de la Fundación, el licenciado Fernando Flores Maio, al ser consultado por LA NACION sobre el futuro de la institución, respondió que oportunamente brindarían información. También señaló que “por deseo de María Kodama”, no se hará una despedida de los restos de la escritora.
La escritora y abogada Claudia Farías Gómez, coautora con Kodama de La divisa punzó (Sudamericana), dijo a este diario que Kodama había trabajado y estudiado hasta el último día. “La recuerdo como alguien que tuvo una causa por la que luchó y un gran amor por al que siempre fue fiel -dijo Farías Gómez-. Una gran amiga y un gran ser humano al que pocos conocieron y comprendieron en profundidad”.
En una de sus últimas entrevistas, Kodama evocó una comida organizada por el agente literario Andrew Wylie, apodado el “Chacal”, en Nueva York, y al que habían sido invitados críticos y escritores. “Al final se paró e hizo un brindis por mí -evocó Kodama-. ‘Hay muchos escritores tan importantes como Borges’, dijo Wylie, ‘pero el hecho de que todo el mundo hable de él es porque vos das conferencias, viajás por el mundo para difundir su obra, presidís la Fundación, con todo esa tarea hacés que sintamos que Borges está vivo’”.
Se fue María Kodama: fue la única que no leyó a Borges y la única que lo hizo feliz en el amor. QEPD.— Santiago Llach (@santiagollach) March 26, 2023
La escritora reveló además que compartía con el autor de Ficciones una creencia sobre el más allá. “Nosotros hablábamos de la teoría de los eones, según la cual hay un mundo espiritual paralelo al nuestro, en el que algunos eones quieren investigar cómo es la vida terrenal, que no es la suya, y quedan castigados en la Tierra hasta que otro eón se lo lleva con él. Es muy linda la teoría. Él y yo somos dos eones”. Vista así, la muerte de Kodama constituye un reencuentro con el hombre que amó.
Fuente: Daniel Gigena, La Nación