Con nuevas ediciones y portadas a cargo de prestigiosos fotógrafos argentinos, la editorial Alfaguara lanzó «Todo Bioy», una iniciativa presentada este martes en la Biblioteca Nacional que condensa todos los cuentos, ensayos y las novelas de Adolfo Bioy Casares en 15 volúmenes que permitirán resignificar la potencia narrativa y el carácter anticipatorio que distinguió la escritura del ganador del Premio Cervantes 1990, amigo y aliado creativo de Jorge Luis Borges.
Julieta Obedman, directora literaria de la editorial Alfaguara, contó a Télam que la iniciativa busca «ofrecer a los lectores los libros individuales dentro de una Biblioteca de autor» con el objetivo de despertar el interés en un público nuevo y también para brindarle aquellos libros que aún no han leído a los conocedores del célebre escritor. «Por eso, la idea es salir al mismo tiempo con toda la Biblioteca, que también es una manera de comunicar la importancia que Alfaguara le da a su obra, en la línea de lo que venimos haciendo con autores como Julio Cortázar, Roberto Bolaño, José Saramago», explicó la editora.
«Todo Bioy» se desdobla en 15 libros con tapas de fotografías en blanco y negro de reconocidos fotógrafos argentinos como Aldo Sessa, Horacio Coppola, Sofía López Mañán, Pedro Raota, Oscar Pinto. Para el lanzamiento, realizado en la sala Augusto R. Cortázar de la Biblioteca Nacional, la editorial decoró un extremo del salón con gigantografías de los volúmenes. «Desde el principio pensamos en trabajar con fotógrafos argentinos; y Horacio Coppola parecía una opción natural, porque es un fotógrafo que se ocupa de Buenos Aires y porque es contemporáneo de Bioy. De ahí se amplió la búsqueda a otros fotógrafos, pero el blanco y negro nos pareció que definía bien una colección. Por suerte, muchos fotógrafos nacionales utilizan el blanco y negro, de modo que nos terminamos por decidir por esa línea estética», precisó Obedman.
La iniciativa de Alfaguara abarca sus novelas y volúmenes de cuentos más conocidos, como «La invención de Morel», «Diario de la guerra del cerdo», «El sueño de los héroes», «Dormir al sol», «La trama celeste» o «El lado de la sombra»), así como títulos menos frecuentados («Guirnalda con amores», «El gran Serafín»).
También desdobla en dos volúmenes sus últimos cuentos («Historias desaforadas», «Una muñeca rusa» y «Una magia modesta») y sus novelas «La aventura de un fotógrafo en La Plata», «Un campeón desparejo» y «De un mundo a otro». También incluye sus «Memorias», ilustradas con fotos, además de un volumen de ensayos titulado «La otra aventura y otros escritos».
Junto con Jorge Luis Borges y los escritores más asociados al Boom de los años 60 (Julio Cortázar, Ernesto Sábato), Bioy Casares (1914-1999) fue uno de los autores más relevantes de la literatura argentina del siglo XX. Su obra narrativa le valió diversos galardones, como el Gran Premio de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) en 1975 y el Premio Cervantes en 1990. Muchos de sus libros fueron llevadas al cine: «El perjurio de la nieve» (con el título de «El crimen de Oribe»), «Diario de la guerra del cerdo» (dirigida por Leopoldo Torre Nilsson) y «El sueño de los héroes» (con dirección de Sergio Renán).
Su Obra completa circulaba hasta hace un tiempo fraccionada en tres voluminosos tomos que fueron minuciosamente revisados por Ernesto Montequin y Daniel Martino, quienes consensuaron esta diversificación en 15 libros que permitirán una circulación ágil de la obra y ciertas facilidades en la lectura.
Durante la presentación, Esther Cross y los escritores Carlos Gamerro y Gonzalo Garcés compartieron claves para abordar su obra, datos biográficos del autor y experiencias de lectura. En el caso del autor de «El miedo» y «Los impacientes», quien se reencontró con los libros de Bioy Casares después de muchos años, reconoció que la experiencia «fue muy diferente» de cuando era pequeño y se animó a esbozar una hipótesis: «La literatura de Bioy es una literatura de trampa».
Para desarrollar esta idea, Garcés explicó: «Sabemos que fue un tipo lindo, apuesto, seductor y muy mujeriego, muy infiel pero también extremadamente tímido, que encontraba dificultades para decir lo que realmente sentía» y agregó que, a partir de la publicación de los diarios del escritor «muchas personas se desayunaron con observaciones bastante despectivas de Bioy cuando estaban acostumbrados a un trato muy cordial».
De esta manera, habita en la obra del gran amigo y cómplice literario de Borges la idea de que «nuestra identidad individual no es tan monolítica cómo solemos creer», apuntó Garcés y aseguró: «Esto lo expresó Bioy en ‘En memoria de Paulina’». El cuento -que está incluido en el libro «La trama celeste» y fue publicado originalmente en 1948- narra la historia en primera persona de un hombre que desde su infancia estuvo enamorado de una muchacha, descrita como una mujer perfecta. «En todo aquello en que el narrador se pareciera a Paulina, allí estaba lo mejor de él», indicó Garcés.
«A partir de ese amor infantil y a medida que van creciendo, el narrador supone que se van a casar pero esto no sucede porque Paulina se casa con Julio Montero, que -al igual que el narrador- es un escritor es bruto, lleno de lugares comunes. Un indeseable», recupera Garcés. Al tiempo, Paulina reaparece en la vida del enamorado y viven «una tarde de reencuentro». Sin embargo, el narrador nota que Paulina habla como Montero. Al avanzar en el relato, empieza a emerger la idea de que en realidad el autor no se habría encontrado con la Paulina de carne y hueso sino «con una proyección que Montero hacía de ese encuentro». Montero, al descubrir el encuentro entre los amantes, había asesinado a Paulina. «Los celos de Montero imaginando cómo iba a ser tuvieron tanta fuerza que encarnaron en esa Paulina que apareció en la cama del narrador -conjeturó Garcés-. ¿Qué pasa si la imagen que Paulina tiene del narrador es igual de falsa que la persona que amo o lo que yo mismo proyecto? Es una idea muy solitaria del amor, pero es una de las ideas que tenía», reflexionó el orador.
Otro cuento de Bioy Casares que Garcés utilizó para explicar su punto fue «La trama celeste» como «otra historia que se le ocurre a una persona, acostumbrada por su experiencia, a vivir en varias dimensiones a la vez», y que «tiene como premisa la experiencia de habitar distintas realidades a través del personaje del capitán Ireneo Morris, quien luego de sufrir un accidente mientras manejaba un avión, entra en un universo paralelo, con similitudes y leves variaciones de la Ciudad de Buenos Aires y su vida cotidiana».
«Bueno. Yo soy Carlos Gamerro», bromeó al presentarse Esther Cross, en sintonía con el afán de Bioy Casares de trastocar el orden de lo real. «A la vez de un gran escritor y una guía, Bioy es un escritor que se siente muy cercano. Retomando lo que decía Gonzalo sobre la literatura de la trampa, creo que Casares más allá de eso tenía un gran proyecto literario y era muy leal a ese proyecto», señaló Cross.
«A veces los lectores tendemos a pensar que los escritores hablan siempre en sentido figurado, que todo lo que dicen es metafórico, un juego de palabras. Me da la impresión de que, cuando él decía que buscaba prolongar la temporada en la Tierra, a lo mejor escribiendo iba a encontrar una forma y no estaba hablando metafóricamente», observó Cross y agregó: «Creo que con ironía, con veta romántica, un poco en chiste, un poco en serio, habla de buscar la inmortalidad por libro».
La autora de «La señorita Porcel» eligió el cuento «El perjurio de la nieve» por ser un «Aleph» de la obra del escritor homenajeado, ya que se condensan muchas temáticas que él abordaba. Cross destacó la historia de dobles que trabaja el cuento y la temática del plagio.
Por su parte Gamerro, escritor, crítico y traductor literario, señaló: “Si Bioy está en una de estas realidades paralelas, debe estar muy contento. Además, es de una elegancia muy digna de Bioy”. Luego, se abocó a hablar de “La invención de Morel” como “nuestra primera novela argentina de ciencia ficción” y “la carta más fuerte” por su estructura narrativa.
“La peculiaridad de Bioy es que siempre hay dos planos de la realidad: uno que puede ser objetual, y otro que pertenece a la percepción: el cine, los sueños, los espejos, las alucinaciones”, señaló Gamerro. Además, destacó: “Algo que me parece muy revolucionario de Bioy es que, si bien la explicación es tan lógica como la de cualquier relato policial, las causalidades son mágicas, sobrenaturales o pertenecen a la ciencia ficción”, a diferencia de lo que se repite en el género policial tradicional como en el caso de “El sabueso de los Baskerville” de Arthur Conan Doyle. “Se aprende mucho leyendo a Bioy, no es solo una lectura agradable”, concluyó el escritor.
Fuente: Télam