Milan Kundera falleció a los 94 años, según informó la televisión pública checa. El escritor de origen checo, nacionalizado francés, nació en Brno el 1 de abril de 1929 en una familia acomodada. La portavoz de la Biblioteca Milan Kundera en su ciudad natal, Anna Mrazova, lo ha confirmado a la agencia France Presse: “Lamentablemente, confirmo que murió en París tras una larga enfermedad”.
Hijo de un importante pianista y musicólogo, Ludvik Kundera, estudió música cuando era niño, pero paulatinamente fue virando su interés hacia la escritura. Enseñó literatura en la Academia de Música y Arte Dramático de Praga desde 1952. Kundera se afilió al Partido Comunista en 1948, pero fue expulsado en 1950 y readmitido de nuevo en 1956. Siguió siendo militante hasta 1970.
Dramaturgo y poeta, además, de novelista, su literatura ha sido elogiada por Kundera su representación de sus personajes que se mueven en la vida cotidiana y el elevado mundo de las ideas.
Kundera, que rara vez daba entrevistas a la prensa, porque consideraba que un escritor debía hablar a través de sus obras, debutó en 1967 con la novela La broma. Trataba sobre las vidas y el destino de varios checos en los años del estalinismo, con un enfoque cómico e irónico. Traducida a varias lenguas, tuvo enorme éxito internacional. Por su segunda novela, La vida está en otra parte, le dieron en Francia el Premio Médicis para obras extranjeras de 1973. Dos años más tarde, en 1975, las autoridades checoslovacas le dieron permiso para emigrar junto a su esposa, Vera Hrabankova, para ser profesor en la Universidad de Rennes (Francia).
Sin embargo, en 1979 fue desposeído de su nacionalidad por el Gobierno checo y en 1981 adquirió la nacionalidad francesa. Entre sus obras más conocidas destacan El libro de la risa y el olvido (1979) y, sobre todo, La insoportable levedad del ser (1984), relato de una historia de amor en medio de la represión y de la burocracia. Sus últimas novelas, La lentitud, La identidad, La ignorancia y La fiesta de la insignificancia, fueron escritas en francés. Entre la penúltima novela, de 2000,y su última novela, la citada La fiesta de la insignificancia, estuvo 14 años sin publicar.
Además, se le ha considerado el intelectual de referencia entre los disidentes de la Europa del Este en la etapa del comunismo totalitario. En 1982, cuando aún estaba lejana la caída del Muro de Berlín, declaró: “No me siento cómodo en el papel del disidente. No me gusta reducir la literatura y el arte a una lectura política. La palabra disidente significa suponerle a uno una literatura de tesis, y si algo detesto es precisamente la literatura de tesis. Lo que me interesa es el valor estético. Para mí, la literatura procomunista o la anticomunista es, en ese sentido, lo mismo. Por eso no me gusta verme como un disidente”.
Kundera ganó en 2001 el gran premio de la Academia Francesa al conjunto de su obra, el premio nacional de literatura de la República Checa en 2007 y el premio Reino de Redonda en 2010, entre otros galardones y reconocimientos internacionales.
En 1983, dijo en una entrevista a Christian Salmon, en The Paris Review: “La vida, cuando uno no puede esconderse de los demás, es el infierno y lo sabe cualquiera que haya vivido en un país totalitario”.
Fuente: El País.