En esta selección abreviada -en la que por segundo año consecutivo se incluyen autores argentinos entre sus nominados- quedaron también la rusa Maria Stepanova, la danesa Olga Ravn, el neerlandés chileno Benjamín Labatut, y los franceses David Diop y Éric Vuillard.
La periodista y escritora argentina había sido elegida el 30 de marzo entre un total de trece autores de una docena de países para integrar la «longlist» del prestigioso galardón por la edición en inglés de su libro de cuentos, que se publicó con el título «The Dangers of Smoking in Bed», bajo la traducción de Megan McDowell y la edición de Granta Books.
El jurado compuesto por la historiadora Lucy Hughes-Hallett, la periodista y escritora Aida Edemariam; la escritora Neel Mukherjee, nominada al Premio Booker en 2014, con The Lives of Others; la profesora de Historia de la Esclavitud, Olivette Otele; y el poeta, traductor y biógrafo George Szirtes decidirá quien resulte ganador y lo anunciará el 2 de junio.
«Ciertamente, entre los muchos libros que leímos había lo que podríamos llamar novelas buenas, sencillas y anticuadas que simplemente contaban la historia de principio a fin. Pero en general, los que nos parecieron más emocionantes estaban haciendo algo ligeramente diferente «, dijo Hughes-Hallett hoy al anunciar esta selección.
El International Booker Prize 2021 se otorga cada año a una obra que se traduce al inglés y se publica en el Reino Unido o Irlanda y busca fomentar más publicaciones y lecturas de ficción de calidad de todo el mundo y promover el trabajo de los traductores.
El premio está dotado de 50.000 libras (unos 68.000 dólares) que se reparten equitativamente entre el escritor y el traductor del libro ganador, mientras que cada uno de los autores que llegaron a esta instancia finalistas recibirán 1.000 libras (unos 1.300 dólares).
Sobre los trabajos presentados, la presidenta del jurado sostuvo que «la ficción toma muchas, muchas formas diferentes, y algunos de los libros se acercaron a ser escritos históricos. Algunos de ellos fueron muy ensayistas. Algunos de ellos parecían profundamente personales, casi como memorias. Concluimos que este es un aspecto increíblemente vigoroso y vital de la forma en que se está escribiendo la ficción en este momento, que la gente realmente está superando los límites «.
Enriquez integra esta lista con Maria Stepanova por «En memoria de la memoria», traducido del ruso por Sasha Dugdale (Ediciones Fitzcarraldo); Éric Vuillard por «La guerra de los pobres» traducido del francés por Mark Polizzotti (Pan Macmillan, Picador); Olga Ravn por «Los empleados», traducido del danés por Martin Aitken (Lolli Editions);el escritor chileno Benjamín Labatut por «Cuando dejamos de entender el mundo», traducido del español por Adrian Nathan West (Pushkin Press) y David Diop por «De noche, toda la sangre es negra», traducido del francés Anna Mocschovakis (Pushkin Press).
La actual directora de Letras del Fondo Nacional de las Artes no es la primera autora argentina que queda seleccionada en esta instancia del Booker international, ya que el año pasado, el jurado eligió a Gabriela Cabezón Cámara por «The Adventures Of China Iron» («Las aventuras de la China Iron») y a Samanta Schweblin por «Little Eyes», como se tradujo su novela «Kentukis». Mientras que en 2018, Ariana Harwicz fue seleccionada por su ópera prima, «Matate amor».
Al conocerse la lista larga para este premio, Enriquez dijo a Télam que «la traducción es otra instancia de creación» y ponderó el rol del traductor: «Es fundamental que encuentre la voz del autor. Creo que es importante reconocerse ahí aunque por supuesto nunca nos reconocemos del todo. Y para mí comparte la autoría, otro tipo de autoría que tiene que ver con la creatividad del lenguaje».