«Es una cosa escatológica. Es espantoso». María Kodama se refiere a lo que el académico Jay Parini dice en su libro Borges and Me, en el que cuenta la presunta compañía que le hizo a Borges en un viaje por Escocia, y a otras consideraciones suyas a LA NACION en una entrevista que se publicó la semana pasada. «Por supuesto que me acuerdo de ese viaje, si yo estaba con Borges -explica Kodama-. Fue en 1971. Y este hombre jamás se acercó, ni lo conocí, ni nada por el estilo. Ninguna de las cosas que dice es verdad. Evidentemente, es algo que él inventó, y lo hizo casi 50 años después.»
Acostumbrada a traficantes de poemas apócrifos, a dietistas de «El Aleph», a usurpadores de memorias, Kodama fue sin embargo sorprendida por algunas confidencias de Parini; por ejemplo, que Borges había tomado grandes cantidades de cerveza. «Además, Borges nunca bebió cerveza«, dice Kodama. Él me contó una vez que cuando era joven bebía vino, y dejó de beber porque un día en un cóctel escuchó que unos amigos del padre decían: ‘¡Qué lástima, si sigue así, el hijo de Borges va a ser un borracho!’. Y entonces dejó de tomar vino, aunque tampoco es que se emborrachaba.»
La historia no termina acá. Sigue Kodama: «Me acuerdo que después, [Norman Thomas] Di Giovanni [traductor de Borges al inglés], como él estaba muy tenso antes de las conferencias, le servía una copita de vino. Pero yo sufría porque, como Borges había sido tartamudo, yo tenía miedo de que el vino no lo dejara hablar bien. Pero un día íbamos caminando y me preguntó si yo no tenía inconveniente en que me dijera la conferencia mientras caminábamos. Yo le dije que era magnífico porque iba a escuchar dos versiones que seguramente van a ser distintas y me iba a divertir ver qué cambiaba en una y en la otra. Entonces terminó la conferencia y me dijo lo siguiente: ‘Ay, María, qué maravilla: di la conferencia sin tomar alcohol. No lo necesito’. ‘Yo creo que no, pero como usted quiera’, le contesté. ‘Vamos a hacer una cosa: usted se sienta a mi lado.’ ‘No, no, no’, le digo; ‘cuando usted da una conferencia tiene que estar solo’. Y me contesta: ‘Usted se sienta en la platea, voy a pedir que le reserven el asiento justo delante de donde yo esté hablando. Yo le voy a dar la conferencia a usted’. Y no tomó más. Entonces esto es una infamia.
Kodama niega también otras anécdotas que refiere Parini, por ejemplo, que se cayeran juntos al agua cuando estaban en un bote en el Lago Ness. «Ni hablar cuando cuenta que Borges se hizo amigo de la dueña de la pensión y dicen que los respectivos padres habían muerto en el inodoro. Es una locura. Este hombre, o no está bien de la cabeza, o es como tantas personas, que a mí me dan pena en realidad, porque tratan de treparse al nombre de Borges para tener un momento de esplendor.»
El sello Emecé, parte del Grupo Editorial Planeta, anuncia la publicación del libro de Parini hacia marzo o abril de 2021. «Yo supongo que finalmente Emecé, que publicó la obra de Borges, no va a publicar semejante disparate, y espero que no haga», dice Kodama. «Y si llegara a salir, tendré que actuar de alguna manera porque no puedo permitir esto. Esto es un verdadero horror. Mi padre me educó como un hombre japonés: la ética es algo que yo tengo que respetar y hacer respetar».
Fuente: Pablo Gianera, La Nación