La Justicia chilena ordenó reabrir la investigación por la muerte del poeta Pablo Neruda, ocurrida 12 días después del golpe de Estado encabezado por Augusto Pinochet en septiembre de 1973, porque consideró que existen elementos que podrían aportar al esclarecimiento de los hechos.
Los jueces Martiza Villandangos, Elsa Barrientos y Jorge Gómez, de la Primera Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, ordenaron la reapertura del caso y la realización de siete diligencias «que podrían aportar al esclarecimiento de los hechos», indicó el fallo. Entre ellas, un peritaje caligráfico al certificado de defunción de Neruda, revisar las conclusiones del panel de expertos de las universidades de McMaster y Copenhague e interrogar al médico y oficial en retiro del Ejército, Eduardo Arriagada Rehren, quien fue condenado en 2021 por el asesinato del locutor y militante comunista Archivaldo Morales.
La lucha de la familia
La jueza a cargo de la investigación, Paola Plaza, que debía esclarecer si el Premio Nobel falleció por el cáncer de próstata avanzado que lo aquejaba o si fue envenenado por un agente secreto de la dictadura mientras estaba internado en la Clínica Santa María de la capital chilena, cerró la investigación el 25 de septiembre pasado y rechazó reabrirla en diciembre, pero tanto la familia del poeta como el Partido Comunista (PC) -en el que Neruda militó desde joven- apelaron la decisión.
Elizabeth Flores, abogada de la familia, aseguró a la agencia de noticias EFE: «La unanimidad del fallo es un espaldarazo a nuestra apelación. Hemos conseguido quitarle la lápida que querían ponerle a esta investigación. Llevamos 14 años peleando por esclarecer la muerte de Neruda». Rodolfo Reyes, querellante y sobrino del poeta, agregó: «La verdad tarda en llegar, pero lo está haciendo de a poco. Es un gran logro en la justicia que llevamos pidiendo desde hace años para mi tío Pablo».
Juan Andrés Lagos, encargado de Relaciones Políticas del PC, expresó: «Es muy importante esta decisión porque ratifica nuestras denuncias y nuestros antecedentes respecto de que, en el contexto en que se produce la muerte, hubo intervención del aparato de terrorismo de Estado de la dictadura cívico-militar».
Envenenamiento
El autor de «Veinte poemas de amor y una canción desesperada» falleció el 23 de septiembre de 1973 en la Clínica Santa María, en Santiago, un día antes de exiliarse en México. La tesis del envenenamiento fue planteada públicamente por primera vez por el chofer y secretario personal del poeta, Manuel Araya, fallecido en junio del año pasado y una de las últimas personas que lo vio con vida. Su testimonio fue la base de la denuncia que presentó el PC –apoyado por parte de la familia– y que en 2011 dio origen a la investigación que ahora debe reabrirse.
La causa, que ha contado con la participación de tres paneles de expertos internacionales, sufrió un vuelco en 2017, cuando el segundo grupo de especialistas desestimó la versión oficial que apuntaba al cáncer de próstata como causa de muerte y encontró «clostridium botulinum» en una muela del poeta. Se trata de un bacilo –bacteria con forma de vara– que se encuentra por lo general en la tierra y que puede causar problemas al sistema nervioso e incluso la muerte.
Un tercer panel de expertos de las Universidades de McMaster (Canadá) y Copenhague (Dinamarca) reveló hace un año que la bacteria estaba en su cuerpo en el momento de la muerte del poeta, lo que para la familia fue interpretado como una prueba irrefutable de que Neruda fue envenenado durante su permanencia en la clínica.
«Neruda desde el año 2017 está gritando que en su cuerpo tiene ‘clostridium botulinum’ y que le llegó por intervención de terceros», subrayó la abogada Flores. La incógnita, sin embargo, sigue siendo de qué forma natural o intencionada se habría introducido en el cuerpo la toxina, que también suele encontrarse en alimentos enlatados mal preservados.
Profundizar la investigación
La Primera Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago ordenó además en el fallo la realización de varias diligencias solicitadas por los querellantes, como un peritaje caligráfico del certificado de defunción y la toma de nuevas declaraciones. Para la familia, la diligencia más importante es una «metapericia que permita revisar e interpretar los resultados de las pericias realizadas por los expertos de las Universidades de McMaster y Copenhague, la que deber ser realizada únicamente por expertos propuestos por dichas instituciones».
El sobrino de Neruda explicó que la jueza del caso había pedido a distintas universidades chilenas interpretar el informe pericial del año pasado, pero que estas no tienen el conocimiento ni la experiencia para hacerlo y que Canadá y Dinamarca son los países «más punteros» en este tipo de análisis forenses.