No existe escritor que no trabaje para la posteridad. A ella entregan su vida, toman sus previsiones: cómo serán recordados, qué se publicará de ellos. Se hace costumbre y es común entonces que cuando el tiempo es adverso se vean arrastrados por el oficio; alteran el devenir de los hechos, como hacen en sus ficciones. Le sucedió a Carlos Fuentes, dos años después de la muerte trágica, con diferencia de meses, de Carlos y Natasha, nacidos de su matrimonio con la periodista Silvia Lemus. “Soy afortunado de tener a mis hijos”, me dijo en un encuentro en Buenos Aires. Había viajado para presentar su novela Adán en Edén. Su mente lúcida y su andar aturdido por los jardines del Palacio Duhau chocaban con la atroz realidad que parecía negar: sólo le quedaba Cecilia, fruto de su primer matrimonio con la actriz mexicana Rita Macedo. Para Fuentes, no habrá inéditos. “No queda nada por publicar”, sostuvo su viuda a LA NACION.
El problema surge cuando el tiempo no obedece a las maquinaciones del escritor. Entonces la realidad irrumpe con su domesticidad y otras personas toman decisiones -herederos, titulares de derechos-, diferentes a las pensadas en vida por el autor.
«Yo digo desde ya que en la universidad de Austin tengo algunos manuscritos algo agobiantes que no quiero que se difundan”»
Salman Rushdie
Es el caso por estos días de Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, J.D Salinger o Andrea Camilleri. A todos acaban de aparecerle inéditos. Sus publicaciones plantean la pregunta acerca de cómo respetar la voluntad dispuesta en vida por un escritor para la permanencia de su obra después de su muerte.
En agosto nos vemos
En 2024, cuando se cumpla una década de la muerte de Gabriel García Márquez (1927-2014), se publicará una novela inédita del Premio Nobel como parte del homenaje que prevé su familia y su sello editorial. El anuncio fue realizado por la directora editorial de Penguin Random House, Pilar Reyes. La novela, En agosto nos vemos, permaneció hasta ahora en el Centro Harry Ranson, de la Universidad de Austin, Texas, cuando en 2014 la institución compró a la familia de Gabo el archivo del escritor. Por decisión de sus hijos, Rodrigo y Gonzalo García Barcha, saldrá a la luz esa novela inédita que es “el fruto de un último esfuerzo por seguir creando contra viento y marea” por parte de García Márquez.
“Leyéndolo una vez más a casi diez años de su muerte descubrimos que el texto tenía muchísimos y muy disfrutables méritos y nada que impida gozar de lo más sobresaliente de la obra de Gabo”, expresaron en un comunicado los hijos del escritor colombiano.
En una entrevista con el diario El País, en 2004, Gabo dijo que se sentía “bastante satisfecho” con el desarrollo de su protagonista. La afirmación de que estaba totalmente satisfecho con el resultado final fue esquivada por Gabo, conocido por reescribir sus manuscritos hasta estar del todo contento con la versión final.
Estos días, el escritor Salman Rushdie salió repentinamente a afirmar que esa publicación es un error que le “preocupa”. “Él no quería que esto se publicara. La escribió mientras padecía demencia y me preocupa que llegue a las librerías”, dijo el autor de Los versos satánicos.
Esa declaración llamó la atención pues el autor decidió hablar de García Márquez en el marco de una teleconferencia que ofreció desde la biblioteca de su casa, en el marco del festival Kosmopolis, en Barcelona. Y aprovechó para avisar: “Yo digo desde ya que en la universidad de Austin tengo algunos manuscritos algo agobiantes que no quiero que se difundan”.
Consultados por LA NACION, los hijos del Nobel prefirieron mantenerse al margen de réplicas. La familia y los agentes de Gabo creen que es “mejor no hacer declaraciones” hasta que esté más cerca la fecha de publicación del libro, que llegará a las librerías en abril próximo cuando se cumplen diez años de la muerte del escritor colombiano.
Cronopios y famas
Casi al mismo tiempo de las declaraciones de Rushdie, que se opone a la publicación del inédito de Gabo, se conoció la existencia de siete relatos inéditos de Julio Cortázar. Fueron descubiertos tras el remate del original de Historias de cronopios y de famas, de Julio Cortázar, fechado en París en 1952. La subasta fue en Montevideo por 42.100 dólares. La suma final duplicó la estimación de la subastadora uruguaya Zorrilla.
Los textos del autor de Rayuela estuvieron ocultos 70 años en el fondo de una caja sin catalogar en la biblioteca de un particular en Montevideo, dijo la subastadora. El nombre del comprador o compradora no se dio a conocer. Sólo se sabe que es un coleccionista argentino que ganó la puja al Ministerio de Cultura de la Nación, que “tenía un presupuesto menor”. Lo que sí se sabe es que el o la compradora no podrá publicar los inéditos sin antes negociar los derechos de autor. Deberá entendérselas con el estudio del abogado catalán Alfredo Font Barrot, albacea literario de la obra de Cortázar para los herederos de su primera mujer, Aurora Bernárdez, fallecida en 2014. Ése fue el resultado de la sucesión iniciada por los herederos de Bernárdez, según un comunicado de entonces por la agencia literaria de Carmen Balcells, remitido por Guillem d’Efak, sucesor de la mítica agente.
La pregunta es: ¿hubiera querido Cortázar que esos siete relatos que excluyó de su volumen Historias de Cronopios y de Famas salieran a la luz?
Un guardián retirado
J.D. Salinger (1951-2010), uno de los escritores estadounidenses más venerados, dejó miles de páginas inéditas. Pero siguió escribiendo desde el ostracismo que decidió, a pesar del éxito de su admirada obra, El guardián entre el centeno. Su hijo, Matt Salinger, es su albacea y trabaja para sacar a la luz la obra de su padre, que llevó adelante un culto casi obsesivo por el anonimato y la privacidad.
Matt Salinger (1960), que estudió Arte y Ciencias Políticas, fue actor e interpretó al primer Capitán América del cine, anunció que trabaja muy seriamente en la obra de su padre y que la publicará tan pronto como sea posible. Según declaró recientemente en España, donde el sello Alianza (que tiene los derechos en ese país) preparó una serie de actividades con motivo del 70º aniversario de Nueve cuentos. La publicación de la obra de su padre, que el autor mismo evitó el resto de su vida, es para su hijo un imperativo: “Como hijo y protector de su legado, me siento en la obligación de publicar todo como él quería”, sostuvo.
Rescate de la basura
Ahora también vuelve a la luz una de las primeras obras de Andrea Camilleri, que el propio escritor siciliano dijo haber tirado a la basura. Su hija Andreina acaba de encontrarla junto a otros papeles de su padre en Roma. Ese texto, según contó el director Giuseppe Dipasquale, quien fue alumno del creador de la saga del detective Montalbano, es de 1947 y es una obra de teatro de un acto que Camilleri llamó El juicio a medianoche. La obra obtuvo el primer premio Faber en Florencia. Pero en el viaje de regreso en tren a Sicilia tras recoger el galardón, el escritor se dijo a sí mismo: “¿Qué es esta basura? Y la tiré por la ventana”, le contó a Dipasquale. Se desconoce si Camilleri se quedó con una copia del original que arrojó por la ventana del tren en movimiento. Pero el texto, anunció el Dipasquale, será publicado.
Será uno de los tantos que ingresen a la eternidad de la que fueron excluidos en vida por un autor, al imaginar cómo debe ser recordado y por cuáles de sus obras.
Fuente: Gisela Antonuccio, La Nación