Handke canceló un encuentro con la prensa y dijo que «nunca más» quiere hablar con periodistas, tras una reunión que mantuvo anoche con el alcalde de Griffen, su ciudad natal, donde algunos cronistas volvieron a inquirirlo por su apoyo al presidente Slobodan Milosevic (1941-2006), juzgado en La Haya por genocidio, informó la emisora pública F.
«Soy un escritor, vengo de Tolstoi, vengo de Homero, vengo de Cervantes. ¡Déjenme en paz y no me hagan este tipo de preguntas!», respondió Handke a la prensa local durante el controvertido encuentro.
«Delante de mi jardín (en las afueras de París) hay 50 periodistas. Todos preguntan siempre como usted. De ninguna persona que se me acerca oigo que ha leído algo de mi obra, que sabe lo que he escrito. La única pregunta es cómo reacciona el mundo», había respondido antes, al recordar cómo lo abordó la prensa apenas trascendió que había ganado el Nobel, según informó la agencia de noticias EFE.
Nacido en la región de Carintia, en el sur de Austria, en 1942, Handke mantuvo una relación tortuosa con su país, al que abandonó para vivir en Francia a partir del libro «Un viaje de invierno a los ríos Danubio, Sava, Morava y Drina, o justicia para Serbia» (1996), acusado de panfletario y de desconocer el genocidio de Srebrenica, en el que fuerzas serbobosnias asesinaron a unos 8.000 musulmanes, en 1995.
El escritor negó haber minimizado la matanza pero insistió con que se demonizó a los serbios y se los responsabilizó por todos los males de la guerra.
Entre otros intelectuales, el cineasta Wim Wenders, con quien coguionó el icónico filme «Las alas del deseo» en los 90, denunció una campaña de difamación en contra de su amigo por pensar a contracorriente. Esto es: visitar en 2004, en la cárcel de La Haya, a Milosevic, cuando era juzgado por crímenes de lesa humanidad, y tomar la palabra en su entierro en 2006.
Un año antes, en el ensayo «Las Tablas de Daimiel», Handke había cuestionado la legitimidad del Tribunal Internacional para la Antigua Yugoslavia para juzgar a Milosevic y reiterado que los serbios fueron víctimas de la guerra y los bombardeos de la OTAN en 1999.
En 2006 decidió renunciar a los 50.000 euros del Premio Heine por las críticas en su contra, y en 2014 rechazó la dotación económica del Premio Internacional Ibsen, por los mismos motivos en Noruega.
La semana pasada la Academia Sueco otorgó a Handke el Premio Nobel de Literatura 2019.