Al mismo tiempo, negó tener contacto con Irán y haber leído «Los versos satánicos», el libro por el que el novelista de 75 años fue acusado de blasfemo.
Matar dijo en entrevista con The New York Post que había «leído un par de páginas» de la novela de Rushdie y no estar en contacto con la Guardia Revolucionaria de Irán, el ejército ideológico de la República Islámica, en tanto expresó: «no me gusta la persona, no creo que sea muy buena persona, es alguien que atacó al Islam, atacó sus creencias», al referirse a Rushdie, quien se encuentra hospitalizado y evolucionando desde el día del ataque en New York.
Rushdie recibió «tres puñaladas en el cuello, cuatro en el estómago, heridas punzantes en el ojo derecho y el pecho, además de una laceración en su muslo derecho», indicó Jason Schmidt, fiscal de distrito del condado de Chautauqua, localidad donde sufrió la agresión, y «podría perder la vista de su ojo derecho», agregó Schmidt.
«Cuando escuché que sobrevivió, me sorprendió», confió Matar sobre Rushdie en la breve entrevista al diario neoyorquino donde aclaró que el diálogo se desarrolló en video con el sospechoso encarcelado, a pesar de que el abogado le aconsejó no hablar del tema: «Respeto al ayatolá, creo que es una gran persona, eso es todo lo diré sobre eso», agregó el joven que residía en New Jersey.
También contó que se había enterado de que Rushdie iba a dar una conferencia literaria en la Institución Chautauqua a través de un tuit a principios de este año; que había tomado un autobús a la ciudad de Buffalo, en el norte del estado de Nueva York, un día antes del ataque, y que fue a la pequeña localidad de Chautauqua en un vehículo de Lyft, un servicio de traslado por aplicación: «Anduve por ahí haciendo tiempo. No hice nada en particular, solo caminé».
El escritor que pasó años con protección policial luego de que líderes religiosos musulmanes ordenaran matarlo por considerar que su novela «Los versos satánicos» blasfemaba al islam, se aprestaba a hablar en un evento literario en Nueva York el viernes último cuando un hombre salió del público, subió al estrado y lo apuñaló reiteradamente en el cuello y abdomen.
El sábado compareció ante una corte y se declaró no culpable de los cargos de intento de homicidio y ataque con arma blanca, quedó detenido sin derecho a fianza y el viernes próximo deberá comparecer ante otro tribunal.
A Salman Rushdie le retiraron el respirador y habló por primera vez tras el ataque
«Puede ser largo el proceso de recuperaciòn» del escritor de origen indio pero con doble nacionalidad británica y estadounidense, mundialmente conocido por haber sido condenado a muerte por Irán por su novela «Los versos satánicos», fue apuñalado en el cuello cuando estaba a punto de dar una conferencia en Nueva York, lo operaron y permanece conectado a un respirador artificial en un hospital de esa ciudad estadounidense, donde su atacante fue detenido.
El escritor Salman Rushdie inició el «camino de recuperación», a dos días de haber sido apuñalado en el cuello y abdomen en un evento literario en Nueva York, informó este domingo su agente, Andrew Wylie.
«Las heridas son severas pero su estado se encamina en la dirección correcta», confirmó Wylie al diario The Washington Post, aunque aclaró que el proceso de recuperación «podría ser largo».
Este sábado, Rushdie volvió a respirar por sí mismo, luego de que los médicos le retiraran el ventilador que le brindaba respiración asistida. Wylie también precisó que el escritor habló por primera vez tras el ataque del viernes.
Según la información aportada por Wylie, el ataque lesionó los nervios de uno de sus brazos, le afectó el hígado y es «probable» que le cause la pérdida de un ojo.
La familia está «extremadamente aliviada» de que haya dejado la respiración asistida y dicho «unas pocas palabras», señaló desde Londres su hijo Zafar en Twitter «Mi padre aún se encuentra en estado crítico en el hospital y está recibiendo un tratamiento intensivo y continuo», añadió
«Estamos extremadamente aliviados de que ayer le quitaran el respirador y pudiera decir algunas palabras», continuó e indicó que, pese a la «gravedad» de unas lesiones «que le cambiarán la vida», «su sentido del humor peleón e insolente se mantiene intacto».
El escritor, de 75 años, fue atacado en público el viernes pasado, momentos antes de intervenir en un acto literario.
El hombre acusado de apuñalarlo, un joven estadounidense de origen libanés, se declaró este sábado «no culpable» de «intento de asesinato» ante un juzgado del estado de Nueva York.
Rushdie había sido sentenciado a muerte en 1989 por el entonces guía supremo de Irán, el ayatolá Ruhollah Jomeini, quien dictó un decreto religioso (fetua) que ordenaba a los musulmanes matarlo tras la publicación del libro «Los versos satánicos», que consideró blasfemo.
«El sospechoso subió corriendo al escenario y atacó a Rushdie y a un entrevistador. Rushdie aparentemente fue apuñalado en el cuello y fue transportado en helicóptero a un hospital del área. Su estado aún se desconoce», informó en un comunicado la Policía de Nueva York.
Según los testigos y tal como muestra un video filmado por quienes esperaban escucharlo en la sala del Instituto Chautauqua, un hombre irrumpió en el escenario mientras el escritor conversaba con un periodista y comenzó a golpear a Rushdie justo en el momento en el que lo presentaban. Entonces, el autor cayó al suelo, fue socorrido por un equipo médico y trasladado en helicóptero a un hospital, mientras el atacante fue inmovilizado y detenido por los efectivos de seguridad.
«Fue un agente de la policía estatal el que se puso de pie y salvó su vida, lo protegió a él y al moderador de la conferencia», señalo la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul.
Penguin, el sello que edita su obra, publicó un comunicado en el que señaló: «Tras el lamentable ataque al escritor Salman Rushdie queremos manifestar nuestra repulsa absoluta y nuestro apoyo total a Rushdie y a la libertad de expresión. Esperamos y deseamos que se recupere lo antes posible».
Hasta esta tarde, se desconocían los pormenores del estado de salud del autor, quien lleva décadas amenazado por Irán tras haber publicado su novela «Los versos satánicos», prohibido desde 1989 en ese país y considerada blasfema por las autoridades de ese país islámico.
La fama internacional le llegó con la novela «Hijos de la medianoche», publicada en 1980, libro con el que ganó el Premio Booker, el más prestigioso del Reino Unido. Aquel texto también provocó polémica: en la India cuestionaron los supuestos comentarios despectivos hacia la entonces primera ministra del país, Indira Ghandi.
En 1989, el entonces líder supremo iraní, el ayatolá Jomeini, emitió un decreto para pedir la muerte del escritor. El gobierno de Irán terminó distanciándose de la «fatwa», el edicto de Jomeini, pero, en 2012, una fundación religiosa iraní semioficial elevó la recompensa de 2,8 millones de dólares a 3,3 millones de dólares y las alarmas sobre el riesgo de vida del autor volvieron a encenderse.
Rushdie, quien escribió su obra en inglés y es desde hace años uno de los eternos aspirante al Nobel de Literatura, nació en Bombay el 19 de junio de 1947 pero vive en Nueva York desde hace años y cuenta con un título de «Sir» concedido por la Reina Isabel de Inglaterra Publicó más de 10 novelas, una autobiografía, varios ensayos, cuentos y relatos para chicos, y tras la amenaza del régimen irání, minimizó el tema y dijo que «no había evidencia» de que las personas estuvieran interesadas en la recompensa y siguió escribiendo.
Más allá de esas declaraciones subestimando la amenaza, durante los siguientes nueve años, los iraníes radicales renovaban puntualmente todos 14 de febrero la fatwa, mientras Rushdie vivía escondido y bajo la protección de la policía británica.
Logró escapar a los inminentes intentos de asesinato durante los años 90, pero muchos de sus colaboradores se convirtieron en víctimas porque la fatwa de Jomeini no suponía sólo la condena de Rushdie, sino también la de todos los editores que publicaran su obra. Entre ellos está Hitoshi Igarashi, el traductor japonés de Los versos satánicos, quien murió tras ser apuñalado. El traductor italiano, Ettore Capriolo, y el editor de la novela, William Nygaard, fueron víctima de ataques pero sobrevivieron.
Cuando el régimen iraní dio de baja el decreto en 1998, el escritor mantuvo un bajo perfil durante muchos años. Sólo apareció en algunos actos en medio de medidas de seguridad. En los últimos años, tiene una rutina más relajada, vive en Nueva York y anuncia sus apariciones públicas por anticipado en su página web. También es conferenciante invitado en universidades, iglesias, bibliotecas y canales de televisión en Estados Unidos.
El cuestionamiento iraní a «Los versos satánicos» empieza con su título pero también apunta a determinados guiños literarios más precisos. El autor bautizó al protagonista como «Gibreel Farishta», que en urdú, significa Ángel Gabriel, y de esta forma lo convierte en el ángel que, en la tradición islámica, sirvió de intermediario entre Alá y Mahoma en los dictados que más tarde compondrían el Corán, el libro sagrado musulmán.
La novela también tiene ciertas marcas que los religiosos condenaron como el uso del nombre Ayesha (o Aisha, la esposa más joven de Mahoma) para referirse a una prostituta, considerar «bastardo» a Abraham o la decisión literaria de incluir la historia de Salman Farsi, el compañero de Mahoma que aparece ridiculizado en la novela de Rushdie.
Por el estilo de su narrativa, los críticos han comparado a Rushdie con el realismo mágico de Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes y él mismo ha reconocido en numerosas ocasiones sus importantes vínculos con la literatura latinoamericana.
Su último libro, titulado «Quijote», de 2020, es una relectura de la obra de Cervantes que el autor adapta a la situación que vivía en ese momento Estados Unidos bajo el gobierno de Donald Trump.
«Cuando se celebró el cuarto centenario de las muertes de Cervantes y Shakespeare en 2016, releí el Quijote y vi cómo surgían en mi cabeza pícaros a los que puse el nombre de los personajes inmortales de Cervantes. Para mí, esta novela es un poco lo que fue ‘Hijos de la medianoche’: una especie de compendio de todo lo que quiero ser y decir como artista», contó Rushdie durante una entrevista con el diario El País de España.
En julio, dio una conferencia en la que abordó la trama de su último libro y también se animó a un análisis social que, leído hoy, resuena sobre la suerte de su propia biografía: «Son tiempos peligrosos en Estados Unidos; por ejemplo, si eres negro, si eres mujer, si eres gay, o incluso si molestas a alguien con un arma, porque ahora hay más armas que personas».
El autor es muy activo e irónico en Twitter (donde tiene más de 1,1 millones de seguidores) y busca desde hace años estar a la altura de los cambios en las costumbres de los lectores. A fines de 2021, publicó una ficción serializada y un par de ensayos en un espacio titulado «El mar de historias de Salman» en plataforma Substack, una experiencia literaria novedosa con la que apuntaba a tener «una relación más cercana con los lectores, para hablar libremente, sin intermediarios o guardianes».