La diversidad de la narrativa argentina contemporánea es motivo para celebrar en tiempos de pandemia. Furia de invierno, de Perla Suez (Edhasa); ¡Felicidades!, de Juan José Becerra (Seix Barral); Cometierra, de Dolores Reyes (Sigilo); y Las malas, de Camila Sosa Villada (Tusquets), integran la “lista larga” de diez finalistas de la primera edición del Premio de Novela Fundación Medifé Filba (FMF), que reconocerá la mejor novela publicada en 2019 con 300 mil pesos.
Esta primera selección se realizó sobre un universo de 200 novelas postuladas, representativas de más de 130 editoriales de Ciudad de Buenos Aires, Santa Fe, Salta, Neuquén y Buenos Aires. El listado se completa con El hombre de cristal, de Carlos Bernatek (Adriana Hidalgo); Hasta que mueras, de Raquel Robles (Factotum), La masacre de Kruguer, de Luciano Lamberti (Literatura Random House); Quemar el cielo, de Mariana Dimópulos (Adriana Hidalgo); De dónde viene la costumbre, de Marie Gouiric (Literatura Random House) y El último Falcon sobre la tierra, de Juan Ignacio Pisano (Baltasara Editora, sello de Rosario).
Como el Man Booker y el Pulitzer entre los galardones internacionales -que premian obras editadas a través de instancias de selección, con “listas largas” y “listas cortas”, hasta llegar al ganador o ganadora- este nuevo premio –que surge del trabajo en colaboración entre la Fundación Medifé y el Festival Internacional de Literatura Filba– tendrá una segunda etapa, cuando el jurado integrado por Beatriz Sarlo, Luis Chitarroni y Eugenia Almeida elija en septiembre la “lista corta” de cinco finalistas. La ganadora o el ganador -que antes de la pandemia estaba previsto que se anunciaría durante el 12° Festival Internacional de Literatura Filba- se conocerá, finalmente, en noviembre. A través del Premio de Novela FMF, los organizadores se suman a la tarea colectiva en favor de la difusión y el reconocimiento de la literatura argentina.
El listado con los diez finalistas es también una invitación a la lectura, una recomendación para acercarse o releer aquellas novelas que, en tiempos de encierro y desconcierto, son un refugio y ofrecen la posibilidad de imaginar otros mundos posibles. Cuatro de los diez finalistas son primeras novelas: Cometierra, Las malas, De dónde viene la costumbre y El último Falcon sobre la tierra. Seis de las obras finalistas están escritas por mujeres, un dato que también refleja los cambios del universo editorial a partir del impacto que está generando la agenda del movimiento feminista. Cometierra, la novela de Dolores Reyes edita por Sigilo, fue recientemente finalista del Premio Memorial Silverio Cañada a la mejor novela de género negro en español de la Semana Negra de Gijón. El último Falcon sobre la tierra, de Juan Ignacio Pisano, ganó el concurso de Baltasara editora, cuyo premio consistía precisamente en la publicación del libro. Raquel Robles y Carlos Bernatek obtuvieron el Premio Clarín de Novela con Perder (2008) y El canario (2016) respectivamente. Perla Suez es la finalista más premiada previamente; ganó la Beca Guggenheim (2007) con la novela La Pasajera, el Premio Nacional (2013) con Humo rojo y el Sor Juana Inés de la Cruz (2015, que entrega la Feria del Libro de Guadalajara) por El país del diablo.
Los premios de novela en Argentina son a obras inéditas (no publicadas), una estrategia que aprovechan las editoriales para promocionar a sus propios autores o conseguir autores de otros sellos. La apuesta del Premio de Novela Fundación Medifé Filba es ir adquiriendo prestigio de menor a mayor y de adentro hacia afuera hasta lograr que la faja de los libros premiados en las librerías del país pueda interpelar a nuevos lectores; y que ese reconocimiento abra las puertas para que las novelas sean traducidas a otras lenguas. Amalia Sanz, directora de la Fundación Filba, subraya a Página/12 que proponer un premio a novela publicada “es una forma de presentar una selección de lo que puede ser entendido como lo más relevante de la producción literaria del año pasado; de esta forma vuelve a iluminar libros que han sido publicados y circularon, y que, en algunos casos, pueden no haber tenido el espacio y el tiempo suficientes como para llegar a sus lectores”. Sanz se entusiasma por “la diversidad de voces, tonos y propuestas” de las diez novelas finalistas. “Son textos extraordinarios, muy diferentes entre sí; conviven autores consagrados y primeras novelas, grandes grupos editoriales con editoriales independientes”.
Fuente: Página12