Nacido el 8 de junio de 1963, el escritor había estudiado Derecho y Letras en la Universidad Nacional de La Plata (provincia de Buenos Aires) y también canto con la compositora y musicóloga Leda Valladares.
Pero la vocación literaria se impuso y en 1985 publicó «Tejiendo agua», su primera novela, a la que siguieron obras como “Fado” (1995) e “Inglaterra. Una fábula”, que recibió el Premio Clarín de Novela 1999, el Premio Municipal Ciudad de Buenos Aires y fue finalista del Premio Grinzaine-Cavour “Deux Océans” a la mejor novela traducida al francés.
Poco después otra novela, “Lisboa. Un melodrama”, fue finalista en el premio Rómulo Gallegos, en tanto que «Una misma noche» (2012) obtuvo el Premio Alfaguara y el Premio Von Rezzori –Cittá de Firenze como una de las cinco mejores novelas traducidas al italiano en 2013.
Brizuela también coordinó la serie de antologías ”El taller del escritor” (El Ateneo, 1992-93), y “El lugar del reencuentro”, una serie de textos escritos por las Madres de Plaza de Mayo que él se encargó de seleccionar y prologar tras haber dictado durante cuatro años el taller de escritura de la Asociación, un trabajo por el que obtuvo diversos reconocimientos en Canadá, Brasil, España y Estados Unidos.
En 1993 participó del Congreso Literatura y Compromiso en Mollina y en 2002 fue escritor residente del Banff Center for the Arts en Canadá y en 2003 del prestigioso International Writing Program de la Universidad de IOWA.
Los disparadores de las obras de Brizuela son en la mayoría de los casos de origen histórico: “Inglaterra” está disparada por los sucesos de la la Primera Guerra Mundial y el genocidio de los indígenas, mientras que en “Lisboa”, el punto de partida es la Segunda Guerra y el exilio.
El escritor tradujo las obras de Henry James, Flannery O’Connor y Eudora Welty, entre otros y fue, además, coordinador de diferentes talleres de escritura, como el que llevó a cabo en la cárcel de mujeres de Olmos o el realizado en la Asociación de Madres de Plaza de Mayo.
Hace casi un un año, Brizuela había publicado su último libro, “Ensenada. Una memoria”, un texto polifónico y ligeramente autobiográfico que recrea los días de septiembre de 1955 en los que la Marina amenazaba con bombardear la refinería YPF si Perón no renunciaba a la presidencia.
El libro proponía también un retrato de su infancia, atravesada por la experiencia transformadora del peronismo, a la que que abordaba junto a otras cuestiones como el derrotero de la inmigración o el uso del lenguaje y el proceso de la escritura.
«Ya no se habla del texto. La forma, el lenguaje, y qué significa, porque una novela no solo significa por lo que cuenta sino por la forma. Y eso se perdió. Cosas básicas, como qué implica que en mi novela el punto de vista sea el de una nena. O la estructura, los finales, de esas cosas no se habla. Son circunstancias ajenas al texto en sí mismo las que parecen interesar. Y los propios escritores están demasiado preocupados por lo que hay afuera», se quejaba el escritor en una entrevista concedida a propósito de la aparición del libro.
Desde 2016 el escritor trabajaba en la Biblioteca Nacional, donde estaba encargado de rastrear y rescatar archivos de escritores argentinos y en esta última Feria Internacional del Libro de Buenos Aires había integrado el jurado del tercer Premio Literario Fundación El Libro y estuvo a cargo de la selección de textos del Maratón de la Lectura.
LEOPOLDO BRIZUELA, UNA ESCRITURA ATRAVESADA POR LA HISTORIA Y LOS RECUERDOS DE INFANCIA
El narrador, poeta y traductor Leopoldo Brizuela, autor de obras como «Inglaterra. Una fábula» y «Lisboa. Un melodrama» que mapean las experiencias de guerra y dictadura que atraviesan la historia contemporánea, murió esta mañana a los 55 años como consecuencia de un cáncer del que se estaba tratando en los últimos meses.
Nacido el 8 de junio de 1963, el escritor había estudiado Derecho, carrera que abandonó para estudiar Letras, también en la Universidad Nacional de La Plata, mientras tomaba clases de canto con la compositora y musicóloga Leda Valladares.
En 1977 Brizuela publicó sus primeros cuentos en la revista Oeste, por consejo del también escritor Gustavo Nielsen. Su primera novela «Tejiendo agua», fue editada en 1985 y ganó el premio de la Fundación Amalia Lacroze de Fortabat.
Luego llegó el volumen de poemas «Fado» (1995), donde rinde homenaje a la expresión más popular de la cultura portuguesa, «el otro gran género en que, de joven, había creído reconocerme porque, a diferencia del tango, entiende la vivencia amorosa en un marco más extenso: una mitología -la de los navegantes y los descubrimientos- y una metafísica», según narró alguna vez.
En «Inglaterra. Una fábula», que recibió el Premio Clarín de Novela 1999, el Premio Municipal Ciudad de Buenos Aires y fue finalista del Premio Grinzaine-Cavour «Deux Océans» a la mejor novela traducida al francés, relata el encuentro de una compañía de actores británicos con indios patagónicos en 1914.
En 2011 llegó «Lisboa. Un melodrama», obra finalista del premio Rómulo Gallegos que entrecruza la ficción y la realidad a través de una variada galería de personajes -algunos ficticios, otros reales- como la fadista Amália Rodrigues y el cantante de tangos Discépolo, que junto a su mujer, la española Tania, llegan en tren desde Madrid a la capital portuguesa en la noche del 17 de noviembre de 1942.
Un año después, Brizuela obtuvo con «Una misma noche» (2012) el Premio Alfaguara y el Premio Von Rezzori-Cittá de Firenze como una de las cinco mejores novelas traducidas al italiano en 2013. Allí, el narrador recrea el horror de la dictadura a partir de la historia de un escritor que rememora cómo siendo niño presenció el momento en que la casa de sus vecinos es atacada por un operativo militar.
«La novela enfoca la época en la que empezaron los juicios, no solo a los grandes jerarcas, si no a los culpables de delitos de lesa humanidad y enfoca también el terrible impacto que puede tener una condena al hacerse pública. Por primera vez uno escucha que lo que le paso a una persona y otra, y eso tiene un enorme poder», explicó por entonces.
Los disparadores de las obras de Brizuela son en la mayoría de los casos de origen histórico: «Inglaterra» está inspirada en los sucesos de la la Primera Guerra Mundial y el genocidio de los indígenas, mientras que en «Lisboa», el punto de partida es la Segunda Guerra y el exilio.
En paralelo a la escritura, Brizuela coordinó la serie de antologías «El taller del escritor» (El Ateneo, 1992-93), «Historia de un deseo: el erotismo homosexual en 28 relatos argentinos contemporáneos» y «El lugar del reencuentro», una serie de textos escritos por las Madres de Plaza de Mayo que él se encargó de seleccionar y prologar tras haber dictado durante cuatro años el taller de escritura de la Asociación, un trabajo por el que obtuvo diversos reconocimientos en Canadá, Brasil, España y Estados Unidos.
En 1993 participó del Congreso Literatura y Compromiso en Mollina y en 2002 fue escritor residente del Banff Center for the Arts en Canadá y en 2003 del prestigioso International Writing Program de la Universidad de IOWA.
Fue escritor residente del Banff Center For the Arts, Canadá; del International Writing Program y recibió el subsidio de la Fundación Gulbenkian de Lisboa para el estudio de la cultura portuguesa.
El escritor tradujo las obras de Henry James, Flannery O’Connor y Eudora Welty, entre otros y fue, además, coordinador de diferentes talleres de escritura, como el que llevó a cabo en la cárcel de mujeres de Olmos o el realizado en la Asociación de Madres de Plaza de Mayo.
Hace casi un un año, Brizuela había publicado su último libro, «Ensenada. Una memoria», un texto polifónico y ligeramente autobiográfico que recrea los días de septiembre de 1955 en los que la Marina amenazaba con bombardear la refinería de YPF si Perón no renunciaba a la presidencia.
El libro propone también un retrato de su infancia, atravesada por la experiencia transformadora del peronismo, a la que que abordaba otra cuestiones como el derrotero de la inmigración o el uso del lenguaje y el proceso de la escritura.
Desde 2016 el escritor trabajaba en la Biblioteca Nacional, donde estaba encargado de rastrear y rescatar archivos de escritores argentinos y en la última Feria Internacional del Libro de Buenos Aires fue jurado del tercer Premio Literario Fundación El Libro y estuvo a cargo de la selección de textos del Maratón de la Lectura.