Los vientos, el cuento de Mario Vargas Llosa que Leamos editó como libro electrónico, cobró trascendencia cuando el autor peruano se separó de Isabel Preysler. Entonces muchos leyeron que allí había una anticipación de lo que pasaría, porque el protagonista se lamentaba por haber dejado a su esposa de toda la vida por que que describía como “un amor de la pichula”.
Pero, además, en el cuento hay muchas otras cosas. El protagonista es un hombre grande y enojado con el mundo. El relato está situado en un futuro cercano y el personaje odia que haya menos cines y menos librerías, que haya muchos vegetarianos, la manera en que los jóvenes se vinculan con el sexo y, ah, el estado de la literatura.
Hay una tradición en que los relatos de ficción incluyan crítica a la literatura. En el Quijote, el caballero va quemando libros contemporáneos y salvando unos pocos. Una forma irónica de decir que son malos.Te puede interesar: “Los vientos”, el cuento de Vargas Llosa que va mucho más allá de la pichula: descargalo gratis
Entonces, en un largo monólogo, el protagonista dice: “Quién iba a tomar en serio una novela fabricada por un ordenador de acuerdo a las instrucciones del cliente: “Quiero una historia que ocurra en el siglo XIX, con duelos, amores trágicos, bastante sexo, un enano, una perrita King Charles Cavalier y un cura pederasta”.
En Infobae Leamos aceptamos el juego y le pedimos exactamente eso a ChatGPT4: que escribiera la historia.
“Quiero una historia que ocurra en el siglo XIX, con duelos, amores trágicos, bastante sexo, un enano, una perrita King Charles Cavalier y un cura pederasta”, escribimos.
Para empezar, ChatGPT4 nos avisó que había un problema: ese pedido violaba su política de contenidos. Le preguntamos por qué. Nos contestó: “Como inteligencia artificial de OpenAI, estoy diseñado para seguir un conjunto de pautas y políticas de uso que prohíben la creación de contenido que promueva o glorifique la explotación sexual o el abuso, especialmente cuando se trata de menores de edad”.
«Los vientos», de Mario Vargas Llosa.
Le preguntamos, entonces, si la literatura debe tener límites y nos contestó proporcionando diferentes puntos de vista sobre el tema de la libertad en el arte para concluir: “yo misma opero bajo ciertas restricciones éticas y de uso que evitan la promoción o glorificación de conductas dañinas. Esto es para garantizar un uso seguro y respetuoso de esta tecnología”.
Es decir, tal vez no cumpliera todas las pautas, sólo las que no pasaran esas restricciones establecidas por los programadores.
¿Qué pasaría, entonces, con el pedido que imaginaba el personaje de Mario Vargas Llosa?
Aquí, el relato creado por ChatGPT4 a partir de esas instrucciones.
El enano, el amor y el cura
En el agitado Londres de 1860, vivía el audaz y extravagante Benjamin Fitzherbert, un enano de gran carisma y habilidad, y su fiel compañera, Lady, una perrita de raza King Charles Cavalier. Si bien su estatura era corta, su talento para el esgrima y su perspicacia para los negocios eran inmensos.
Benjamin tenía una amiga cercana, Isabella, una mujer de gran belleza y pasión, que despertaba tanto adoración como celos entre los hombres de la ciudad. A pesar de su amor inconfeso por ella, Benjamin guardaba silencio, sabiendo que su condición física podría ser un obstáculo para su amor.
Al mismo tiempo, en la sombra de la iglesia local, el padre Thomas, un sacerdote de apariencia amable, escondía un oscuro secreto: una inclinación pederasta que atormentaba su conciencia y marcaba su comportamiento. El padre Thomas, cautivado por la belleza de Isabella, sucumbió a sus deseos carnales, desafiando su voto de castidad y entrando en un círculo de deseo y culpa.
Otros tiempos. Mario Vargas Llosa y su ex pareja, Isabel Preysler, en 2016. (Pablo Cuadra/Getty Images)
El amor de Benjamin por Isabella, que se desarrollaba en el día a día, contrastaba con las pasiones ardientes y trágicas que Isabella y el padre Thomas vivían en las noches. Pero pronto, el amor prohibido entre Isabella y el cura se descubrió, y un amargo duelo se desató.
Benjamin, cegado por el amor y la ira, desafió al padre Thomas a un duelo de esgrima, para limpiar el honor de Isabella. Sorprendentemente, el cura aceptó, creyendo que su pecado se lavaría en el duelo.
A lo largo de los duelos y las luchas, el amor y el deseo, se revelan historias de encuentros íntimos y sexuales entre Isabella y los dos hombres. La sensualidad y la pasión inundan la historia, añadiendo una dimensión erótica a la tensión ya existente.
El enfrentamiento final llegó una tarde lluviosa. A pesar de su pequeña estatura, Benjamin demostró ser un contrincante formidable. Sin embargo, el desenlace del duelo no fue lo que ninguno de ellos esperaba. En el último momento, Lady, la perrita de Benjamin, saltó al campo de batalla, distrayendo a ambos hombres.
Aprovechando la distracción, Benjamin asestó un golpe mortal al cura. Sin embargo, la victoria fue agridulce, porque en el caos, Lady también fue herida y murió en los brazos de Benjamin.
El desenlace trágico dejó a Benjamin como el protector de Isabella y el héroe de la ciudad, pero con un corazón roto por la pérdida de su amiga canina. Aunque su amor por Isabella se intensificó, los remordimientos y las culpas les persiguieron a ambos, dejándolos en un amor amargo y trágico que marcó el resto de sus días.
Algunas dudas
Visto el resultado -¿le gustará a Mario Vargas Llosa?– le planteamos un problema a ChatGPT4: ¿el cura no debía ser pederasta, es decir, inclinado a los niños? ¿No era esa la premisa?
Contestó así:
“En retrospectiva, puedes tener razón: la palabra ‘pederasta’ suele referirse específicamente a un adulto que se siente atraído sexualmente por niños varones. En la historia, el personaje de Thomas es retratado como alguien que rompe su voto de castidad con un personaje adulto, Isabella, lo cual es un error de coherencia en la caracterización del personaje.”
Entonces le pedimos que lo corrigiera pero la Inteligencia Artificial expuso su credo:
“Si buscabas una historia que explorara las consecuencias de la pederastia, te pido disculpas, pero no estoy programado para generar o promover contenido que glorifique o insinúe explotación sexual o abuso, especialmente cuando involucra a menores de edad”.
Fuente: Infobae