Hay libros para todos los gustos, y algunos que son récord por las marcas que establecieron.
Alcanza con pasar por una buena librería para sentir al mismo tiempo que el mundo de los libros es tan inabarcable como apetecible. Allí sin duda se podrá encontrar alguna obra vinculada a nuestros intereses más inmediatos -no importa cuáles sean, se ha escrito sobre todo y aún así siempre hay espacio para más ideas- y también es probable que al salir de la librería con algún nuevo volumen para llevar a casa, se tenga la sensación de que nunca habrá tiempo para leer todo lo que queremos leer.
En ese ancho mar nutrido por todos los libros del mundo -nada menos- hay algunos que se destacan especialmente por ciertas características que los hacen únicos, al menos hasta que venga algún otro libro y rompa su récord.
Infobae Leamos hizo una selección de cinco curiosidades de las más llamativas de este universo. Casi como un aperitivo, y sin que tenga que ver con un libro en particular sino con todos al mismo tiempo, va la primera de esas perlitas que llamaron nuestra atención: la palabra libro proviene de “liber”, que es como los romanos llamaban a la parte de adentro de la corteza de los árboles, la que les servía para obtener papel. A diferencia de lo que ocurre desde hace algunos (varios) siglos, los primeros libros no tenían título, sino que se nombraban siguiendo las primeras palabras del texto.
Y ahora sí, con esa introducción que nos mete de lleno en bibliotecas y librerías de todos los idiomas, veamos esas cinco curiosidades que nos cautivaron.
¿Cuál es el pueblo más ávido de lectura? Esta nota te invita a saberlo. (Facebook)
El primer libro que inventaron los humanos (y la primera novela)
Hay algunas discusiones sobre cuál fue efectivamente la primera historia que los hombres plasmaron escrita en algún soporte -por aquellos años, tablas de arcilla era lo habitual-. Sin embargo, se considera que el primer libro escrito fue la llamada Epopeya de Gilgamesh, creado en la antigua Mesopotamia hacia el año 2100 a.C.
Se trata de un poema épico inscripto en doce tabletas de arcilla, que fueron descubiertas en 1853 en la biblioteca de Ashurbanipal, un antiguo rey de Asiria. La historia es considerada una especie de inspiración para la obra de Homero, ya en tiempos de la Antigua Grecia.
En cuanto a la primera novela novela, se trata de una obra de la japonesa Murasaki Shibiku, que hacia el año 1000 de nuestra era dio a conocer La Historia de Genji, publicada en 54 rollos y con gran desarrollo del perfil psicológico de los personajes.
¿Y el libro más largo del mundo?
Tal vez esta respuesta te resulte previsible porque se trata de una de los grandes clásicos de la literatura: En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust, que el francés escribió entre 1908 y 1922 y que cuenta, sobre todo, su vida. Por las 3.031 páginas que tuvo su edición original aún ostenta un siglo después el récord Guiness por su extensión. ¿Cuánto tiempo lleva leerlo? Se estiman unas 83 horas de lectura intensa y concentrada.
[”En busca del tiempo perdido” puede descargarse gratis de Bajalibros clickeando acá]
Tiene, sí, un antecedente aún más largo: se trata de Artamène ou le Grand Cyrus, una novela de los franceses Madeleine y Georges de Scudéry que se publicó en el siglo XVII. Su edición implicó 10 volúmenes con un total de 13.095 páginas (¡Proust parece corto!), y justamente por esa extensión titánica nunca volvió a publicarse a partir del siglo XVIII.
Eran un cuento para ir a dormir y recorrieron el planeta
Winnie-the-Pooh y El Hobbit son dos libros que llegaron a millones de personas en todo el mundo. No sólo por lo que dicen sus páginas, sino también por cómo esas obras y esos personajes crecieron más allá de los libros: uno se convirtió en un dibujo animado que protagonizó películas y cortometrajes que aún tienen espectadores entre los más chicos; otro fue la precuela de una saga que sacudió al mundo de la literatura fantástica, El señor de los anillos.
Y sin embargo, se trata de dos historias que sus creadores sacaron de la galera que usan madres y padres para inventar algún cuento para narrarles a sus hijos a la hora de lograr que concilien el sueño.
«Winnie-the-Pooh» en inglés, su idioma original.
Winnie-the-Pooh es una creación del inglés A.A. Milne inspirado en el oso de peluche que había comprado para su hijo en la tienda Harrods y que apareció por primera vez como personaje ilustrado en la Navidad de 1925 en un noticiero londinense.
El hobbit, creada por J.R.R. Tolkien, inventa un mundo fantástico que luego tendrá su continuidad en la saga protagonizada por Frodo, pero fue inicialmente la vía que encontró el autor y filólogo británico para entretener a sus hijos más pequeños. El manuscrito circuló entre amigos, alguien le vio futuro y, casi un siglo después, su éxito es global.
El libro más caro de todos
Fue Bill Gates (o tal vez alguien que trabajaba para Bill Gates) quien levantó la mano en la subasta que organizaba la prestigiosa casa Christie’s, en Nueva York, aquella tarde de 1994. ¿El monto? 30,8 millones de dólares.
Una página del Códice Leicester, desde 1994 propiedad de Bill Gates (Foto: Wikipedia)
A cambio de esa cifra récord, el creador de Windows compró el Códice Leicester, una obra que compila textos y dibujos que Leonardo Da Vinci creó entre 1508 y 1510 y que se refieren a astronomía, geología, meteorología y paleontología, entre otras (tantas) inquietudes del también creador de La Gioconda.
El Códice tiene, además, algunos escritos autobiográficos y relatos de viaje de uno de los protagonistas del Renacimiento.
El pueblo más lector del mundo
Tienen una costumbre navideña: comer chocolate mientras leen cada uno su libro, pero juntos. Es más, a veces el libro que empiezan a leer es el que acaban de encontrar envuelto en el arbolito, porque otra costumbre navideña es que haya libros entre los regalos esa noche.
Alrededor del 50% de los islandeses lee más de ocho libros al año (¡guau!), y el 93% (o sea, casi todos) leen por lo menos uno en ese mismo período. Son, según estadísticas globales, los lectores más ávidos del planeta.
Fuente: Infobae