Con el acto inaugural en la Usina del Arte se puso en marcha la XVI edición del FIP, Festival Internacional de Poesía de Buenos Aires. Las palabras de apertura estuvieron a cargo de la directora del FIP Graciela Aráoz y de Anabella Ciana de la Fundación Itaú, quien destacó la satisfacción de la fundación que representa en apoyar este festival, fue así que dijo: “me encantó pensar que hay propuestas para quienes vienen activamente a buscarla (a la poesía) y otras iniciativas a través de las cuales la poesía les saldrá al encuentro a otros participantes”. Ciana eligió citar a su amigo, el poeta Enrique Bongiovanni quien le transmitió: “la poesía no es un género, la poesía es poesía. El poeta es como un alquimista, un mago un ser que no puede evitarlo, que tiene que manejar esa energía poética que surge”.
Por su parte Graciela Aráoz dijo que “abrimos la puerta de casa para que entre la poesía”. En otro tramo de su discurso mencionó el lema de Arthur Rimbaud para quien “la poesía quiere cambiar la vida”. Recordó también que la Escuela Internacional de Poesía que se desarrolla en el marco del FIP, cumplió diez años, con una función de difundir poesía y formar poetas.
La poesía comenzó de la mano de la poeta armenia Lola Koundakjian acompañada en las lecturas de las traducciones por la poeta argentina Ana Arzoumanian. Fue un momento emotivo, ya que se hizo notar que la lengua armenia occidental está en peligro de desaparecer. Lo que dio un especial sentido a esta lectura, que fue seguida atentamente por la presencia del embajador de Armenia en Argentina Hovhannés VIRABYAN.
En un segundo momento de lecturas de “Poesía en libertad”, tal como se dio en llamar a esta primera parte del festival, leyó la poeta Mercedes Araujo, de Mendoza y Liliana Heer, representante porteña.
El cantante Diego Frenkel se presentó en medio de las dos lecturas poéticas, ofreciendo un mini recital con sus nuevos temas y algunos recordados éxitos de su paso por la banda de rock La Portuaria, fue una oportunidad para continuar los festejos de sus treinta y cinco años de escenarios.
El cierre poético estuvo a cargo del poeta y traductor Juan Manuel Rodríguez Tobal, que pese a estar acostumbrado a la letra de clásicos griegos, por su trabajo de traductor, ofreció una poesía para nada compleja y accesible para todo público. Tan sencilla como rica en transmitir sentimientos y crear climas y sensaciones.
Pasadas las 21 h se ofreció un brindis en que el público tuvo la posibilidad de dialogar directamente con los poetas, otra de las singularidades que otorga este festival que ya es un clásico de las letras de Buenos Aires, que hoy continúa en la Botica del Ángel desde las 18 h. El programa y todas las actividades, sedes y horarios están en: https://www.festivalpoesiabsas.com.ar/programafip16/